domingo, 15 de julio de 2012

LA ESTAMPA DEL CARMEN


Aquella vieja estampa de la Virgen del Carmen, con su característico cartón duro de fotografía antigua y su color sepia amarilleado, aún más, por el paso del tiempo, siempre aparecía cuando en mis juegos infantiles curioseaba en la deteriorada caja de cartón donde mi madre guardaba las entrañables fotos familiares. Para mí aquella estampa era una más de cuantas guardaba mi madre con el cariño y la veneración que le profesaba alas cosas sagradas, aunque de una simple estampa se tratara. La estampa formó parte de la vida familiar durante años junto a otras litografías antiguas de santos que pasaban de un sitio a otro según los niños de la casa se encargaban de desordenar.

Un día supe el valor de aquella vieja estampa de la Virgen del Carmen, mi padre me lo contó, aquella estampa se guardaba con tanto cariño porque había sido vivificante compañera cuando, en 1936, la Guerra hizo de este país el imperio de la sinrazón, aquella estampa él la recordaba, en su Ceuta natal, en la tenue luz de la noche junto a sus padres y su hermana cobijados bajo la cama mientras sonaban sirenas y estallaban cercanas bombas. Aquella estampa compartió, con su familia, carreras hacia los refugios entre luces de proyectiles y estruendos de muerte. Aquella estampa de la Virgen del Carmen recibió lamparitas de aceita llenas de súplicas en los momentos de pánico. Aquella estampa de la Virgen del Carmen cruzó, de nuevo el Estrecho de Gibraltar, para volver a ese Jerez de donde salió unos años antes esta familia por cuestiones de trabajo y que ahora, regresaba en busca de una paz de la que carecía la ciudad caballa.

La Reina de los mares acompañó a la familia a tierras jerezanas y allí siguió amparándolos desde la vieja estampa y desde su camarín basilical que muy poco antes, en julio de 1935, se había visto ocupado de nuevo con la Señora del Carmelo, la misma que en 1931 tuvo que ser escondida en el hueco lúgubre de una escalera para no ser salvajemente profanada por unos indeseables que, en aquellos años de la República española, se dedicaban a asaltar iglesias y destruir cuantas obras de arte religioso se encontraran por delante, y de cuya ira no se salvó este magnífico templo basilical que fue devastado y destrozado en mayo de dicho año ante la pasividad de las clases dirigentes de la República.

La estampa de la Virgen del Carmen, con toda su historia, la conservo, porque forma parte de la propia historia familiar y por-que cada 16 de julio esa estampa cobra un protagonismo especial, por su vigencia en el tiempo,  que, de una forma o de otra, todos tenemos una deuda de gratitud con la advocación del Santo Escapulario. Para mí el reconocimiento al amparo recibido en aquellos trágicos momentos de nuestra Guerra Civil, para otros  los motivos personales que sólo quedan para su intimidad .Por eso cada 16 de julio es así, por eso Jerez es así con su Virgen del Carmen, y por eso mañana se llenarán de fervores carmelitanos tantos pueblos de Andalucía. Porque durante siglos ha habido muchas manos agarradas a una estampa de la Virgen del Carmen, muchos niños que se han sentido más seguros ante una estampa de la Virgen del Carmen y muchos que pensarán que mañana podrán estar viendo la procesión y que en el futuro lo podrán hacer sus hijos y los hijos de sus hijos porque un día hubo alguien que le antecedió en el tiempo, que, como me ocurrió a mí, con una estampa de la Virgen del Carmen se sintió seguro y creyó, como así fue, que con aquella estampa al lado de su familia nada le ocurriría y estarían libre de cualquier peligro.

Esa fe es la auténtica estampa del Carmen, la gran fiesta que viviremos mañana, la estampa de tantos pueblos volcados con su Virgen marinera. Nuestra propia y valiosa religiosidad, tan sencilla como verdadera, que nada ni nadie podrá cambiar, ni hoy, ni ayer, ni nunca, por muchas iglesias que se asalten y por muchos crucifijos que se quiten ahora de las escuelas.
 (Artículo publicado en Información Jerez el 17 de julio de 2006, vísperas, como hoy, de la festividad de la Virgen del Carmen)

Imagen del ayer de la jerezana calle Juan de Abarca donde estuvo oculta la Virgen del Carmen en tiempos de la II República española.


1931. Fotografía tomada en el claustro al día siguiente del asalto al convento del Carmen por las turbas anticlericales.
Arriba la estampa protagonista de este artículo.







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