La cofradía del Santo Reproche se ha introducido a todos los
niveles, desde lo civil a lo religioso en lo que lo cofrade tiene tanta fuerza
desde hace siglos. En Jerez lo hemos visto recientemente con el conflicto
surgido entre la cofradía del Prendimiento y la Jerarquía Eclesiástica, un
conflicto en el que los reproches no han faltado, algo que no es de extrañar cuando
hablamos de instituciones que son sociedades vivas y están compuesta por
personas por lo que es perfectamente lógico que, en ocasiones, surjan
cuestiones que provoquen roces y que lleven al enfrentamiento, si bien a
diferencia de las instituciones civiles los conflictos en la Iglesia, por su
carácter cristiano, nunca llega la sangre al río y en un noventa y nueve por
ciento de los casos éstos agravios terminan en concordias.
Hay
quien afirma que de todas las cofradías que salen a la calle y no esperan a que
sea Semana Santa, la más famosa es la del Santo Reproche, que describió
genialmente Sabina en diecinueve días y quinientas noches. En la letra de ese
poema con música, el de Úbeda, en un ataque de dignidad, decide comerse para
dentro su tristeza y el despecho del abandono, y renuncia a hacer el ridículo
lamentando las culpas ajenas:“Y eso que yo, paro no agobiar con flores a María,
para no asediarla, con mi antología de sábanas frías y alcobas vacías, para no
comprarla con bisutería ,ni ser el fantoche que va en romería, con la cofradía
del Santo Reproche, tanto la quería, que tardé, en aprender a olvidarla,
diecinueve días y quinientas noches.” Algo parecido ha ocurrido estos días con
nuestros políticos, todos renuncian a hacer el ridículo lamentando las culpas
ajenas, políticos que son incapaces de vivir sin echarle la culpa a otro de
cualquier cosa que le suceda. La legislatura ha durado
lo que duran dos peces de hielo en un güisqui on the rocks y de tantos tiras y
aflojas, tanto fingir o, estrellarse en una copa de celos, se han quedado
muchos ciudadanos con la miel en los labios y escarcha en el pelo. Ya hay quien
augura que con la nueva convocatoria electoral, lo que nos espera
es una precampaña y una campaña llenas
de reproches en detrimento de propuestas.
Al final lo que queda es un neceser con agravios. Agravios de la
cofradía del Santo Reproche a los que estamos ya demasiado acostumbrado a nivel
nacional, regional o local, incluso cuando se toman los micrófonos para hacer
declaraciones. Una norma acusatoria que se ha hecho extensiva a toda tertulia
televisiva y a toda conversación sobre nuestros mandatarios.
La mayoría de los
reproches que acaban en conflictos vienen motivados por la tentación del poder.
Y no podemos olvidar que la autoridad existe y subsiste en la medida en que no
guarda para sí lo recibido ni se encierra en una suficiencia prepotente
utilizándola para sus propios fines porque se hace entonces autoritaria y
abusiva. La autoridad plenamente responsable descentra el pensamiento y la
acción del amor propio y utiliza el poder que ha recibido al servicio ajeno
para no ocasionar frustración.
Los reproches surgen
como una respuesta a una frustración. La
frustración política hará que la cofradía del Santo Reproche, de aquí al 10 de
noviembre, esté aún más presente, el peligro es que esa frustración provoque
urnas tan vacías como las alcobas de Joaquín Sabina.
(Artículo que publiqué en INFORMACIÓN JEREZ el pasado domingo 22 de septiembre de 2019 y al día siguiente en VIVA JEREZ)
Fotografía antigua del "paso" de la Hermandad del Prendimiento de Jerez. |
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