Se acaban de cumplir
cincuenta años de las últimas Misiones Populares celebradas en nuestra ciudad.
Santas Misiones Populares que a los que la vivieron les dejaron una
honda y profunda huella y cuyo recuerdo aún perdura. Convocadas por el Cardenal
D. José María Bueno Monreal, justificaba
su finalidad en “la renovación de la vida cristiana, renovación individual y
comunitaria. Esta finalidad está en la línea renovadora del Concilio y en el
programa que nos ha trazado el Papa (Pablo VI) en la Encíclica Ecclesiam Suam.
Las cofradías y asociaciones tienen que integrase en el conjunto apostólico y
unitario de la ciudad, sin perder ninguna de sus tradicionales riquezas.
Tenemos que abordar el apostolado de los barrios alejados, de los núcleos
pobres, de los grupos especializados del mundo del trabajo y del ambiente
santificador.” Aquella feliz iniciativa, recayó sobre la disponibilidad y
espíritu de servicio de las hermandades y cofradías de Jerez a la llamada del
prelado. Fueron muchas las que ofrecieron sus Sagrados Titulares para
trasladarlos a los puntos más alejados de la ciudad, lugares en los que
pastoralmente, sería más eficaz su presencia.
Entre
las devociones que fueron designadas recordemos que el Santísimo Cristo de la
Expiración presidió el centro misional en San Rafael, Jesús de la Vía-Crucis en
el Reventón de Quintos, Nuestra Señora del Patrocinio en la escuela del
Balneario de San Telmo, la Virgen de la Paz en su Mayor Aflicción en la
barriada de la Constancia, la Virgen de la Estrella en el patio de San Antonio
de la barriada del Carmen, el Señor del Consuelo en la barriada de la
Coronación o Nuestra Señora de los Remedios en el Grupo Escolar Federico Mayo,
por nombrar solo los traslados más significativos y distanciados de su sede
canónica.
Si algo
debemos extraer como una añadida consecuencia, es la de constatar los frutos
que se derivaron de esta presencia de estas devotas imágenes, desprovistas de
todo su ornato habitual, de la pompa y esplendor que las arropa en sus
Estaciones Penitenciales, ofreciendo la esencia misma de su sentir devocional.
Todo ello junto con la Palabra de Dios en labios de los misioneros, venidos de
los más recónditos lugares, que esparcieron
y sembraron el Evangelio de Cristo a todos los que participaron.
Como
se apunta desde el prestigioso foro de opinión Cardenal Niño de Guevara, tal vez sea
llegado el momento de plantearse a la luz de la realidad de la Iglesia actual,
del testimonio que nos ofrece nuestro venturoso Papa Francisco, con su llamada
a la humildad y la sencillez de su mensaje, y su deseo de que el pueblo fiel
salga a los caminos, la necesidad de recobrar esa Misión, como se hiciera hace
ya casi medio siglo, si bien ponderando los elementos diferenciadores que
determinan cada época y circunstancias.
Esto es, ni
más ni menos, lo que han hecho los miembros de la Agrupación parroquial de la
Divina Pastora de San Dionisio estos días, trasladar en Misión Popular a su
Virgen desde su sede, en el centro de Jerez, hasta la alejada parroquia de San
Juan Bautista de la Salle y Ntra. Sra. de la Estrella. Con la misma intención
de aquellas Santas Misiones Populares de hace cincuenta años, que llevaron, a
los nuevos barrios, esa llamada a la renovación, al amor y a la fraternidad;
siempre en la búsqueda de un mundo mejor.
(Artículo que publiqué el pasado domingo 26 de abril de 2015 en INFORMACIÓN JEREZ y al día siguiente en VIVA JEREZ).Santa Misiones del año 1965. Traslado del Cristo de la Expiración desde la ermita de San Telmo a la parroquia de San Rafael. |
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