jueves, 26 de septiembre de 2013

PODER DE CONVOCATORIA


 
Lo conté hace ya unos años en esta misma columna de Jerez intramuros. Era sábado, final de campaña para las elecciones al Parlamento nacional, en la capital hispalense coincidían, a la misma hora, tres actos importantes, en el parque de los Príncipes, mitin de José María Aznar; en la plaza de Armas, Felipe González; y en la puerta de Palos de la Catedral sevillana la salida extraordinaria de la Virgen de la Paz, de la Hermandad del Porvenir, conmemorativa de sus bodas de oro fundacionales. Según estimaciones oficiales unas cien mil personas se concentraron en el parque de los Príncipes, otras tantas en la plaza de Armas y unas trescientas mil, más del doble, en la plaza del Triunfo para ver salir a la Virgen blanca de la Paz en procesión gloriosa. Antonio Burgos desde su recuadro de ABC, lo dejó bien claro "En Andalucía quien tiene auténtico poder de convocatoria es un tambor y un paso de palio".

 Y bien que llevaba razón Antonio Burgos, lo pudimos comprobar los jerezanos estos días atrás cada vez que el paso de palio de la Virgen de la Esperanza se ponía en la calle, especialmente en la tarde de su Coronación Canónica donde una auténtica muchedumbre llenó las calles de Jerez. Una multitud solo comparable a los días de Semana Santa, donde también los tambores y los pasos de palios se echan a la calle, y a la noche mágica de Reyes, donde miles de familias acuden a recibir a los Magos de Oriente.

Lo vimos con la Virgen de la Esperanza y lo vimos hace poco con la Virgen del Valle. Y si bien la Virgen era la protagonista del evento y la razón única de esta celebración, muchos acudieron, sobre todos los que venían de fuera de la ciudad, por el tirón que en esta tierra tiene un tambor y un paso de palio. En Andalucía está más que demostrado que no es lo mismo una procesión con paso de palio y tambores que aquella que no lleva estos dos elementos, porque el paso de palio es Andalucía pura,  el colmo de una perfección unida a esas formas elegantes que tan bien se dominan por estos lares. En cierta ocasión, a ese portento del toreo y de la filosofía popular que era Rafael El Gallo le preguntaron: “¿Qué es lo clásico?” Y El Gallo respondió: “Clásico es lo que ya no se puede hacer mejor”. Y le insistieron: “¿Y qué es lo que ya no se puede hacer mejor?” A lo que él respondió: “Un Paso de Palio”.

Así es, un paso de palio, en su conjunto, no se puede hacer mejor y eso llega al que tenga un mínimo de sensibilidad. Un prodigio de perfección que se complementa con una música que busca siempre identificarse con él para acentuar la sensación de belleza y los sentimientos emotivos que su contemplación provoca en las personas.

Jerez, hace una semana se llenó de esperanzas, esperanza en una ciudad que no está muerta porque cuando se le ofrece algo que verdaderamente siente y le gusta sale a la calle; esperanza en unas instituciones cofrades que no se limitan a una semana al año, con todo lo que ello significa, sino que son capaces de atraer multitudes y aunar esfuerzos para fines nobles; esperanza en un futuro sobre la base de una rica historia en la que ha tenido mucho que ver la cultura y las creencias de siglos; esperanza en una ciudad mejor si se sabe valorar y apoyar todo aquello que hemos sido, somos y queremos seguir siendo. Todo aquello que verdaderamente tiene poder de convocatoria.
(Artículo publicado en Información Jerez el pasado domingo 22 de septiembre de 2013 y al día siguiente en VIVA JEREZ).
 
Recogida de la Esperanza de la Yedra en el convento de Madre de Dios acompañada por una auténtica muchedumbre.
Década de los sesenta del pasado siglo XX.
 

   

  

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