El
conflicto del taxi a nivel nacional ha puesto de actualidad a una profesión que
lleva años de reivindicaciones. Si
indagamos en la historia podemos comprobar que la presencia del taxi es mucho más remota de lo que parece. Ya el
poeta de la Antigua Roma, Publio Virgilio, habla en una de sus obras (las Églogas
del rey de Atenas Erictonio), que como había nacido impedido de pies, se
compadecía de quienes tenían su misma desgracia e inventó el carro de alquiler y lo puso a
disposición de quién lo necesitase. No era un taxi, tal como lo conocemos hoy,
pero sí era un servicio público urbano.
En el año 1640 el francés Nicolás Sauvage, cochero de carruajes,
abrió la primera empresa de taxis
en la parisina calle San Martín, pero el término taxi no apareció hasta el invento del taxímetro, ideado por
el ingeniero alemán Wilhelm Bruhn en 1891.
Esta máquina mide la distancia recorrida y el tiempo que se tarda en
recorrerla, lo que permite establecer una tarifa normalizada. La palabra en sí
proviene del francés taxe (tarifa) y del griego metron (medir). A mediados del
siglo XIX ya habían existido el Mile-Index y el Registro Kilométrico, con el
mismo fin, pero en sus primeros tiempos ninguno de ellos gozó de popularidad
entre los taxistas, ya que no querían que sus ingresos fueran regulados por
máquinas. Bruhn, incluso, fue arrojado al río por su invento.
El taxi siempre ha sido un vehículo popular, ya que la
gente de dinero y la nobleza tenían sus coches y carrozas. En Jerez, a
principios del siglo XX, aunque consta que un buen número de ciudadanos se
dedicaban al alquiler de vehículos, solo dos figuran como taxistas, Manuel Ruiz
González en la calle Porvera 22 y Juan J. Sierra, de Auto Taxi, empresa
establecida en la calle Larga 75. Posteriormente, a mediados de siglo, se
hicieron muy populares en Jerez las paradas de taxis de las calles Corredera y
Ancha y las de las plazas del Arenal, Plateros, del Banco, Romero Martínez, de
la Estación y sobre todo la de la Alameda Cristina que llegó incluso a contar
con un equipo de futbol, el “Taxi Cristina”, integrado por taxistas y clientes
del Bar Cristina. Con la expansión de la ciudad las paradas de taxis se extendieron
a otros puntos. Hoy este servicio ciudadano se ha ido modernizando, reflejo de
la propia evolución del taxi
por las ciudades del mundo, siempre adaptándose a las necesidades de todo tipo
de clientes, como por ejemplo los taxis
para minusválidos o de respeto al medio ambiente como taxis eléctricos o híbridos.
Independientemente de la guerra que actualmente
mantienen con la competencia el taxi forma parte de la historia de nuestras
ciudades, muchos taxistas, como diría Blasco Ibáñez de los conductores de
ambulancias, no han dudado en llegar a lugares incluso peligrosos para recoger
y evacuar a accidentados. Todos tenemos un momento en el que el taxi fue
nuestra salvación o la de algún allegado. Aunque solo sea por ese servicio a la
sociedad durante años ya merecen que sus problemas se solucionen.
En el siglo XIX el inventor del taxímetro acabó en el
rio por el rechazo de los taxistas de entonces, esperemos que la sangre no
llegue esta vez al rio, que se mojen los que tienen que mojarse para, entre
todos los implicados, acabar con el conflicto.
(Artículo que publiqué en INFORMACIÓN JEREZ el pasado domingo 3 de febrero de 2019 y al día siguiente en VIVA JEREZ)
Anuncio de la pasada década de los 60 |
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