miércoles, 11 de septiembre de 2013

LA PLAZUELA


 
EN LAS VÍSPERAS DE LA CORONACIÓN CANÓNICA DE LA
 VIRGEN DE LA ESPERANZA
-REINA DE LA PLAZUELA-
 
En Jerez la denominación de Puertas del Sol se debe desde los tiempos remotos de la formación geográfica de la ciudad, a su situación del mismo Oriente. Y se llamaba Plazuela –bautizo del vulgo- por la diversidad de facetas que integran su demografía popular, entre ellas el fisonomismo de su fértil vivero, semilla fructífera de nuestra riqueza flamenca. ¡Que barrio tan garboso, galano y pinturero, este de las Puertas del Sol! El recuerdo se pierde en lontananza, por Álamos, Pañuelo, Sol, Orellana, Barqueros, San Clemente y Empedrada, esperando impaciente que el astro rey con su bonanza, en su Oriente, le llegue auroral desde los cielos. De esta forma tan  poética definió el jerezano Diego Campoy y Miró, en su libro Rincones típicos de Jerez, este barrio jerezano castizo y popular.

El papel más lejano en el ya aparece esta plaza es en el padrón de 1511, collación de San Miguel. Los allí inscritos fueron los primeros vecinos de la Plazuela, luego llegarían muchos más. Artesanos pañoleros en la hoy calle Pañuelo de la Yedra, barqueros y cañameros en el camino de las antiguas playas de San Telmo o aquellos de la calle Empedrada, antigua de Empedrada de la Cartuja rotulada desde 1589 y, sin olvidar, la calle Sol, o la calle que da al sol como se conocía en la antigüedad, y que, a principios del siglo XX, es la calle de Jerez que más vecinos tiene.

Y allí en la intercepción de las calles Empedrada y Sol, en el siglo XVIII, se levantó un humilladero gracias a un grupo de vecinos devotos del Cristo de la Yedra. Un templete que ampliado y convertido en pequeña capilla acogió dignamente el culto al Santo Cristo y, a su vez, sirvió como templo auxiliar de la parroquia de San Miguel. 

A esa recoleta capilla llegó un día la Virgen de la Esperanza. Cuentan que hace años cuando la Cofradía salía por la tarde y no en la madrugada del Viernes Santo como lo hace ahora, en aquellos primeros tiempos cuando ya por la calle Sol subía toda una multitud de jerezanos a verla salir, una pobre mujer, cargada de años, con sus ojos casi tapiados por el peso de la vida, lloraba en un soportal de una de las humildes casas de las Puertas del Sol. Entre lágrimas sus labios solo pronunciaron unas pocas palabras:” Cuando se abre la capillita de la Yedra y sale la Virgen se hace de día en mi corazón y mis ojos ven lo que solo es verdad en la vida: La Esperanza”. Esta humilde mujer entendía la vida cada vez que se abría la puerta de la capilla y aparecía la Virgen de la Esperanza. Esto es lo que justifica esa multitud que va siempre junto a la Esperanza de la Yedra y que vimos el sábado, la fuerza de lo que muchos se resisten a reconocer, esa religiosidad popular que es capaz de movilizar a toda una ciudad.

La Plazuela está, estos días, en compás de espera, esperando que vuelve la Esperanza ya coronada. Esperando que se abran las puertas de ese sol que ahora les falta. Ya lo dejó escrito Diego Campoy en su mencionado libro: Y el astro se hizo lumínico rumor de estrellas en danzas divinizadas, gitanas y pintureras, en este barrio flamenco de la Lola y la Paquera, hecho de auroras de cielo y de rimas de poeta. -¿Qué tiene este barrio mío, que se desborda de gracia? - ¿Qué tiene esta Yedra mía? …. Su Virgen de la Esperanza, ¡la más bonita de España!
 
(Artículo publicado en Información Jerez el pasado domingo 8 de septiembre de 2013 y al día siguiente en VIVA JEREZ)
 
 

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