Este
pasado jueves el Pleno municipal jerezano ha aprobado de manera definitiva y
por unanimidad la cesión gratuita a favor de la Junta de Andalucía de la
propiedad de una serie de fincas de titularidad municipal para la construcción
e implantación del Museo del Flamenco y del Centro Andaluz de Documentación del
Flamenco, en el entorno de la plaza Belén.
Un
proyecto que va tomando forma y que habrá que esperar a ver si se ve culminado.
Otras propuestas museísticas son, de momento, historia. De los seis museos
previstos en el programa electoral de Pedro Pacheco para el año 1995, dos se
vieron culminados con el paso del tiempo, el Arqueológico y el del Belén, el
resto pasaron al olvido. Para el Museo de la Historia de Jerez se pensó en el
marco incomparable del Alcázar y tenía como objeto la divulgación de la historia
de la ciudad. Para el gran archivo municipal se tenía pensado su ubicación en
el Palacio de Riquelme, esa joya del renacimiento que se mantiene en pie de
milagro. La Unión de Hermandades se mantiene a la espera para colaborar en el
proyectado Museo de la Semana Santa jerezana, de momento se tiene puesta la
vista en los claustros de Santo Domingo donde ya se han celebrado exposiciones
muy interesantes. Igualmente, en el Pleno municipal del pasado jueves, ha
salido adelante instar a la Junta a elaborar el informe jurídico que avale la
firma del famoso protocolo para continuar con el desarrollo del proyecto de
Centro Tecnológico del Motor, también con fondos europeos. Un proyecto del
Museo del Motor rocambolesco que nace el 15 de mayo de 1992, con la inscripción
en el Registro Mercantil de la sociedad “Pole Position, Museo del Motor”,
creada expresamente para explotar la concesión y que no consiguió entonces la
financiación suficiente para seguir adelante.
Como
consuelo, a Jerez le queda su propio patrimonio, esas joyas patrimoniales que
poco a poco han ido encontrando espacios para ser admiradas adecuadamente. El
Museo de Relojes, el del enganche y el de la Escuela Andaluza de Arte Ecuestre
es muestra de ello. Por otro lado en el rico y valioso patrimonio eclesial
también hay una apuesta firme, los museos catedralicios, el del Carmen,
Santiago y de San Miguel son pruebas evidente de cuanto puede ofrecer la ciudad
en esos espacios museísticos que tanto atrae principalmente al turismo. El
patrimonio eclesial de la ciudad es riquísimo, un potencial importante para dar
contenido a futuros museos para la ciudad. A su vez, algunas de las bodegas de
la ciudad se están replanteando exponer su patrimonio en los llamados museos
del vino, de exclusiva iniciativa privada, pueden ser en un futuro cercano las
vitrinas más representativas de la ciudad por cuanto significa la industria
vinatera jerezana a nivel mundial.
En
Jerez se atesoran aún muchas joyas sin vitrinas, lo descubrimos cada Semana
Santa y en los paseos de enganches por el Real del González Hontoria, en los
almacenes municipales y en los palacios que, a duras penas, mantienen su rico
patrimonio, en convento que sobreviven sin apenas religiosas y en comercios antiguos
con piezas que muy bien podrían formar parte de un futuro Museo de Artes y
Costumbres Populares.
Abrir nuevos museos es muy importante para cualquier
ciudad, para aprender de nuestro pasado, para educarnos más y para deleitarnos
con esas joyas en vitrinas que son nuestro tesoro.
(Artículo que publiqué en INFORMACIÓN JEREZ el pasado domingo 28 de abril de 2019 y al día siguiente en VIVA JEREZ)
En el año 1903 los claustros de Santo Domingo ya servían de marco para un museo de obras de arte. |
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