miércoles, 5 de julio de 2017

LAS ESCALERILLAS




La junta de gobierno local del Ayuntamiento de Jerez ha aprobado la rotulación de las populares escalerillas con el nombre de Joaquín Naranjo Guerrero. Tal como recoge el expediente fue en el  año 1952 cuando Joaquín Naranjo instaló su negocio de prensa y revistas, que hoy regenta su hijo Mario, en su actual ubicación junto al teatro Villamarta, lugar en el que se construyó, tras la inauguración del coliseo jerezano, los dos envíos, bajo cuya mesetilla se situó un pilón. Una vez conseguida la cesión y obtenido los debidos permisos, Joaquín Naranjo limpió el lugar, consolidó y pintó los paramentos y montó su negocio de venta de prensa, popularmente conocido como el de La Escalerilla, el primero y más antiguo de Jerez. Con el nuevo quiosco, la plaza cobró vida, no solo porque desapareció el hedor de la inmundicia del pilón, sino por la afluencia de público que acudía a diario a comprar los periódicos, sobre todo, los domingos y festivos.

En tiempos pasados la diferencia de nivel existente entre la calle Bodegas y la antigua plaza de la Unión, entre el solar del extinto convento de la Vera-Cruz y la manzana de casas que ocupaban casi toda la extensión de lo que es hoy el edificio de Correos, no era más que una cuesta terriza o un pendiente talud, que apenas se atrevían a salvar las caballerías y vehículos de tracción animal que se veían obligados a transitar por la zona. Para mejorar dicho paso y formando parte de un plan de reforma del solar del exconvento de la Vera-Cruz, que se deseaba convertir en un ajardinado paseo, el Ayuntamiento encargó al arquitecto municipal José Esteve y López el correspondiente proyecto y presupuesto económico, que éste redactó  en 1888 y que fue aprobado dos años después. En ese primer proyecto el arquitecto municipal, señor Esteve, ya mostraba la intención de facilitar el paso a la calle Bodegas por medio de dos escalinatas. Los vecinos vieron entonces más conveniente una nueva rampa a fin de facilitar el paso de los carros que portaban las botas que eran llevadas a las bodegas allí existentes y accedían tanto a las cocheras de dicha calle como a la plaza de Abastos. A la vista de este escrito, el Ayuntamiento ordenó un nuevo estudio urbanístico del lugar con la rampa solicitada. El cambio de escalerillas por rampa no fue finalmente aprobado aunque, a punto de iniciarse las obras, se modificó las dos escalinatas por una sola más ancha y frontal a la plaza. Con la construcción del teatro Villamarta, inaugurado en 1928, se vuelve a modificar este espacio urbano, transformando la primitiva escalinata frontal en doble escalerilla que es la que hoy subsiste; si bien, como hemos dicho, tenía en su centro un pilón que siempre estaba seco y lleno de basuras, ubicándose allí el famoso quiosco de Joaquín Naranjo, el quiosco de La Escalerilla como popularmente se conoce, que tanta vida ha dado durante más de sesenta años a la plaza del Villamarta.

Ahora el nombre de Joaquín Naranjo, grande como persona, como jerezano y como conocer de nuestras cosas, quedará para siempre perpetuado en esas escalerillas que formó parte de su vida y de todos los que nos acercábamos a su quiosco en busca de la prensa o de esos cómic y revistas de nuestra infancia que aún hoy, con su recuerdo, nos siguen alegrando la vida.   

            (Artículo que publiqué en INFORMACIÓN JEREZ el pasado domingo 2 de julio de 2017 y al día siguiente en VIVA JEREZ)  


Joaquín Naranjo, en una foto del ayer, despachando la prensa en su  quiosco de La Escalerilla. (Foto Jerezsiempre)

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