martes, 17 de diciembre de 2013

LA PLAZA ALADRO


 
 
 
La plaza Aladro ha sido noticia esta semana. Finalmente será allí donde se inicie, a partir del próximo año, la Carrera Oficial de las cofradías que realizan su Estación Penitencial en la catedral jerezana durante la Semana Santa. Han sido meses de estudios y propuestas, de encuentros y desencuentros, de dimes y diretes; en los que muchos han opinado pero solo unos pocos sabían con conocimiento de causa lo que era viable y lo que no, lo que podía ser beneficioso para la mayoría y lo que, por cuestiones que solo el que está metido en el fregado sabe, era imposible de llevar a cabo.

 
 A partir del año que viene el nombre de Aladro se hará muy popular en Semana Santa. Lo de “ya está la primera en la Rotonda” es historia, ahora toca familiarizarnos con “la primera en Aladro” cuando los azahares empiecen a inundar la Corredera y la primavera vuelva a hacerse protagonista de la ciudad.
 
 
           La coqueta y a su vez señorial plaza Aladro, de la que dijo el poeta que es un lugar para la armonía perfumada de la flor, para la verde esperanza de las ilusiones, para la brisa paseantes de los atardeceres, un jardín soñador que Jerez creó para el feliz recreo del espíritu, se verá aún más embellecida cuando el arte incomparable de nuestros cortejos procesionales se recorten sobre su frondosa arboleda o se enmarquen en las nobles fachadas del antiguo palacio del  marqués de la Montana, la muestra más monumental y elaborada de la arquitectura civil jerezana del siglo XVIII.  El cartel de la Semana Santa de los próximos años está ya servido.

        
           Juan Pedro Aladro y Kastriota, a quien se le dedicó esta plaza, fue un diplomático español nacido en Jerez de la Frontera el 8 de mayo de 1845 y fallecido en París el 17 de febrero de 1914. Estudió derecho y ocupó diversos cargos en las embajadas de Viena, París, Bucarest, Bruselas y La Haya. Hijo ilegitimo del bodeguero jerezano Juan Pedro Domecq Lembeye con Isabel Aladro Pérez, perteneciente ésta a una destacada familia gaditana, que lo cría como su hermano. Pero tres años antes de morir su padre lo reconoce haciéndolo heredero universal de su fortuna.  Fue aspirante al trono albanés por descender, por linea materna, de la princesa Kastriota, heredera del héroe albanés, Jorge Kastriota Skandenberg.

 
           Cuentan los historiadores que Juan Pedro movió cielos y tierras para la autonomía total de Albania, logrando que en 1899 se le reconociera su autoridad siendo proclamado rey por el partido nacional albanés, a la espera de la independencia de ese país. Se entrevistó con cuantas autoridades y soberanos de Europa pudo, que le prometieron su ayuda para que los albaneses se rebelaran contra la soberanía turca. Convirtiéndose en personaje molesto no sólo para los turcos sino también para cuantos querían imponer sus criterios sin potestad alguna para ello.

 
          Parece que el mismo espíritu de Aladro, de este gran Juan Pedro, diplomático y luchador, jerezano singular, defensor y generoso, se ha vuelto a hacer presente ahora  para que el inicio de la Carrera Oficial, ese lugar de privilegio, donde tantos jerezanos aspiran a tener su asiento, se implante junto a la que fue su fastuosa residencia y en la plaza que lleva su nombre.

 
        El próximo año la plaza Aladro se incorpora, con todos los honores, a la Carrera Oficial. En una semana tan fascinante como la vida de este jerezano, diplomático que aspiró, como otros aspiran hoy, a la independencia de los suyos frente a los grandes poderosos.  

 
           (Artículo publicado en Información Jerez el pasado domingo 15 de diciembre de 2013 y ayer en VIVA JEREZ)




Fotografía antigua de la fachada correspondiente a la plaza Aladro del antiguo palacio del marqués de la Montana, posteriormente de Domecq.

Postal del ayer de la plaza Aladro hacia la zona donde, desde la Semana Santa del próximo año, se iniciará la Carrera Oficial.


 


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