domingo, 13 de marzo de 2016

EMPRESARIOS DEL VILLAMARTA


       
 

          El Marquesado de Villamarta Dávila fue creado por Carlos II el 11 de diciembre de 1699 a favor de García Dávila-Ponce de León y Gaytán de Torres. Descendiente de aquel noble fue Álvaro Dávila y Agreda, Marqués de Villamarta, perteneciente a una antigua familia que se encuentra presente en Jerez desde su repoblación en tiempos de  Alfonso X El Sabio. Don Álvaro Dávila fue una persona muy influyente en la Andalucía Occidental de principios del siglo XX. Su nombre ha trascendido hasta nuestros días en forma de ganadería pero su memoria ha quedado perpetuada para siempre en nuestra ciudad en el nombre de ese teatro de estilo regionalista, construido en 1927 por orden de Alfonso XIII y del cual se ocupo el arquitecto vasco Teodoro Anasagasti. 

        Cuentan que fue el propio rey Alfonso XIII el que propuso a Álvaro Dávila, entonces alcalde de la ciudad, la posibilidad de que Jerez tuviera un teatro a la altura de su importancia como ciudad. Don Álvaro aceptó el reto y en terrenos de su propiedad ubicados en la plaza Romero Martínez, un lugar donde antes estuvo el convento de la Vera-cruz, con fondos propios, en enero de 1.927 se empieza la obra y se coloca la primera piedra. Al acto asisten el marqués de Estella y el presidente del Consejo de Ministros, el jerezano Miguel Primo de Rivera; el conde de Guadalhorce y ministro de Fomento y el alcalde interino de Jerez, José Luis Picardo Celis, además del marqués de Villamarta, promotor de este nuevo coliseo. Un año después, en febrero de 1928, en presencia del general Primo de Rivera, se inaugura oficialmente el Teatro Villamarta. En el espectáculo inaugural se presentan dos zarzuelas: La viejecita y El huésped del sevillano de mano de la compañía de zarzuelas y operetas de Eugenia Zuffoli.  

           El Teatro Villamarta desde su inauguración y hasta 1931 pasó sin pena ni gloria hasta que en dicho año se hace cargo de él un empresario catalán que luchó de forma exitosa por el prestigio y la actividad cultural en este coliseo jerezano hasta su fallecimiento en 1967. Me refiero a Francisco Riba Gabaldá, el hombre que cambió el rumbo de este teatro, que tan enamorado estaba de él y que lo cuidó como nadie, realizando mejoras que hicieron posible su fama a nivel mundial. Luego llegaron los años difíciles, el cierre y la reapertura, así como los problemas de financiación de estos últimos años que han vuelto a hacer saltar la voz de alarma. Esta pasada semana el Ministerio de Hacienda ha dado luz verde a la gestión del coliseo jerezano a través de otra Fundación municipal, siempre que no suponga un aumento de los gastos del consolidado municipal.  De esta manera se avalan los informes jurídicos en los que ha estado trabajando el Ayuntamiento para garantizar la continuidad de la gestión del teatro, que se concretaban en la formación de un ente nuevo, la creación de una agencia o la integración en otra Fundación. 

          Ahora toca trabajar, como ya lo hicieron aquel Marqués de Villamarta y posteriormente el empresario Francisco Riba, con el fin de dar solución a sus problemas actuales manteniendo la actividad y el nivel de un teatro que es orgullo de la ciudad y un foco incuestionable de una cultura que trasciende mucho más allá de nuestras fronteras. 

                (Artículo que publiqué en INFORMACIÓN JEREZ el pasado domingo 21 de febrero de 2016 y al día siguiente en VIVA JEREZ )


Artículo sobre el empresario Francisco Riba publicado en ABC


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