viernes, 15 de febrero de 2019

DOCENTES PARA LA MEMORIA


 


Esta pasada semana se ha dado a conocer que el IES Fernando Quiñones de Jerez ha  iniciado los trámites para llamarse Lola Flores. La propuesta, al parecer, ha surgido de la propia comunidad educativa del centro que considera que la actual denominación no es la más idónea, teniendo en cuenta que ya existe un instituto con el mismo nombre en Chiclana, ciudad natal del escritor, y otro en Cádiz. Del mismo modo, sostienen que al coincidir tres centros en la misma provincia con este nombre, ha provocado, en más de una ocasión, gran cantidad de malentendidos administrativos. Si bien el nombre de nuestra genial Lola Flores es acertado por la singularidad y universalidad de la incomparable artista jerezana siempre he sido partidario de que los centros educativos llevan nombre de ilustres pedagogos de la ciudad, por cuanto supone de referencia para los propios alumnos que allí estudian y honra la memoria de quienes destacaron en el campo educativo.

En julio de 2013 un grupo de profesores de educación secundaria,  de la universidad y del CSIC presentaron en Madrid la exposición  “Personajes para la memoria. Trayectoria de ilustres profesores de enseñanza secundaria” que mostraba a veinte profesores de instituto, a través de unos breves retazos biográficos y algunas reseñas de sus obras científicas, literarias y pedagógicas. Testigos y actores de la educación de los jóvenes de nuestro país, de la formación de generaciones de ciudadanos de diferente procedencia social y credo ideológico, como ellos mismos lo fueron. Personajes muy dispares en su formación: poetas, filósofos, geógrafos, historiadores, filólogos, bioquímicos o naturalistas pero todos tenían en común tanto el talento intelectual en todas las ramas del saber como el empeño profesional para convertir a España en una nación más libre por el acceso al conocimiento. La singularidad de personajes para la memoria.

En Jerez también se podría hacer algo así ya que son muchos los pedagogos que destacaron en su trayectoria profesional al servicio de la enseñanza. Profesores como Manuel Bellido González, José Cádiz Salvatierra, Manuel Esteve Guerrero, Miguel Rodríguez Bernal o José Moreno Alonso que pasaron a la historia por su excelencia educativa. Pero hay más profesores que bien merecen su nombre para uno de los centros educativos jerezanos porque dejaron huella en sus alumnos. Como lo ha dejado Rafael Navarro Núñez, que esta semana nos ha dicho adiós, un gran hombre, destacado cofrade, conocido meteorólogo de la antigua base de la Parra y profesor de matemáticas que fuera de la Escuela de Empresariales, un docente que será muy recordado por todos. Profesores que enseñaron primero a ser personas, hombres y mujeres de bien, preparados y con mentes bien amuebladas para afrontar los retos del futuro.

En estos tiempos que corren la buena educación es fundamental para alcanzar un mundo mejor, y en eso los profesores y pedagogos tienen mucho que hacer siguiendo el ejemplo de aquellos otros de tan buena memoria que merecen ser siempre recordados.

Antonio Machado, en 1915, con motivo del fallecimiento de Francisco Giner de los Ríos, su maestro, dejó escrito para sus alumnos de Soria:Lo que importa es aprender a pensar, a utilizar nuestros propios sesos para el uso a que están por naturaleza destinados y a calcar fielmente la línea sinuosa y siempre original de nuestro propio sentir, a ser nosotros mismos, para poner mañana el sello de nuestra alma en nuestra obra”. Sabias palabras.
 
(Artículo que publiqué en INFORMACIÓN JEREZ el pasado domingo 10 de febrero de 2019 y al día siguiente en VIVA JEREZ)
 
 
Patio del colegio San Pablo en la calle Juan de Abarca 7 de Jerez de la Frontera, fundado en 1896 por el ilustre pedagogo jerezano Miguel Rodríguez Bernal. Fue el primer centro que aplicó los principios pedagógicos de Pestalozzi.
 

 

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