Al
igual que ocurre en las jornadas previas a las grandes fiestas los colegios se
disponen, estos días, a organizar distintos actos celebrativos en los que los
más pequeños suelen ser protagonistas. La Semana Santa es una de ellas, que se
vivirá especialmente en los colegios religiosos y en algunos públicos por el
carácter tradicional y cultural de la celebración. Estas procesiones infantiles
de Semana Santa en los colegios públicos andaluces han dado lugar a protestas
laicistas, la Junta de Andalucía ha salido al paso poniendo en valor su
naturaleza cultural y de defensa de las tradiciones, apoyando la celebración de
la Semana Santa en los colegios públicos siempre que sea una actividad que
tenga el respaldo del claustro y del Consejo Escolar.
La
antropóloga Gema Carrera Díaz afirma que la Semana Santa, como otras fiestas
andaluzas, es reflejo de diversidad,
complejidad y riqueza cultural. Para comprenderla se deben
aceptar sus múltiples dimensiones: religiosa, estética, social, urbana. Su
permanencia es reflejo de la capacidad de socialización de los andaluces; sus
iconos, cercanos y humanos, de la capacidad de relativizar lo que otros
consideran verdades absolutas. La Semana Santa permite ilustrar un concepto integral de patrimonio cultural que
engloba manifestaciones materiales e inmateriales relacionadas entre sí y un
conjunto de actividades, procesos, saberes, técnicas y conocimientos
transmitidos de generación en generación, que producen un sentimiento de
identidad y continuidad a gran parte de los andaluces de todas las clases
sociales, creyentes y no creyentes.
El Consejo
de Ministros, a propuesta del entonces ministro de Educación, Cultura y Deporte,
Iñigo Méndez de Vigo aprobó la declaración de la Semana Santa como
Manifestación Representativa de Patrimonio Cultural Inmaterial. En el documento
oficial se especifica que la Semana Santa, como conmemoración de la Pasión,
muerte y resurrección de Jesucristo, comprende en España toda una serie de
celebraciones, entre las que destacan las procesiones. El real decreto reconoce
que la Semana Santa en España condensa una gran diversidad de valores
culturales desde su función como forma de expresión de la religiosidad popular
a su papel como marcador identitario, pasando por su importancia como vehículo
de conocimientos tradicionales y su relación con oficios artesanos, así como
con las múltiples obras muebles e inmuebles de valor artístico. Y continúa
argumentando que desde la época medieval las procesiones de Semana Santa se han
convertido en un fenómeno plural y cultural en el que participan todos los
géneros y capas sociales, en muchos casos al margen de la práctica religiosa.
Hay expertos que
incluso catalogan a la Semana Santa como la principal manifestación cultural
española, un Bien de Interés Cultural que merece ser explicado y comprendido
debidamente, siendo un vehículo para enseñar y aprender otras disciplinas, como
el Arte, la Geografía, la Sociología, la Historia, la política, etc. Un
fenómeno religioso y también social, que es historia viva, arte, patrimonio y cultura. Una interesante materia de estudio para
maestros, profesores y educadores, de cualquier de los ámbitos, formales, no
formales e informales, no para adoctrinar sino para educar frente a la ceguera
de los fanatismos intolerantes y ante los que pretenden ignorar la historia y
nuestra identidad.
. En los colegios
se adquiere cultura y la Semana Santa forma parte indiscutible de ella. Las
procesiones escolares no es más que la manifestación de las entrañas del propio
pueblo. Un niño con una pequeña trompeta y un tambor es la prueba evidente.
(Artículo que publiqué en INFORMACIÓN JEREZ el pasado domingo 7 de abril de 2019 y al día siguiente en VIVA JEREZ)
Entrañable fotografía de Pereiras que refleja como la condición cofrade es algo unido a nuestra cultura y a nuestra condición desde que nacemos. |
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