viernes, 6 de septiembre de 2019

VOLVER A EMPEZAR


 
 
 
          Con la llegada del mes de septiembre todo vuelve a empezar, se recobra la vida cotidiana con sus horarios y hábitos, las ciudades retoman su actividad normal y, aunque las temperaturas siguen altas, todo parece volver al ritmo que perdimos con la entrada del tiempo estival.

            Este mes de agosto he tenido la oportunidad de visitar la hermosa ciudad de Gijón,  llamada por algunos "el Jerez del Norte". Una ciudad que se mueve en la misma disyuntiva con la capital de la provincia que se da en Jerez y que también vemos en otras provincias como la dicotomía existente entre las ciudades de Murcia y Cartagena, Pontevedra y Vigo, La Coruña y Santiago de Compostela o Badajoz y Mérida. Mi amigo el profesor de historia Gonzalo María Fernández Hernández, con fuertes lazos jerezanos, vive en Gijón y me cuenta que allí los problemas son muy parecidos a los de Jerez. En Gijón existían hasta los años 80 cuatro astilleros que se cerraron. Antiguos palacios de la nobleza gijonesa hoy se han reconvertido como restaurantes para bodas de lujo. En el centro tiendas de toda la vida cierran. La élite de Gijón, hasta los 80 vinculada a la minería de Asturias o al mar por medio de empresas fletadoras o consignatarias de buques, ha visto como muchos de sus miembros más jóvenes tenían que dedicarse al sector de la Banca o de otro género de empresas pero fuera de Gijón y bastantes de ellos en el extranjero.

Si una película retrata la ciudad de Gijón con emoción es la oscarizada “Volver a empezar” (1982) de José Luis Garci.  En 1981, Miguel Albajara (Antonio Ferrandis), un famoso escritor que vive en Estados Unidos, está a punto de recibir el Premio Nobel de Literatura. Tras recibir la noticia que sólo le quedan seis meses de vida, decide hacer su último viaje a su ciudad natal, su Gijón del alma. Allí se rencuentra con su amor de juventud, Elena (Encarna Paso). Juntos recorren la ciudad y otros bellos lugares de Asturias. Ya lo diría Garci, “Gijón tiene cierto veneno, cierto encanto en el paisaje y en el clima, que va muy bien con el marco para la melancolía de la historia”. También añadiría, “Gijón posee algo difícil de explicar, un carisma especial”. Así lo pensamos muchos, a pesar de que la Capital de la Costa Verde no es la más monumental, engancha como pocas.

Algo parecido pasa con este “Gijón del Sur” que es Jerez, con sus antiguas industrias que cerraron, sus palacios que se caen o, los que han tenido mejor suerte, reconvertidos, su comercio tradicional en extinción y sus jóvenes más preparados buscando futuro fuera de Jerez o en el extranjero. Jerez, como Gijón, tiene un cierto encanto en su paisaje y en su clima que va muy bien para la melancolía de la historia, para mirar a nuestro pasado y volver a empezar en todo aquello que se ha ido distorsionando. Solo hay que analizar muchos de esos problemas que siguen vigentes en la ciudad y que no solo no se le han dado solución sino que se han complicado aún más. Quizás con la llegada de septiembre sea el momento de plantearse afrontar los problemas aún existentes empezando de nuevo porque, como en la película de Garci, hay cosas en Jerez que necesitan volver a empezar para recobrar su amor de juventud.
         (Artículo que publiqué en INFORMACIÓN JEREZ el pasado domingo 1 de septiembre de 2019 y al día siguiente en VIVA JEREZ)





Una mirada al pasado industrial de Jerez.

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