jueves, 3 de diciembre de 2015

TIEMPO DE PAZ




Existe en Jerez una imagen de la Virgen, en el templo de San Marcos, ante la cual y en numerosas ocasiones se habían llevado reconciliaciones de litigios entre nobles caballeros. Según acta documental, el 15 de marzo de 1541 se creó la Hermandad del Santísimo Sacramento y Santa María de la Paz. Tomando por titular a Jesús Sacramentado y a esa imagen de la Virgen ante la que tantos caballeros firmaron la paz y posteriores concordias.  475 años se cumplirán en el 2016 de la creación de esta Hermandad Sacramental.  Pues bien, 475 años después la paz sigue siendo esa paloma blanca que de vez en cuando se nos escapa para dar paso a los conflictos y las guerras.

A pesar de todos los pesares – envidias, odios y resentimientos- de cuanto pueda enturbiar el alma humana, necesitamos serenidad, tranquilidad y paz. Y el deseo de paz es tan necesario para poder alcanzar, siquiera un rato, la felicidad, que solo a un trastornado se le puede venir en ganas el impulso violento de la agresión. Sin embargo, es palpable, que hay odio, resentimiento y enfrentamientos en el mundo actual. Ambiciones e intereses oscuros dispuestas a llevarse por delante, o al menos intentarlo, a cuanto se le ponga enfrente. Razones para quienes han de justificar permanentemente sinrazones de comportamiento. Por todo eso y mucho más hemos de esperar paz. Hemos de pedir paz externa e interna. La paz se nos pierde en la historia y en el tiempo, la paz de antes y la paz necesaria de hoy. La paz fecunda que cada vez es más necesaria que nos invada. Esos tiempos de paz que deberían ser eternos.

En muchas ciudades de España en este fin de semana se ha encendido la Navidad. Con el encendido del alumbrado navideño las ciudades se transforman, cobra vida y alegría, llenando de musicalidad y de color el ambiente. Con la luz de la Navidad vuelven los villancicos, las tradicionales coplas de Nochebuena que nos llenan de mensajes de amor y de paz. Solo hay que volver a oír esa “Noche de paz” que es todo un himno del amor y de la fraternidad en el mundo, para sentir que la Navidad es tiempo pacificador y de justicia. Porque no olvidemos que la paz no existe si no hay justicia. Esa justicia que significa que los derechos de todos son respetados, que todos son considerados iguales en dignidad, que nadie es marginado ni discriminado por sus ideas, religión, raza, color de la piel, situación económica, o situación sexual. Hay justicia cuando todos tienen igualdad de oportunidades y pueden ser satisfechos en sus necesidades básicas de salud, vivienda, educación y trabajo. No hay justicia cuando algunos tienen mucho y les sobra, y muchos tienen poco o nada, y les falta. Navidad es solidaridad y hacer esfuerzos para que esa paz, que tanto mencionaremos estos días en esas tradicionales coplas de Nochebuena, se haga realidad y no se esfume como el humo de las fogatas zambomberas.

Después de tantos siglos los caballeros del mundo siguen empeñados en que la paz y concordia brille por su ausencia, que los conflictos y las armas sigan protagonizando titulares de prensa. No es tiempo de bombas sino de paz, ya lo dijo Albert Einstein: “Cuando me preguntaron sobre algún arma capaz de contrarrestar el poder de la bomba atómica yo sugerí la mejor de todas: La paz.”
 
(Artículo que publiqué el pasado domingo, 29 de noviembre de 2015, en INFORMACIÓN JEREZ y al día siguiente en VIVA JEREZ).
 
Santa María de la Paz y Concordia. Parroquia de San Marcos. Jerez.
 

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