EN LAS VÍSPERAS DE LA CORONACIÓN CANÓNICA DE LA
VIRGEN DE LA ESPERANZA
-REINA DE LA PLAZUELA-
En
Jerez la denominación de Puertas del Sol se debe desde los tiempos remotos de
la formación geográfica de la ciudad, a su situación del mismo Oriente. Y se
llamaba Plazuela –bautizo del vulgo- por la diversidad de facetas que integran
su demografía popular, entre ellas el fisonomismo de su fértil vivero, semilla
fructífera de nuestra riqueza flamenca. ¡Que barrio tan garboso, galano y
pinturero, este de las Puertas del Sol! El recuerdo se pierde en lontananza,
por Álamos, Pañuelo, Sol, Orellana, Barqueros, San Clemente y Empedrada,
esperando impaciente que el astro rey con su bonanza, en su Oriente, le llegue
auroral desde los cielos. De esta forma tan
poética definió el jerezano Diego Campoy y Miró, en su libro Rincones típicos de Jerez, este barrio
jerezano castizo y popular.
El
papel más lejano en el ya aparece esta plaza es en el padrón de 1511, collación
de San Miguel. Los allí inscritos fueron los primeros vecinos de la Plazuela,
luego llegarían muchos más. Artesanos pañoleros en la hoy calle Pañuelo de la
Yedra, barqueros y cañameros en el camino de las antiguas playas de San Telmo o
aquellos de la calle Empedrada, antigua de Empedrada de la Cartuja rotulada
desde 1589 y, sin olvidar, la calle Sol, o la calle que da al sol como se
conocía en la antigüedad, y que, a principios del siglo XX, es la calle de
Jerez que más vecinos tiene.
Y
allí en la intercepción de las calles Empedrada y Sol, en el siglo XVIII, se
levantó un humilladero gracias a un grupo de vecinos devotos del Cristo de la
Yedra. Un templete que ampliado y convertido en pequeña capilla acogió
dignamente el culto al Santo Cristo y, a su vez, sirvió como templo auxiliar de
la parroquia de San Miguel.
A
esa recoleta capilla llegó un día la Virgen de la Esperanza. Cuentan que hace
años cuando la Cofradía salía por la tarde y no en la madrugada del Viernes
Santo como lo hace ahora, en aquellos primeros tiempos cuando ya por la calle
Sol subía toda una multitud de jerezanos a verla salir, una pobre mujer,
cargada de años, con sus ojos casi tapiados por el peso de la vida, lloraba en
un soportal de una de las humildes casas de las Puertas del Sol. Entre lágrimas
sus labios solo pronunciaron unas pocas palabras:” Cuando se abre la capillita
de la Yedra y sale la Virgen se hace de día en mi corazón y mis ojos ven lo que
solo es verdad en la vida: La Esperanza”. Esta humilde mujer entendía la vida
cada vez que se abría la puerta de la capilla y aparecía la Virgen de la
Esperanza. Esto es lo que justifica esa multitud que va siempre junto a la Esperanza
de la Yedra y que vimos el sábado, la fuerza de lo que muchos se resisten a
reconocer, esa religiosidad popular que es capaz de movilizar a toda una ciudad.
La
Plazuela está, estos días, en compás de espera, esperando que vuelve la
Esperanza ya coronada. Esperando que se abran las puertas de ese sol que ahora
les falta. Ya lo dejó escrito Diego Campoy en su mencionado libro: Y el astro
se hizo lumínico rumor de estrellas en danzas divinizadas, gitanas y
pintureras, en este barrio flamenco de la Lola y la Paquera, hecho de auroras
de cielo y de rimas de poeta. -¿Qué tiene este barrio mío, que se desborda de
gracia? - ¿Qué tiene esta Yedra mía? …. Su Virgen de la Esperanza, ¡la más
bonita de España!
(Artículo publicado en Información Jerez el pasado domingo 8 de septiembre de 2013 y al día siguiente en VIVA JEREZ)
No hay comentarios:
Publicar un comentario