El
pasado jueves el Centro de Estudios Históricos Jerezanos abrió su actividad en
este nuevo año con una interesante ponencia-coloquio bajo el título 'Jerez
y sus conventos: ¿qué hacemos con ellos?'. Es uno de los debates surgidos en los últimos
años que se aviva cada vez que se marcha una comunidad. Los conventos son uno
de los elementos característicos del patrimonio local. ¿Están en peligro? El
profesor de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), Carlos Vizuete apunta
a datos objetivos y muy concretos relacionados tanto con la demografía
conventual como con la crisis económica por la que atraviesan que,
aclara, “nada tiene que ver con la del ladrillo".
Centrándonos
en los convento de clausura hay que decir que su situación es tal que
cada mes se cierra uno en España. Jerez no es ajeno a un fenómeno que parece
poner en cuenta atrás la vida en clausura. A la cada vez más escasa comunidad
se une la elevada media de edad. Pocas pueden hacer trabajos físicos complejos.
Y sin trabajar, sus ingresos merman. Las escasas alternativas económicas
para mantenerse ellas y mantener edificios con muchos problemas, así como la
falta de vocaciones, terminan provocando su marcha. El problema surge con el
valioso patrimonio que muchos de estos conventos atesoran y que, en cierta
medida, forman parte del elenco patrimonial e histórico de la ciudad.
Una
de las salidas planteadas para su mantenimiento, que se pusieron sobre la mesa
el pasado jueves, es su apertura al turismo, como ya se viene haciendo en otras
localidades, buscando fórmulas que hicieran compatibles las visitas sin
perturbar la vida ordinaria de las monjas. El turismo es actualmente una de las
principales actividades económicas en el mundo, ya que genera una importante
derrama económica, inversión y puede contribuir al crecimiento económico. El
dar a conocer el riquísimo y desconocido patrimonio material de los cenobios y,
a la vez, contribuir a sus sostenimiento y a la restauración de sus obras de
arte con el fruto económico que se obtenga de las visitas puede ser la solución
al problema que padecen muchos de los conventos. En Jerez, en lo que se refiere
a los conventos femeninos de clausura las últimas en marcharse han sido las
religiosas clarisas de Madre de Dios y las dominicas del Espíritu Santo. Al de
Madre de Dios se le han dado utilidad como Seminario diocesano, al edificio del
Espíritu Santo se está a la espera de conocer su futuro, la misma problemática
sigue azotando a los que quedan por lo que hay que buscar soluciones antes que
sea demasiado tarde.
La experiencia de otras ciudades nos hace ver que la
apertura al turismo de los conventos es una medida que garantiza su continuidad
y la conservación de todo su rico patrimonio. El Monasterio de las Descalzas
Reales de Madrid quizás sea el ejemplo más evidente de como compatibilizar la
clausura con las visitas turísticas. En Sevilla también hay algunos ejemplos,
el monasterio de Santa Paula es un claro referente en este sentido. Los
conventos jerezanos cuentan con elementos históricos y artísticos lo
suficientemente atractivos y valiosos como para ser protagonistas de una oferta
turística extraordinaria que haga posible su conservación solo hay que buscar
fórmulas, como se viene haciendo en otros lugares, para que, sin interferir en
modo alguno en la vida comtemplativa, en el caso que aún se mantenga, poder
garantizar su futuro.
(Artículo que publiqué en INFORMACIÓN JEREZ el pasado domingo 13 de enero de 2019 y al día siguiente en VIVA JEREZ)El convento del Espíritu Santo de Jerez era un auténtico museo, hoy en su interior no queda nada del rico patrimonio que atesoró. |
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