El Ayuntamiento de El Puerto
de Santa María ha tenido la feliz iniciativa de crear la llamada ruta de los
patios que vendrá a potenciar el conocimiento y la protección de los artísticos
y bellos patios de la ciudad portuense.
Al
leer esta noticia se me vienen a Ia memoria esos concursos de patios que se
realizaban en Jerez con motivo de las afamadas Fiestas de la Vendimia, de cada
mes de septiembre. Aún recuerdo ir de pequeño, acompañado de mi abuela, a unos
patios, creo que de la calle Ponce, para participar de un ambiente de gran
sabor jerezano, con cantes flamencos entre, farolillos de papel, sillas del asilo
y buenas tapas. Aquello era un reclamo no sólo para los jerezanos sino también
para los extranjeros que tenían la oportunidad de adentrarse en tan típico
ambiente y, además, servían para conocer auténticas maravillas de patios, cuidados
y embellecidos, durante todo el año, por unos vecinos, que tenían en esa zona
común depositado todo su cariño y esmero, vecinos que se preocupaban por mantener
su patio con la pulcritud, alegría y decoro que heredaron de sus mayores.
Jerez
puede presumir de espléndidos patios, la mayoría ocultos al visitante ,desde
aquellos de índole palaciega, con sus arcos de medio punto, columnas de mármol,
balconadas, fuente central y suntuosa escalera, hasta aquellos otros de carácter
popular con sus paredes encaladas, sus arriates de jazmines y damas de noche,
su profusión de macetas, sus tejas, grifos comunes y canarios enjaulados.
Jerez
merece tener, también, su ruta de los patios, en la cual, los jerezanos podamos
disfrutar de esos tesoros que se nos oculta tras los portones, Jerez merece que
esos patios, aunque sólo sea en ciertos momentos del año, compartan la belleza
que contienen, que formen parte del catálogo de obras de arte visitables con
las debidas medidas de seguridad, que sean protegidos para que no se acometan
atropellos, que puedan ser premiados o subvencionados para incentivar su
mantenimiento, que cuenten con rótulos identificativos de su valor, que, en
definitiva, se recuperen para una ciudad como muestra de su riqueza popular,
artística y monumental.
Las
Fiestas de Otoño, que entre otras cosas, tendrían que recuperar su jerezano y peculiar
nombre de Fiestas de la Vendimia ya que en Andalucía la única estación del año
que se celebra, de verdad, es la gran fiesta de la primavera.
Jerez
debe tener su fiesta del vino y la vendimia, y dentro de su programa de actos recuperar
esos concursos de patios, que tanta aceptación tuvieron en nuestra ciudad y
siguen teniendo en otras localidades andaluzas. Magníficos patios secretos, de
bodegas, de palacios, de viviendas particulares, de casas de vecinos y hasta de
entidades llenan Jerez. Son unas modalidades en las que podrían diferenciarse
para hacer más rico el muestrario.
Jerez
posee patios de distintos estilos y épocas, desde alguno claramente mudéjar
hasta bellos ejemplares de la arquitectura moderna, pasando por otros con
reminiscencias góticas, varios renacentistas, una buena muestra de patios barrocos,
neoclásicos, eclécticos y algún que otro de estilo neonazarí y sobre todo
bellísimos patios populares de claro sabor andaluz.
Son
todos ellos parte de ese Jerez intramuros que no podemos valorar porque no vemos.
Son patios que han significado mucho en la vida de nuestras gentes. Esos patios
deben ser mostrados porque forman parte de nuestras señas de identidad, porque
como jerezanos nos sentimos orgullosos de tenerlos y de conservarlos, y porque,
ante tanto individualismo como domina la sociedad, el patio andaluz es el
símbolo más evidente de un pueblo que abre sus puertas a la luz, a la vida y la
convivencia.
(Artículo publicado en Información Jerez el 11 de junio de 2005)
Julio de 1900. Cante flamenco en el patio, dibujo de Enrique Simonet. |
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