La ministra de Trabajo, Magdalena Valerio, aseguraba
hace unos días que a su departamento le han "colado un gol por la
escuadra" por dar el visto bueno a la constitución de un sindicato de
trabajadoras sexuales. Valerio admite que ha sido "una sorpresa" ver
publicada en el BOE la legalización del “Otras”, la Organización de
Trabajadoras Sexuales. La ministra aseguró que pedirá a la Abogacía del Estado
que inicie los trámites para declarar esta resolución "nula de pleno
derecho". La decisión de la ministra ha indignado a las promotoras del
sindicato. Concha Borrell, secretaria general de “Otras”, la acusa de
"querer defender los intereses de la patronal y no el de las trabajadoras",
no ahorrando críticas a la ministra: "El actual PSOE, un
partido creado por sindicalistas para defender a los trabajadores, se ha
preocupado tanto de tener un gran abanico de mujeres en el gobierno que no se
ha preocupado de que sean competentes". Y remató: "Si le hemos colado
un gol, que contrate mejores porteras".
Mejores porteras tuvimos en Jerez para abrir nuevos
horizontes a esas mujeres que se veían obligadas a ejercer la prostitución al
no encontrar otra salida. En 1643 Ana Díaz funda, en la esquina de la jerezana
calle Gaitán con la plaza del Mamelón, el beaterio de Nazarenas o recogidas
para acoger a todas aquellas mujeres que huían de la comercialización de su
cuerpo. Siglos después, concretamente el 22 de noviembre de 1891, llegan a
Jerez las religiosas Oblatas del Santísimo Redentor. Una congregación que
obtiene su refrendo definitivo por la Santa Sede el 19 de mayo de 1895. Desde
los inicios los objetivos han sido la creación de un asilo o “refugio” para
acoger a jóvenes en peligro de extraviarse moralmente.
A Jerez llegaron de la mano de la Asociación de
señoras de las Conferencias de San Vicente de Paúl. Al principio se hospedaron
en la casa que tenían las Siervas de María en la plaza de las Angustias. Al
poco tiempo Cecilia Isasi dona, altruistamente, una finca de doce aranzadas,
llamada San José, en la zona conocida como San Benito, que contaba con una casa
con su pequeña capilla, una extensa viña, varios pozos y muchos árboles
frutales. Andando el tiempo se introdujeron importantes mejoras en la casa y se
construyó una iglesia, gracias a las limosnas recibidas de distintos
bienhechores, entre los cuales es de justicia destacar a la familia Domecq. La
primera acogida fue una niña de 13 años y se le puso el nombre de Socorro y la
segunda una mujer de 60 años que recibió el nombre de Loreto.
Las Oblatas, a la vista de que su casa amenazaba
ruina, con el paso del tiempo, levantaron en la misma finca “San José”, un
moderno edificio con capilla y residencia para jóvenes. Inaugurándose todo el
complejo el 12 de junio de 1977. Como ocurre con otras congregaciones
religiosas también las Oblatas se vieron obligadas recientemente a marcharse de
Jerez y sus instalaciones vienen
sirviendo actualmente para la labor social
del “Hogar La Salle” que, en cierta medida, continúa con la obra redentora
y de acogida que tan meritoriamente llevaron a cabo durante años las religiosas.
Sirvan estas
líneas como reconocimiento a las Oblatas del Santísimo Redentor por cuanto bien hicieron en Jerez a esas “otras”
personas que tanto necesitan que les abran nuevas puertas para reconducir sus
vidas.
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