jueves, 2 de mayo de 2019

JOYAS SIN VITRINAS




Este pasado jueves el Pleno municipal jerezano ha aprobado de manera definitiva y por unanimidad la cesión gratuita a favor de la Junta de Andalucía de la propiedad de una serie de fincas de titularidad municipal para la construcción e implantación del Museo del Flamenco y del Centro Andaluz de Documentación del Flamenco, en el entorno de la plaza Belén.

Un proyecto que va tomando forma y que habrá que esperar a ver si se ve culminado. Otras propuestas museísticas son, de momento, historia. De los seis museos previstos en el programa electoral de Pedro Pacheco para el año 1995, dos se vieron culminados con el paso del tiempo, el Arqueológico y el del Belén, el resto pasaron al olvido. Para el Museo de la Historia de Jerez se pensó en el marco incomparable del Alcázar y tenía como objeto la divulgación de la historia de la ciudad. Para el gran archivo municipal se tenía pensado su ubicación en el Palacio de Riquelme, esa joya del renacimiento que se mantiene en pie de milagro. La Unión de Hermandades se mantiene a la espera para colaborar en el proyectado Museo de la Semana Santa jerezana, de momento se tiene puesta la vista en los claustros de Santo Domingo donde ya se han celebrado exposiciones muy interesantes. Igualmente, en el Pleno municipal del pasado jueves, ha salido adelante instar a la Junta a elaborar el informe jurídico que avale la firma del famoso protocolo para continuar con el desarrollo del proyecto de Centro Tecnológico del Motor, también con fondos europeos. Un proyecto del Museo del Motor rocambolesco que nace el 15 de mayo de 1992, con la inscripción en el Registro Mercantil de la sociedad “Pole Position, Museo del Motor”, creada expresamente para explotar la concesión y que no consiguió entonces la financiación suficiente para seguir adelante.

Como consuelo, a Jerez le queda su propio patrimonio, esas joyas patrimoniales que poco a poco han ido encontrando espacios para ser admiradas adecuadamente. El Museo de Relojes, el del enganche y el de la Escuela Andaluza de Arte Ecuestre es muestra de ello. Por otro lado en el rico y valioso patrimonio eclesial también hay una apuesta firme, los museos catedralicios, el del Carmen, Santiago y de San Miguel son pruebas evidente de cuanto puede ofrecer la ciudad en esos espacios museísticos que tanto atrae principalmente al turismo. El patrimonio eclesial de la ciudad es riquísimo, un potencial importante para dar contenido a futuros museos para la ciudad. A su vez, algunas de las bodegas de la ciudad se están replanteando exponer su patrimonio en los llamados museos del vino, de exclusiva iniciativa privada, pueden ser en un futuro cercano las vitrinas más representativas de la ciudad por cuanto significa la industria vinatera jerezana a nivel mundial.

En Jerez se atesoran aún muchas joyas sin vitrinas, lo descubrimos cada Semana Santa y en los paseos de enganches por el Real del González Hontoria, en los almacenes municipales y en los palacios que, a duras penas, mantienen su rico patrimonio, en convento que sobreviven sin apenas religiosas y en comercios antiguos con piezas que muy bien podrían formar parte de un futuro Museo de Artes y Costumbres Populares.

Abrir nuevos museos es muy importante para cualquier ciudad, para aprender de nuestro pasado, para educarnos más y para deleitarnos con esas joyas en vitrinas que son nuestro tesoro.  
(Artículo que publiqué en INFORMACIÓN JEREZ el pasado domingo 28 de abril de 2019 y al día siguiente en VIVA JEREZ)
 
En el año 1903 los claustros de Santo Domingo ya servían de marco para un museo de obras de arte.
   

 

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