martes, 5 de febrero de 2019

TAXIS





El conflicto del taxi a nivel nacional ha puesto de actualidad a una profesión que lleva años de reivindicaciones. Si indagamos en la historia podemos comprobar que la presencia del taxi es mucho más remota de lo que parece. Ya el poeta de la Antigua Roma, Publio Virgilio, habla en una de sus obras (las Églogas del rey de Atenas Erictonio), que como había nacido impedido de pies, se compadecía de quienes tenían su misma desgracia e inventó el carro de alquiler y lo puso a disposición de quién lo necesitase. No era un taxi, tal como lo conocemos hoy, pero sí era un servicio público urbano. En el año 1640 el francés Nicolás Sauvage, cochero de carruajes, abrió la primera empresa de taxis en la parisina calle San Martín, pero el término taxi no apareció hasta el invento del taxímetro, ideado por el ingeniero alemán Wilhelm Bruhn en 1891. Esta máquina mide la distancia recorrida y el tiempo que se tarda en recorrerla, lo que permite establecer una tarifa normalizada. La palabra en sí proviene del francés taxe (tarifa) y del griego metron (medir). A mediados del siglo XIX ya habían existido el Mile-Index y el Registro Kilométrico, con el mismo fin, pero en sus primeros tiempos ninguno de ellos gozó de popularidad entre los taxistas, ya que no querían que sus ingresos fueran regulados por máquinas. Bruhn, incluso, fue arrojado al río por su invento.

El taxi siempre ha sido un vehículo popular, ya que la gente de dinero y la nobleza tenían sus coches y carrozas. En Jerez, a principios del siglo XX, aunque consta que un buen número de ciudadanos se dedicaban al alquiler de vehículos, solo dos figuran como taxistas, Manuel Ruiz González en la calle Porvera 22 y Juan J. Sierra, de Auto Taxi, empresa establecida en la calle Larga 75. Posteriormente, a mediados de siglo, se hicieron muy populares en Jerez las paradas de taxis de las calles Corredera y Ancha y las de las plazas del Arenal, Plateros, del Banco, Romero Martínez, de la Estación y sobre todo la de la Alameda Cristina que llegó incluso a contar con un equipo de futbol, el “Taxi Cristina”, integrado por taxistas y clientes del Bar Cristina. Con la expansión de la ciudad las paradas de taxis se extendieron a otros puntos. Hoy este servicio ciudadano se ha ido modernizando, reflejo de la propia evolución del taxi por las ciudades del mundo, siempre adaptándose a las necesidades de todo tipo de clientes, como por ejemplo los taxis para minusválidos o de respeto al medio ambiente como taxis eléctricos o híbridos.

Independientemente de la guerra que actualmente mantienen con la competencia el taxi forma parte de la historia de nuestras ciudades, muchos taxistas, como diría Blasco Ibáñez de los conductores de ambulancias, no han dudado en llegar a lugares incluso peligrosos para recoger y evacuar a accidentados. Todos tenemos un momento en el que el taxi fue nuestra salvación o la de algún allegado. Aunque solo sea por ese servicio a la sociedad durante años ya merecen que sus problemas se solucionen.

En el siglo XIX el inventor del taxímetro acabó en el rio por el rechazo de los taxistas de entonces, esperemos que la sangre no llegue esta vez al rio, que se mojen los que tienen que mojarse para, entre todos los implicados, acabar con el conflicto.  
 
(Artículo que publiqué en INFORMACIÓN JEREZ el pasado domingo 3 de febrero de 2019 y al día siguiente en VIVA JEREZ)
 
Anuncio de la pasada década de los 60
 

           

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