miércoles, 25 de septiembre de 2019

SANTO REPROCHE




La cofradía del Santo Reproche se ha introducido a todos los niveles, desde lo civil a lo religioso en lo que lo cofrade tiene tanta fuerza desde hace siglos. En Jerez lo hemos visto recientemente con el conflicto surgido entre la cofradía del Prendimiento y la Jerarquía Eclesiástica, un conflicto en el que los reproches no han faltado, algo que no es de extrañar cuando hablamos de instituciones que son sociedades vivas y están compuesta por personas por lo que es perfectamente lógico que, en ocasiones, surjan cuestiones que provoquen roces y que lleven al enfrentamiento, si bien a diferencia de las instituciones civiles los conflictos en la Iglesia, por su carácter cristiano, nunca llega la sangre al río y en un noventa y nueve por ciento de los casos éstos agravios terminan en concordias.

Hay quien afirma que de todas las cofradías que salen a la calle y no esperan a que sea Semana Santa, la más famosa es la del Santo Reproche, que describió genialmente Sabina en diecinueve días y quinientas noches. En la letra de ese poema con música, el de Úbeda, en un ataque de dignidad, decide comerse para dentro su tristeza y el despecho del abandono, y renuncia a hacer el ridículo lamentando las culpas ajenas:“Y eso que yo, paro no agobiar con flores a María, para no asediarla, con mi antología de sábanas frías y alcobas vacías, para no comprarla con bisutería ,ni ser el fantoche que va en romería, con la cofradía del Santo Reproche, tanto la quería, que tardé, en aprender a olvidarla, diecinueve días y quinientas noches.” Algo parecido ha ocurrido estos días con nuestros políticos, todos renuncian a hacer el ridículo lamentando las culpas ajenas, políticos que son incapaces de vivir sin echarle la culpa a otro de cualquier cosa que le suceda. La legislatura ha durado lo que duran dos peces de hielo en un güisqui on the rocks y de tantos tiras y aflojas, tanto fingir o, estrellarse en una copa de celos, se han quedado muchos ciudadanos con la miel en los labios y escarcha en el pelo. Ya hay quien augura que con la nueva convocatoria electoral, lo que nos espera es una precampaña y una campaña llenas de reproches en detrimento de propuestas.

Al final lo que queda es un neceser con agravios. Agravios de la cofradía del Santo Reproche a los que estamos ya demasiado acostumbrado a nivel nacional, regional o local, incluso cuando se toman los micrófonos para hacer declaraciones. Una norma acusatoria que se ha hecho extensiva a toda tertulia televisiva y a toda conversación sobre nuestros mandatarios.

 La mayoría de los reproches que acaban en conflictos vienen motivados por la tentación del poder. Y no podemos olvidar que la autoridad existe y subsiste en la medida en que no guarda para sí lo recibido ni se encierra en una suficiencia prepotente utilizándola para sus propios fines porque se hace entonces autoritaria y abusiva. La autoridad plenamente responsable descentra el pensamiento y la acción del amor propio y utiliza el poder que ha recibido al servicio ajeno para no ocasionar frustración.

 Los reproches surgen como una respuesta a una frustración. La frustración política hará que la cofradía del Santo Reproche, de aquí al 10 de noviembre, esté aún más presente, el peligro es que esa frustración provoque urnas tan vacías como las alcobas de Joaquín Sabina. 
(Artículo que publiqué en INFORMACIÓN JEREZ el pasado domingo 22 de septiembre de 2019 y al día siguiente en VIVA JEREZ)
 
Fotografía antigua del "paso" de la Hermandad del Prendimiento de Jerez.
  

martes, 17 de septiembre de 2019

CONSERVACIÓN PATRIMONIAL


 
 
El Ayuntamiento jerezano ha dado a conocer los Premios Ciudad de Jerez del presente año, unos premios que serán entregados el próximo 9 de octubre, festividad de San Dionisio, patrón de Jerez, y aniversario de la reconquista cristiana de la ciudad. El Premio Ciudad de Jerez a la Conservación Patrimonial, ha recaído en el recientemente inaugurado Hotel Casa Palacio María Luisa, Cinco Estrellas Gran Lujo. Un alojamiento situado en una majestuosa casa palaciega del siglo XIX, sobre el que se ha realizado un trabajo impecable de recuperación y conservación del patrimonio, que ha mantenido la solemnidad como palacio al tiempo que se ha adecuado técnicamente a las exigencias de confort.

Enclavada en la histórica y céntrica calle Tornería, la que fuera parte limítrofe de la antigua judería jerezana y que debe su nombre a los menestrales dedicados al oficio de torneros, la espléndida casa palaciega que hoy acoge éste señorial establecimiento hotelero fue habitada primeramente por los señores González, siendo adquirida a principios del siglo pasado por Domecq y Díez que la legó a sus descendientes. En sus muros aún queda el recuerdo del jerezano Juan Pedro Domecq, Ingeniero químico, bodeguero, poeta y ganadero de reses bravas, segundo hijo, primer varón, de los seis que tuvo el matrimonio formado por Juan Pedro Domecq y Núñez de Villavicencio y María Díez Gutiérrez. Ilustre ciudadano que aparte de los negocios bodegueros y de su labor como ganadero de reses bravas, destacó también en el ámbito de la poesía. Muy influido por la obra de Fernando Villalón, publicó a lo largo de su vida distintos libros de poesía campera entre los que destaca Sobre el Arzón de la Silla o Poesías Camperas. Fue fundador de la Academia Jerezana de San Dionisio de Ciencias, Artes y Letras y del Patronato de Escuelas Rurales Católicas, siéndole otorgada la Cruz de 1.ª clase de Alfonso X el Sabio.

Su imponente e histórica casa palaciega de principios del siglo XIX, que representa la época de mayor esplendor de la ciudad con su fachada de piedra y ladrillo, su trabajada forja, sus frontones enmarcados por pilastras adosadas, su interesante patio interior de arcos y columnas y su jardín trasero con fachada de Aurelio Gómez Millán, pasó, posteriormente, a ser sede del Casino Jerezano hasta su reconversión en éste hotel de lujo que ahora recibe el reconocimiento por su exquisita restauración. Como se señala en la página oficial del establecimiento la Casa Palacio María Luisa encarna el espíritu característico de la ciudad jerezana, uno de los destinos con más solera de España, y es la expresión de la ciudad, de su historia, de su entorno y de su cultura.

La calle Tornería y la plaza de plaza de Rafael Rivero, enclave del Hotel Casa Palacio María Luisa,  son todo un ejemplo de  conservación patrimonial. En la plaza el palacio de Garvey, hoy reconvertido también en establecimiento hotelero; el de Domecq de la Riva, antiguo de Villacreces, que continúa en manos de sus descendientes o el de Pérez-Luna o Rivero, siguen conservando su nobleza y su esplendor de siempre. Igualmente en la calle Tornería son varias las casonas burguesas que se han ido restaurando en estos últimos años con acertado criterio. La conservación patrimonial es una obligación de todos, tanto de instituciones como de particulares. Estos premios anuales son un claro ejemplo de que la apuesta por el patrimonio siempre ofrece recompensas.
 
(Artículo que publiqué en INFORMACIÓN JEREZ el pasado domingo 15 de septiembre de 2019 y al día siguiente en VIVA JEREZ)
 
El ganadero Juan Pedro Domecq y Díez, junto a su hijo y nieto, en su mansión de la calle Tornería actuamente Hotel Casa Palacio María Luisa.
 

viernes, 6 de septiembre de 2019

VOLVER A EMPEZAR


 
 
 
          Con la llegada del mes de septiembre todo vuelve a empezar, se recobra la vida cotidiana con sus horarios y hábitos, las ciudades retoman su actividad normal y, aunque las temperaturas siguen altas, todo parece volver al ritmo que perdimos con la entrada del tiempo estival.

            Este mes de agosto he tenido la oportunidad de visitar la hermosa ciudad de Gijón,  llamada por algunos "el Jerez del Norte". Una ciudad que se mueve en la misma disyuntiva con la capital de la provincia que se da en Jerez y que también vemos en otras provincias como la dicotomía existente entre las ciudades de Murcia y Cartagena, Pontevedra y Vigo, La Coruña y Santiago de Compostela o Badajoz y Mérida. Mi amigo el profesor de historia Gonzalo María Fernández Hernández, con fuertes lazos jerezanos, vive en Gijón y me cuenta que allí los problemas son muy parecidos a los de Jerez. En Gijón existían hasta los años 80 cuatro astilleros que se cerraron. Antiguos palacios de la nobleza gijonesa hoy se han reconvertido como restaurantes para bodas de lujo. En el centro tiendas de toda la vida cierran. La élite de Gijón, hasta los 80 vinculada a la minería de Asturias o al mar por medio de empresas fletadoras o consignatarias de buques, ha visto como muchos de sus miembros más jóvenes tenían que dedicarse al sector de la Banca o de otro género de empresas pero fuera de Gijón y bastantes de ellos en el extranjero.

Si una película retrata la ciudad de Gijón con emoción es la oscarizada “Volver a empezar” (1982) de José Luis Garci.  En 1981, Miguel Albajara (Antonio Ferrandis), un famoso escritor que vive en Estados Unidos, está a punto de recibir el Premio Nobel de Literatura. Tras recibir la noticia que sólo le quedan seis meses de vida, decide hacer su último viaje a su ciudad natal, su Gijón del alma. Allí se rencuentra con su amor de juventud, Elena (Encarna Paso). Juntos recorren la ciudad y otros bellos lugares de Asturias. Ya lo diría Garci, “Gijón tiene cierto veneno, cierto encanto en el paisaje y en el clima, que va muy bien con el marco para la melancolía de la historia”. También añadiría, “Gijón posee algo difícil de explicar, un carisma especial”. Así lo pensamos muchos, a pesar de que la Capital de la Costa Verde no es la más monumental, engancha como pocas.

Algo parecido pasa con este “Gijón del Sur” que es Jerez, con sus antiguas industrias que cerraron, sus palacios que se caen o, los que han tenido mejor suerte, reconvertidos, su comercio tradicional en extinción y sus jóvenes más preparados buscando futuro fuera de Jerez o en el extranjero. Jerez, como Gijón, tiene un cierto encanto en su paisaje y en su clima que va muy bien para la melancolía de la historia, para mirar a nuestro pasado y volver a empezar en todo aquello que se ha ido distorsionando. Solo hay que analizar muchos de esos problemas que siguen vigentes en la ciudad y que no solo no se le han dado solución sino que se han complicado aún más. Quizás con la llegada de septiembre sea el momento de plantearse afrontar los problemas aún existentes empezando de nuevo porque, como en la película de Garci, hay cosas en Jerez que necesitan volver a empezar para recobrar su amor de juventud.
         (Artículo que publiqué en INFORMACIÓN JEREZ el pasado domingo 1 de septiembre de 2019 y al día siguiente en VIVA JEREZ)





Una mirada al pasado industrial de Jerez.