lunes, 14 de abril de 2014

EL PRINCIPIO DEL FIN


 
 
El Domingo de Ramos (conocido al principio como Pasha) se originó en la Iglesia de Jerusalén alrededor del final del siglo III o comienzo del siglo IV. Las ceremonias consistían en oraciones, himnos, y sermones a medida que la gente recorría los numerosos lugares santos dentro de la ciudad. En el último lugar, el lugar de la ascensión de Jesús al cielo, el clero leía el relato bíblico de la Entrada Triunfal de Jesús a Jerusalén. Luego, al caer de la noche, las personas regresaban a la ciudad repitiendo: "Bendito El que viene en el nombre del Señor" (Mateo 21:9).

        
En el más sencillo de los términos, el Domingo de Ramos es una oportunidad para reflexionar sobre la última semana de la vida de Jesús. Jesús no negó la imagen que la multitud esperaba, el cumplimiento de las esperanzas de Israel de que sería su rey terrenal, destruyendo el gobierno romano. En vez de eso, Jesús entró humildemente en Jerusalén para dar su vida en una cruz, salvando a la humanidad del pecado y la muerte. El Domingo de Ramos sirve como una preparación del corazón para la agonía de su Pasión y la alegría de su Resurrección. Un principio triunfal que nos llevará al más admirable de los finales su gloriosa Resurrección.

Por ello como dijo algún pregonero, esto es una película que ya hemos visto anteriormente y, por tanto, conocemos su final. Por eso, desde que comienza la Semana Santa se presiente la alegría, por eso el Domingo de Ramos es ya un preludio de que la pasión se acaba en cada página del Evangelio que se pasa, en cada misterio que se nos pierde por alguna de las calles de nuestro Jerez, en cada jornada que hemos empezado a vivir cargada de sensaciones, de mensajes y de recuerdos.  Cada instante, cada día, de esta nueva Semana Santa, que ya da sus primeros pasos, tal como nos llega se nos va para, sin apenas darnos tiempo, volver a encontrarnos con otros instantes que nos harán vivir momentos únicos, repetidos pero, a su vez, irrepetibles, por aquello de que la Semana Santa es siempre igual pero, en el fondo, tan distinta de un año a otro.

Uno de los grandes privilegios que tenemos como seres vivos, y que nadie nos va a arrebatar, es la capacidad de darnos cuenta de las cosas, de tomar conciencia. Decía San Francisco de Asís: "Empieza por hacer lo necesario, continúa con lo posible y acabarás haciendo lo imposible." La Semana Santa tiene mucho de necesario, mucho de posible y también bastante de imposible, por eso, en estos tiempos de hoy, es cada vez más necesario tomar conciencia de todo lo que ella nos ofrece en cada instante antes que se nos vaya de las manos, antes de que todo sea un recuerdo, antes que lo que ha sido un principio empiece ya a ser un final.

La Semana Santa es el triunfo de lo posible por encima de lo imposible, el de tantas personas que la hacen posible, salvando lo imposible, conscientes de que es necesario para su fe, para su ciudad y para la historia todo ese derroche de mensaje que tiene un fin  glorioso y salvador por mucho que el principio esté lleno de dolor y que, transcurra tan deprisa que, sin darnos cuenta, pasaremos del Domingo de Ramos al de Resurrección en un abrir y cerrar de ojos.

Vivamos intensamente un nueva Semana Santa, esa que ha comenzado y que nunca acabará si sabemos llenarnos de ella.
 (Artículo publicado en Información Jerez ayer Domingo de Ramos, 13 de abril de 2014)
 
Añeja estampa de la Virgen de las Angustias, siempre en el Domingo de Ramos jerezano.
Arriba magnífica fotografía de Fernando Morales que recoge la venia de la Hermandad de la Borriquita abriendo la Semana Santa de Jerez.
 

 

 

martes, 8 de abril de 2014

LA PLAZA DE SAN ANDRÉS.


 
La jerezana plaza de San Andrés está de actualidad. Los actos de vandalismo que han sufrido los vehículos allí aparcados y las actuaciones que ha acometido el Ayuntamiento con respecto al tráfico rodado la ha llevado a las portadas de periódicos y noticiarios.  Su céntrico emplazamiento y la cercanía de dos colegios le hacen ser una de las plazas más frecuentadas por los conductores, especialmente en los días laborables.

Este espacio urbano, que preside el monumento a las edades del hombre, conserva aún nobles edificios como la mansión de Roberto Gordon, donde estuvo hospedado el gran Lord Byron y que posteriormente fue residencia del marqués de Torresoto; la señorial casa de la familia García Durán con su elegante fachada y su airoso mirador o el añorado Cine Jerezano que tanta vida le diera a esta plaza. En el recuerdo el Bar Atarazanas o la agencia de transporte de “El Tela” y en el centro el kiosco de Miguel tan popular entre los alumnos de La Salle-Buen Pastor y de la Compañía de María. Plaza de algarabías infantiles en las horas puntas  y de primeros amores entre alumnos de ambos colegios.

El archivero Agustín Muñoz nos cuenta en su conocido libro sobre las calles y plaza de Jerez que esta plaza llevó también el nombre de Atarazanas, nombre por el que aún se conoce esta zona del barrio de San Pedro. Atarazanas equivale a Arsenal, y es que antiguamente en este sitio hubo un almacén o depósito de armas y pertrechos militares. También mencionar que en esta plaza se instaló un hospital en 1569, con motivo de la enfermedad de la peste que asoló aquel año la ciudad, viéndose obligados a cerrar todas las calles adyacentes. El nombre actual de San Andrés se le puso antes de 1788 y se debe a una imagen de este santo que se encontraba junto a una cruz de mampostería que existió en el centro de la plaza y que posteriormente pasó a la esquina con la calle Clavel. Curiosamente cuando Roberto Gordon solicita al Ayuntamiento el cambio de la cruz que preside la plaza lo hace argumentando que ocasiona estorbo para la circulación y porque “puede servir para ocultarse de noche los mal intencionados”.

Es decir que hace dos siglos y cuarto ya existían problemas de circulación en la plaza de San Andrés y los mal intencionados ya pululaban por sus alrededores con la preocupación que ello despertaba en sus vecinos.

La plaza fue embellecida en 1860, siendo Alcalde D. José López de Carrizosa, luego Marqués del Mérito. A finales de los pasados años sesenta la plaza estaba muy deteriorada, siendo remodelada para aparcamientos. Hace unos años volvió a someterse a unas obras que le dieron el aspecto actual. Antes de este cambio el poeta Diego Campoy le dedicó estas palabras que venían a denunciar la pérdida de ese sentido de plaza como lugar para el esparcimiento para convertirla en un gran parking: “…el poeta se siente sumido en tristeza al palpar lesionada la íntima espiritualidad de este rincón de solaz recogimiento, el arrebol de sus atardeceres, el hechizo de sus noches, con el estridente clamor del motor en progreso...”.

En unos días esa cruz de la historia de esta plaza volverá a hacerse presente entre sones de tambores y capirotes, la cercanía de la Carrera Oficial la hará llenarse de un público  y contemplando la escena esas tres figuras desnudas de las edades del hombre que nos recuerda el imparable paso del tiempo.
 
(Artículo publicado en Información Jerez el pasado domingo 6 de abril de 2014 y ayer lunes en VIVA JEREZ)
 
La plaza de San Andrés en la pasada década de los setentas y antes de su remodelación.
 

 

           

 

jueves, 3 de abril de 2014

AQUELLA SEMANA SANTA


 
Un paseo por las calles jerezanas nos delata que la Semana Santa está cerca. Los palcos ya instalados, los azahares colmando los naranjos, la actividad en los templos y en las Casas de Hermandad nos viene a decir que estamos a las puertas de un nuevo Domingo de Ramos.

Una Semana Santa que cambia, con un inicio distinto de la Carrera Oficial, con nuevas Cofradías, con novedades en todo lo referente a la seguridad y la propia organización de la misma. Y reviviendo sentimientos se me viene a la mente aquella Semana Santa de mis años infantiles. Era una Semana Santa que llegaba tras un tiempo de vísperas mucho más vacío de contenido cofrade que ahora. Un solo periódico “La Voz del Sur” donde el recordado Manolo Liaño, con su particular estilo, copaba toda la información del mundo cofrade. Y junto a la prensa escrita la prensa hablada, Radio Popular de Jerez y Radio Jerez, ni Onda Jerez, ni ninguna otra emisora de TV, y menos aún los medios informáticos con los que hoy contamos.

Llegaba Cuaresma y con ella los programas cofradieros, “Cruz de Guía” en Radio Jerez y “Carrera Oficial” en Radio Popular y más allá de nuestras fronteras, donde las ondas alcanzaban y la Semana Santa seguía siendo fiel a sus más puras esencias, “Saeta” en Radio Popular de Sevilla o aquellos otros programas que lanzaba “La Voz del Guadalquivir” capitaneados por Agustín Navarro. Ese era un tiempo mágico pegado al transistor, de impaciente espera, con espacios llenos de noticias transcendentes y tertulias cargadas de contenido religioso.

Era un verdadero tiempo de espera, cuando se vivía con impaciencia la llegada de olores a incienso y sonidos de tambores, donde la música cofrade vibraba después de mucho tiempo, donde todo se cogía con mucho más ganas porque durante meses no habíamos tenido los cofrades nada de todo esto que tanto nos gusta.

Ahora que todo se desborda, vivimos la Semana Santa todo el año, algo que para los tortas nos sabe a gloria, pero también es verdad que las emociones de antaño ya no son las mismas. Las torrijas nos gusta más en estas fechas, como los polvorones en Navidad, aunque a nadie amarga un dulce sea la época que sea.

Aquella Semana Santa de la Rotonda, hoy en día imposible por el número de Hermandades y el aumento de público; de los grandes picos de pan, de los concursos de saetas desde el balcón de la Caja de Ahorros, de los enormes reflectores de luz en las recogidas, de las saetas de Ana María “La Jerezana”, de la banda de la Cruz Roja y de los costaleros pagados, era una Semana Santa que poco tiene ya que ver con la grandiosidad de la actual, entre otras cosas por el esfuerzo de los cofrades y, también, por la aportación ciudadana que, al hacer uso de palcos y sillas, han contribuido de forma importante a que la Semana Santa jerezana haya alcanzado tan alto nivel.

Hoy nuestra Semana Santa es otra bien distinta de la que muchos conocimos de pequeño, hay quien pueda pensar que “cualquier tiempo pasado fue mejor” pero no es así, porque la Semana Santa jerezana, como todo lo que está vivo, ha ido evolucionando, siempre de frente y hacia arriba, solo hay que ver las imágenes y grabaciones de entonces para darse cuenta de ello. Aunque en el fondo, como todo aquello que forma parte de nuestra historia feliz, de nuestras ilusiones pasadas, siempre queda un rinconcito para la añoranza.  
(Artículo publicado en Información Jerez el pasado domingo 30 de marzo de 2014 y al día siguiente en VIVA JEREZ).
La estampa de la Virgen de la Soledad iluminada con el potente foco de la Marina Española sirvió para ilustrar el cartel de la Semana Santa jerezana de 1962.
 
         

 

jueves, 27 de marzo de 2014

BACH Y SAN MATEO


 
 
No se sabe con certeza si la Pasión según San Mateo  de Juan Sebastián Bach fue compuesta en 1727 o 1729. Aunque se relaciona directamente con la música fúnebre para el príncipe Leopold de Anhalt-Cöthen de 1729, se desconoce si la cantata fúnebre sirvió como modelo para la pasión o si la pasión fue el modelo de la cantata (o si existen otros orígenes anteriores). De cualquier forma, la Pasión según San Mateo fue interpretada el 15 de abril de 1729 (Viernes Santo) en la iglesia de Santo Tomás en Leipzig bajo la dirección del compositor, en una representación para la cual Bach no pudo disponer de los recursos idóneos (en un memorándum al Consejo de la ciudad de Leipzig, se quejó de que únicamente 17 de los 54 miembros del coro hubieran estado a la altura).[]

Tras la muerte de Bach, la obra cayó en el olvido (como, en general, toda la obra del compositor) y no fue hasta 1829 cuando el compositor y director Félix Mendelssohn volvió a interpretarla con la Sing-Akademie de Berlín en una versión abreviada. La reinterpretación de esta obra dio inicio a un fuerte interés por el estudio y el análisis de las obras de Bach, particularmente las de gran escala, que ha persistido hasta nuestros días.

Hoy La Pasión según San Mateo, es la obra más extensa del compositor. Es una obra central de la música artística. Hubert Parry la ha definido como el más rico y noble ejemplo de la historia de la música sacra.

Casi al mismo tiempo que se estrena La Pasión según San Mateo de Juan Sebastián Bach, Jerez también estrena su peculiar Pasión según San Mateo representada en las nuevas imágenes del Señor de las Penas y la Virgen del Desconsuelo que ahora cumplen sus tres siglos, más o menos como esta prodigiosa composición del genial músico barroco, el último gran maestro del arte del contrapunto y[] fuente de inspiración para los grandes músicos que le sucedieron.

Nuestra particular Pasión según San Mateo va más allá de la obra de Bach e incluso de esos sentimientos que se aglutinan cada Martes Santo teniendo como eje la parroquia alfonsí del evangelista. La Pasión según San Mateo es otra y si no que se lo pregunten a los vecinos que allí viven. Estos días San Mateo ha vuelto a ser noticia, por un lado los efectos del botellón surgido a raíz de una fiesta organizada por un establecimiento hostelero de la zona y por otro el derrumbe de parte de una fachada de la plaza de San Mateo.

El barrio de San Mateo se cae poco a poco. El palacio de Riquelme y el de San Blas son los casos más sangrantes, pero nada más que hay que darse una vuelta por las calles Liebre, Cabezas, San Blas, Cordobeses, etc., para caer en la cuenta del estado de desidia en el que se encuentra todo el barrio entre solares abandonados y fachadas que se vienen abajo. La pasión que sufre San Mateo es la obra más extensa de la descomposición del patrimonio histórico jerezano, el más claro ejemplo del padecimiento de una collación que se desmorona por día que pasa.

Como la obra de Bach, también este barrio ha caído en el olvido. Esperemos que, de una vez por todas, nos llegue un nuevo Félix Mendelssohn y lo vuelva a la vida, que vengan los recursos y vuelva el interés por el estudio y la recuperación de este barrio haciendo resurgir la auténtica pasión por San Mateo.
 
(Artículo publicado en Información Jerez el pasado domingo 23 de marzo  de 2014 y al día siguiente en VIVA JEREZ).
 
 
Casa de la plaza de San Mateo, esquina con calle Cabezas, ayer y hoy.
En la foto superior el Señor de las Penas saliendo del templo de San Mateo, al fondo la casa dieciochesca que hace unos días sufrió el desprendimiento de parte de su fachada.
 

  [

 

 

miércoles, 19 de marzo de 2014

GUARNIDOS


 
Existe un conjunto de calles en Jerez, situadas en el barrio de San Miguel, entre el viejo convento de San Agustín, la calle Puerto y la Ronda de Muleros. Calles que guardan aún el sabor y el entramado antiguo del Jerez bodeguero y castizo. Calles  Agustinos, detrás del viejo convento;  Juan Sánchez, en memoria del ilustre castellano D. Juan Sánchez de la Torre, quien, en el siglo XIX, dejó 120.000 duros para la fundación del colegio de Humanidades de San Juan Bautista;  calle Lindos, esquina del Reventón de Quintos con la plaza de Silos, enclavada en el terreno de la antigua Mancebía, la callejuela de Murguía, junto a las bodegas de Maestro Sierra; calle  Quintos que data del siglo XV; Rodrigo de León, mercader y dueño de las casas allí ubicadas; la Plaza de Silos, conocida también en lo antiguo por Plazuela de Pastrana y cuyo nombre actual se debe a 45 silos de la casa Panera de Pósito, instalada allí en 1710 y que aún conserva su portada, o la de Cruz de la Palma y la de Guarnidos que  forman un pequeño barrio en el arrabal de San Miguel.

 La calle Guarnidos ha sido durante años el corazón de esta zona cercana a la parroquia del arcángel. Una calle llena de vida y de comercios que, como todo el centro urbano, se ha visto abocada al cierre de muchos de ellos y a la pérdida de esa actividad que le daban sus vecinos y sus tiendas de barrio.

Hace unos días tuve la ocasión de pasar  por allí y si bien, la plaza de Silos, con su amplia explanada, donde en tiempo estuvo la comisaría de policía, ha sido asfaltada y reordenada para aparcamientos, la calle Guarnidos posee varios edificios en estado lamentable. Entre ellos me llamó la atención una casa, el número 12, con una interesante fachada, probablemente del siglo XVII, en estado ruinoso con un cartel anunciando la construcción de apartamentos.  Sobre dicha casa, Esperanza de los Ríos, en su cruzada para que Jerez no sea un ejemplo de patrimonio destruido, ya ha lanzado la voz de alarma. Una casa de tipología mudéjar con un cartel en el que no se  habla de rehabilitación de la vivienda ni de nada parecido que pudiera dar confianza en la conservación de lo que perviva en ella, solo se menciona  la “construcción”,  pura y dura de apartamentos.

La calle Guarnidos, que debe su nombre a la familia de dicho apellido que allí vivía, contiene algunos edificios interesantes bien conservados, como el número 9 que le hace frente, con sencilla fachada pero espléndido patio del XVI con arcos de medio punto y columnas de mármol, recientemente restaurado.

Guarnidos viene de guarnir, y guarnir de guarnecer. Guarnecer tiene varios significados, entre ellos el poner adornos, colgaduras u otras cosas que sirven de complemento o el   cubrir una pared o fachada con una capa fina de yeso, cemento u otro material, o pintarla,  para mejorar su acabado. Ambos significados le vendrían bien a esta casa con el fin de garantizar su conservación y evitar que siga su deterioro. La crisis de la construcción ha paralizado muchas de estas actuaciones y en algunos casos ha servido para evitar males mayores.

Continuando con las obras de adecentamiento que se han emprendido en la zona aún estamos a tiempo de salvar esta casa y mejorar el aspecto de toda esa parte de la calle Guarnidos tan deteriorada, antes de que tengamos que cambiarle a la calle el nombre de Guarnidos por el de “Guarníos”.  
           (Artículo publicado en Información Jerez el pasado domingo  16 de marzo y al día siguiente en VIVA JEREZ)

Fotografía del ayer de la calle Agustinos desde la esquina de Rodrigo de León.

miércoles, 12 de marzo de 2014

OLOR A SEMANA SANTA


 
 
Juan Delgado Alba fue un destacado abogado y cofrade sevillano, dejó para la historia de la hondura de la Semana Santa  su implicación en aquella memorable colección sobre temática cofrade que la Biblioteca de Ediciones Andaluzas editó allá por 1982. El primer tomo, el mejor de todos, titulado “en la aurora de cada primavera”, Delgado Alba, como director literario de la obra, derrochando todo su florida oratoria plasmada en brillante literatura, honda y expresiva, de profunda religiosidad, donosa en el decir, amiga del detalle curioso y de la anécdota desconocida, como lo definió Sánchez Dubé, supo describir, como nadie, este tiempo de vísperas en el que hemos entrado y que nos llevará, irremediablemente, a una nueva Semana Santa.

“Un  día, alguien, dice lo que de pura verdad, se hizo tópico. –Ya huele a Semana Santa. Y es verdad lo que decimos. De pronto, aquel día, a lo mejor en un minuto concreto de aquella hora determinada, en la ciudad ha comenzado a oler a Semana Santa. No se piense que es porque los naranjos callejeros hayan repicado con más fuerza las blancas esquilas de los azahares o porque, allá en las alturas de las azoteas, los capullos de los claveles sembrados en macetas de barro o metalgrafiados latones de aceite, aceituna o zotal, hayan reventado como cuajarones de roja sangre olorosa a clavo, que es algo como oler a pasiones profundas y desenfrenadas. No; no crean que por solo algo de eso la esquina, la barreduela, el atrio del templo o el zaguán de la casa huelan ya a Semana Santa. Ni el azahar, dulzón como confitura monjil, ni tampoco, el clavel, ácido como especiera morisca, son culpables en solitario. El olor a Semana Santa, podríamos decirlo – y no nos equivocaríamos-  viene porque si”.

Y es verdad, lo que dice Delgado Alba, el olor a Semana Santa llega porque si, se recibe pero no se puede explicar. Jerez, estos días, ha empezado a oler a Semana Santa  y no solo por el azahar o el incienso que se escapa por las puertas de los templos mezclado con la cera derretida, es, también, los olores de la propia ciudad, de sus fachadas y tejados, el olor de su asfalto y el de la tierra seca de sus jardines. Es el olor de esa primavera que, poco a poco, nos empezará a envolver mezclada con las esencias de esta tierra. 

Dicen que el olor es la sensación resultante de la recepción de un estímulo por el sistema sensorial olfativo. El término indica tanto la impresión que se produce en el olfato, como lo que es capaz de producirlo. Es una propiedad intrínseca de la materia. El olor es el objeto de percepción del sentido del olfato. Dicen también que el olor se genera por una mezcla compleja, pues será por eso, por esa mezcla de cosas que un día, sin esperarlo, se produce en la ciudad lo que hace que todo huela diferente. Es como un milagro que se da solo cuando la primavera llama a la puerta, cuando la luz se impone sobre los grises del invierno, cuando ya todo es distinto.

Jerez empieza a oler distinto, la ciudad se convierte ya en una gran perfumería de agradables aromas que  nos envuelven mucho más allá del tópico. Salgamos, si no, a la calle y dispongámonos a disfrutar de este tiempo de vísperas que, sin saber porqué, nos anuncia, cuando menos lo esperamos y en el lugar más insospechado, un cierto olor a Semana Santa. 
(Artículo publicado en Información Jerez el pasado domingo 9 de marzo de 2014 y al día siguiente en VIVA JEREZ).
 
Los últimos olores de la Semana Santa llenaban los desaparecidos jardines del Monte antes que la procesión del Santo Entierro se recogiese en la ermita del Calvario.
 

  

 

martes, 4 de marzo de 2014

EL LLANTO DE LA GUITARRA


 
No hay nada más auténtico para un andaluz que una tarde de primavera, en un patio con rejas y macetas, con fondo musical los sonidos de una guitarra entremezclados con el llanto del chorro de una fuente. Dicen los expertos que la guitarra flamenca, posee menos sonoridad que la guitarra española de concierto, su sonido sin embargo, es más brillante, su ejecución es rápida y ágil.

La muerte de Paco de Lucía ha envuelto de llanto a la guitarra flamenca. Aún resuena en el coso de la calle Circo jerezana la sonoridad del genio de Algeciras en aquel conciertoMágica noche en la plaza de toros con Paco de Lucía de 2010 donde, según las crónicas del momento, el artista llegó, vio y venció. El guitarrista, que ya había conquistado con su arte a Jerez, hace ya varias décadas, reafirmó aquella noche la importancia de su figura dentro del mundo del flamenco.

Jerez, ha visto nacer a guitarristas de la talla de El Poeta que, con su estilo de toque agresivo, preciso y muy dinámico, grabara con Mairena, Chocolate, La Sallago y en solitario. Javier Molina aquel que empezó a los ocho años acompañando a un violinista ciego en su pueblo, a los doce años ya enseñaba la guitarra y después de recorrer toda España se dedicó a dar clases en su ciudad natal. Sus discípulos Juan Moreno “Moraíto”, padre de Moraíto Chico, cuyo toque resumía la tradición jerezana. Su hermano Manuel Morao, durante muchos años acompañando al cante de Terremoto, La Paquera, La Perla de Cádiz, Juan Talega y Antonio Mairena. La maestría de Parrilla de Jerez o.Perico el del Lunar que empezó tocando en Jerez, y se trasladó a Madrid en 1920 donde trabajó como primer guitarrista del colmao Villa Rosa pasando  a trabajar en el tablao madrileño Zambra como primer guitarrista, ocupando este lugar hasta su muerte.

Jerez, que sabe de flamenco y al que Paco de Lucía respetaba tanto por ello hasta el punto de manifestar en más de una entrevista que aquí, en Jerez “está la esencia, el cogollo del flamenco”, se volcó aquella noche con el genio algecireño.

Esta historia de sonoridad, resonancia, ruido, son, sonsonete, soniquete, ecos,  ronquidos, susurros, y  voces, es la historia de un testarudo sobresalto que dura cinco siglos; es la historia también del desencuentro entre una cultura secularmente nómada y una cultura sedentaria, generalmente recelosa, frecuentemente autoritaria y a veces inmisericorde; y, finalmente, es la historia de una lágrima duradera que se transformará, a finales del siglo XVIII y desde la prodigiosa y milenaria tradición musical andaluza, en una de las músicas más bellas de la tierra, en una de las músicas más llenas de consuelo y de desconsuelo que han inventado el genio, el dolor y la memoria de los hombres: la música flamenca y, dentro de ella, el virtuosismo sobrecogedor de un toque de guitarra como los que nos dejó tantos grandes guitarristas como Paco de Lucía.

Hoy más que nunca, por Paco de Lucía, se hacen presente aquellos versos que Lorca dedicó a la guitarra en su libro El poema del cante jondo:Empieza el llanto de la guitarra. Se rompen las copas de la madrugada. Empieza el llanto de la guitarra. Es inútil callarla. Es imposible callarla. Llora monótona como llora el agua, como llora el viento sobre la nevada. Es imposible callarla.  Llora por cosas lejanas. Arena del Sur caliente que pide camelias blancas. Llora flecha sin blanco, la tarde sin mañana, y el primer pájaro muerto sobre la rama. !Oh guitarra! Corazón malherido por cinco espadas”.
 (Artículo publicado en información Jerez el pasado domingo 2 de marzo de 2014 y al día siguiente en VIVA JEREZ).
El jerezano Javier Molina.
 

 
 
 
 

"Para Paco de Lucía es todo un orgullo venir a Jerez y no había venido antes por pura responsabilidad de pisar esta tierra, a la que le tiene mucho respeto, por ser una de las cunas del flamenco", cuenta una persona cercana al artista."Para Paco de Lucía es todo un orgullo venir a Jerez y no había venido antes por pura responsabilidad de pisar esta tierra, a la que le tiene mucho respeto, por ser una de las cunas del flamenco", cuenta una persona cercana al artista. La organización no ha adelantado los puntos de venta de las entradas, que se indicarán en una rueda de prensa que el Ayuntamiento ofrecerá en los próximos días con toda la información del concierto.

Haciendo un poco de historia, y según cuenta el flamencólogo Juan de la Plata, "es verdad que Paco de Lucía hace muchísimos años que no actúa en Jerez, aunque no será la primera, ni la segunda vez que lo habrá de hacer, en nuestra ciudad". La primera vez que Paco de Lucía hizo un solo de guitarra ante el público jerezano, lo hizo a instancias de De la Plata, cuando aún era un desconocido total, en el antiguo cine terraza Tempul, allá por los años sesenta, que fue cuando luego compondría su tema 'Tempul', recordando aquella noche, en que había venido acompañando a Fosforito "y éste me habló de las habilidades del muchacho, sugiriéndome que le pidiera que hiciera un solo", cuenta el presidente de la Cátedra de Flamencología.

La segunda vez fue en 1970, en la sala Pescadería, entonces salón de actos de la Academia de San Dionisio, cuando la Cátedra le concedió el Premio Nacional de Guitarra.

Otra ocasión posterior sería en concierto, en el primitivo pabellón de la Escuela Andaluza del Arte Ecuestre, en el Parque González Hontoria. "Pero a este concierto no fueron más allá de 20 personas - yo entre ellas- , debido a la nula publicidad que se hizo del evento. Ya entonces el guitarrista comenzaba a valorarse", cuenta Juan, que recuerda que fue aquí "donde arrancó su incipiente fama, después de que se diera a conocer de la mano de la Cátedra. Aunque, en honor a la verdad, junto a su hermano Pepe, con quien formaba un dúo bajo el nombre de 'Los Chiquitos de Algeciras', recibió un premio en un concurso que hizo el Ayuntamiento, en tiempos del alcalde García-Figueras, en 1962"."Para Paco de Lucía es todo un orgullo venir a Jerez y no había venido antes por pura responsabilidad de pisar esta tierra, a la que le tiene mucho respeto, por ser una de las cunas del flamenco", cuenta una persona cercana al artista. La organización no ha adelantado los puntos de venta de las entradas, que se indicarán en una rueda de prensa que el Ayuntamiento ofrecerá en los próximos días con toda la información del concierto.

Haciendo un poco de historia, y según cuenta el flamencólogo Juan de la Plata, "es verdad que Paco de Lucía hace muchísimos años que no actúa en Jerez, aunque no será la primera, ni la segunda vez que lo habrá de hacer, en nuestra ciudad". La primera vez que Paco de Lucía hizo un solo de guitarra ante el público jerezano, lo hizo a instancias de De la Plata, cuando aún era un desconocido total, en el antiguo cine terraza Tempul, allá por los años sesenta, que fue cuando luego compondría su tema 'Tempul', recordando aquella noche, en que había venido acompañando a Fosforito "y éste me habló de las habilidades del muchacho, sugiriéndome que le pidiera que hiciera un solo", cuenta el presidente de la Cátedra de Flamencología.

La segunda vez fue en 1970, en la sala Pescadería, entonces salón de actos de la Academia de San Dionisio, cuando la Cátedra le concedió el Premio Nacional de Guitarra.

Otra ocasión posterior sería en concierto, en el primitivo pabellón de la Escuela Andaluza del Arte Ecuestre, en el Parque González Hontoria. "Pero a este concierto no fueron más allá de 20 personas - yo entre ellas- , debido a la nula publicidad que se hizo del evento. Ya entonces el guitarrista comenzaba a valorarse", cuenta Juan, que recuerda que fue aquí "donde arrancó su incipiente fama, después de que se diera a conocer de la mano de la Cátedra. Aunque, en honor a la verdad, junto a su hermano Pepe, con quien formaba un dúo bajo el nombre de 'Los Chiquitos de Algeciras', recibió un premio en un concurso que hizo el Ayuntamiento, en tiempos del alcalde García-Figueras, en 1962"."Para Paco de Lucía es todo un orgullo venir a Jerez y no había venido antes por pura responsabilidad de pisar esta tierra, a la que le tiene mucho respeto, por ser una de las cunas del flamenco", cuenta una persona cercana al artista. La organización no ha adelantado los puntos de venta de las entradas, que se indicarán en una rueda de prensa que el Ayuntamiento ofrecerá en los próximos días con toda la información del concierto.

Haciendo un poco de historia, y según cuenta el flamencólogo Juan de la Plata, "es verdad que Paco de Lucía hace muchísimos años que no actúa en Jerez, aunque no será la primera, ni la segunda vez que lo habrá de hacer, en nuestra ciudad". La primera vez que Paco de Lucía hizo un solo de guitarra ante el público jerezano, lo hizo a instancias de De la Plata, cuando aún era un desconocido total, en el antiguo cine terraza Tempul, allá por los años sesenta, que fue cuando luego compondría su tema 'Tempul', recordando aquella noche, en que había venido acompañando a Fosforito "y éste me habló de las habilidades del muchacho, sugiriéndome que le pidiera que hiciera un solo", cuenta el presidente de la Cátedra de Flamencología.

La segunda vez fue en 1970, en la sala Pescadería, entonces salón de actos de la Academia de San Dionisio, cuando la Cátedra le concedió el Premio Nacional de Guitarra.

Otra ocasión posterior sería en concierto, en el primitivo pabellón de la Escuela Andaluza del Arte Ecuestre, en el Parque González Hontoria. "Pero a este concierto no fueron más allá de 20 personas - yo entre ellas- , debido a la nula publicidad que se hizo del evento. Ya entonces el guitarrista comenzaba a valorarse", cuenta Juan, que recuerda que fue aquí "donde arrancó su incipiente fama, después de que se diera a conocer de la mano de la Cátedra. Aunque, en honor a la verdad, junto a su hermano Pepe, con quien formaba un dúo bajo el nombre de 'Los Chiquitos de Algeciras', recibió un premio en un concurso que hizo el Ayuntamiento, en tiempos del alcalde García-Figueras, en 1962".