martes, 10 de abril de 2012

TODO PASA


           Pasó la Semana Santa, la levantá a pulso del Domingo de Ramos entre costales de nubes y búsquedas de luces. Pasó la encapotada amanecida y pasó la templada noche. Pasaron las salidas y las recogidas. Pasó la Entrada Triunfal y las Angustias del humilladero. Pasó el gesto del Perdón y pasó el gesto del desprecio. Pasó la Paz y también la Mayor Aflicción.

            Pasó el domingo y pasó el lunes. Pasó la juventud de un Lunes Santo que se hace mayor. Pasó la ciudad ante sus ritos y sus tradiciones. Pasaron las puertas que se abrieron y los llamadores que sonaron. Pasó la música de la banda y el canto de la saeta. Pasaron las imágenes y los pasos, los acólitos y los nazarenos, los capataces y los costaleros. Pasó la Cena y la Candelaria. Pasó nuestro Refugio y nuestro Socorro. Pasó nuestro Amor y nuestro Sacrificio.

            Pasó Jerez casi sin darse cuenta entre los muros de San Mateo, la luz de la cera, las torrijas y el azahar. Pasó la madre del monaguillo y el amigo del nazareno. Pasó nuestra Defensión y nuestro Amor. Pasó la Clemencia de San Benito y pasaron muchas cosas en martes como si no hubiera pasado nada cuando tanto estaba pasando.

            Pasó el martes y pasó el lunes. Pasó el remanso de la climatología y pasó al mismo tiempo la explosión de fe de un miércoles único. Pasó el sonido de las bambalinas golpeándose monorrítmicamente contra el varal o éste quejándose porque lo azotan las borlas de la cordonería. Pasó el rastrear de los pies y golpeo de las varas en el suelo. Pasó el Soberano Poder, el Consuelo y la Caridad. Pasaron los Dolores y Desamparos. Pasaron todas las Amarguras del mundo.

            Pasó la Carrera Oficial, con sus palcos ocupados y su prestancia de ciudad importante. Pasaron las Cruces de Guía y los estandartes. Pasó la flor encendida de pena y el farol luminoso de fe. Pasó la visita indeseada de la lluvia y la gloria de volver a vestirse de nazareno. Pasaron los balcones llenos y los retablos andantes. Pasaron hasta los “pasos”.

Pasó el Jueves, la Madrugada y el Viernes. Pasó intensamente cada minuto, cada instante, cada vivencia de la Semana Santa. Por el centro urbano pasaron los barrios y los extrarradios, los ausentes y los omnipresentes. Pasaron tantas cosas que ya muchas ni siquiera nos acordamos.

            Pasó el rito y la fiesta, la devoción y la cultura, el arte y la fe. Pasó Jerez con sus historia y su tradición, con sus luces y sus sombras, con sus positivos y negativos, con su hoy, con su ayer y con su siempre.

            Pasó la Semana Santa, pasó Dios por la ciudad, unos muchos pasaron de Él y otros pocos pasaron de todo lo que no es Él.
             
            “Todo pasa y todo llega” ya lo dijo el poeta, pero lo nuestro es pasar en la espera de que llegue un nuevo Domingo de Ramos.

            (Artículo publicado el pasado domingo 8 de abril de 2012 en Información Jerez y ayer en VIVA JEREZ)

Bella estampa del ayer del palio de la Virgen de la Piedad despidiendo a la Semana Santa de Jerez en el marco de un entorno hoy completamente transformado: Los jardines del Monte Calvario.

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