martes, 29 de julio de 2014

INVERTIR EN EL PATRIMONIO


 
 
El patrimonio cultural, además del enorme valor cultural que atesora, es fuente de crecimiento económico y creación de riqueza y empleo en nuestro país, no sólo de forma directa, sino también como estímulo para el turismo. Esto es lo que dice el plan nacional de investigación en conservación del patrimonio cultural. Todos los estudios existentes relacionados con patrimonio y economía revelan su notable importancia como motor de desarrollo en los sectores público y privado, destacando un porcentaje alto de retorno de la inversión y un beneficio directo a la mejora de la economía local. Un segundo aspecto relevante es la apropiación social, objetivo dirigido a la educación, que alcanza también un notable impulso con la conservación del patrimonio. Un patrimonio conocido y con el que la sociedad se identifica genera no solo cultura y conocimiento entre sus individuos sino también importantes actividades económicas relacionadas con su identificación, protección, conservación, restauración, gestión y puesta en valor.

          De manera directa, la conservación del patrimonio cultural da empleo a numerosos profesionales tanto en el sector público como en el sector privado. En un momento como el actual, la conservación del patrimonio cultural puede ser un motor importante de generación de empleo: datos recientes muestran que, de manera global en Europa, la rehabilitación de edificios históricos obtiene unos beneficios un 13% superior y un 16,5% más que el empleo de las nuevas construcciones; y un 10% más de beneficios y un 26,6% más de empleo que la construcción de autopistas.

Pero aún mayor es el impacto económico que tiene de manera indirecta, como base para el creciente sector del turismo cultural. En cuanto al turismo nacional, el gasto total en viajes de residentes en España realizados principalmente por motivos culturales pasó de 4500 millones de euros en 2005 a 6118 millones en 2009, lo que supone aproximadamente un 36% de incremento. En cuanto a turismo internacional, el gasto pasó de 3483 millones a 4836, un 39% de incremento. El mantenimiento y acrecentamiento de este valor económico viene asegurado por una correcta gestión y, sobre todo, por la conservación de este bien no renovable que es el patrimonio cultural.

 Por tanto, las inversiones en este ámbito y, en concreto, en la conservación del patrimonio, no deben ser vistas, a modo de una inversión que no genera beneficio, sino como una inversión a corto, medio y largo plazo, ligada a importantes sectores económicos, motor de desarrollo y empleo.

Las inversiones que en estos días nuestro Ayuntamiento ha hecho públicas para la conservación del patrimonio cultural y monumental de la ciudad han venido sobre la base de todo lo anteriormente expuesto. Unas inversiones, no exentas de la crítica demagógica con el argumento fácil de la pobreza, como si eso solo fuera gasto y no una inversión que tiene un retorno económico innegable en puestos de trabajo y en la potenciación de un turismo de calidad que también quiere disfrutar de edificios que no estén en ruinas.
          Estas inversiones, además, están recogidas en la propia Constitución española. La cláusula poderes públicos que contiene el artículo 46 también incluye la obligatoriedad de que la Administración Local actúe en defensa del patrimonio histórico-artístico.

Por último recordar que el problema de la pobreza no se solucionará con un fajo de billetes, sino sólo con la conversión del corazón del hombre. La pérdida del patrimonio cultural conduce a la pérdida de la propia identidad.

          Desprenderse del patrimonio que contiene la propia historia y valores artísticos y culturales… no es una solución para nadie, invertir en él sí.

             (Artículo publicado en Información Jerez el pasado domingo 27 de julio de 2014 y ayer en VIVA JEREZ)



Postal de otros tiempos del monumental templo gótico de Santiago de Jerez que gracias al Obispado y a la ayuda municipal podrá volver a abrir sus puertas tras varios años de cierre. Arriba, representantes de la Iglesia, el Ayuntamiento y la Hermandad de la Vera-Cruz en la histórica capilla de la Jura del templo de San Juan de los Caballeros que podrá ser restaurada gracias a inversiones económicas del Ayuntamiento jerezano.

miércoles, 23 de julio de 2014

RIQUELME


 
 
Cuenta la historia que 1542 Hernán Riquel manda ejecutar al maestro Fernando Álvarez una portentosa fachada renacentista para su palacio de la plaza del Mercado, antiguo centro de la nobleza jerezana. Una obra de denso significado humanista de raíz histórico-mitológico, orientada hacia una virtual glorificación del linaje de los Riquelmes.

            Debido a la rivalidad que los Riquelme tenían con otras familias jerezanas, como los Ponce de León o Villavicencio, la fachada de la casa se erige como símbolo de poderío. La Casa-Palacio Riquelme emerge en el principal salón medieval de la ciudad y edificada en un estilo más moderno que las casas de las familias rivales.

Los Riquelmes tienen su procedencia en las montañas de Vizcaya, con casa y solar cerca del castillo de Maderuelo, en el valle del Rico Yelmo, donde existió un lugar llamado Riquelme. Sus antepasados llegaron de Francia acudiendo en auxilio de don Pelayo, en su obra de reconquista de España. Cuando Jerez de la Frontera fue ganada a los moros por segunda vez, el rey don Alfonso X, la pobló de treinta hijosdalgo y entre ellos estaba don Beltrán Riquelme y Bernal Riquelme. Pedro José Riquelme había desempeñado cargos elevados en el reinado de Carlos II y Felipe V.

Antonio Ponz, conocido en su época como "el abate Ponz", fue un historiador ilustrado y viajero español.  En su Viaje de España, una colección de libros de viajes que realizó por encargo de Campomanes a fin de inspeccionar los bienes artísticos en Andalucía que habían pertenecido a la Compañía de Jesús, recién expulsada por Carlos III, nos dice lo siguiente “Hay una casa antigua que hace frente a la plaza del Mercado. y pertenece, según me dijeron, a don Pedro Riquelme; se conoce que en lo interior esta desfigurada, o no se hubo de acabar: pero se conserva la caprichosa portada del estilo de Berruguete, anterior al tiempo en que se hicieron las casas de cabildo. Consta de cuatro columnas en el primer cuerpo, revestidas las jambas y frise de la puerta con cabecillas, animalejos ideales y otras labores. Viene un segundo cuerpo más pequeño con semejantes ornatos, y a los lados dos figuras, al parecer representativas de Hércules en acción de dar a un león con las mazas que tienen en las manos”.

Aquella fachada y toda la mansión, la mejor en su momento según algunos, con el tiempo cayó en el olvido y el abandono total hasta el punto de temer en la actualidad por su desaparición, sin embargo parece que, según las últimas noticias, un rayo de luz ha venido a depositarse sobre él. El Ayuntamiento ha anunciado que, en breve se acometerán obras de recuperación en lo que queda de esta espléndida mansión. Las obras tendrán un presupuesto de unos 100.000 euros. Esta intervención tendrá como objeto  asegurar la estabilidad estructural del edificio, y salvaguardar los elementos constructivos. El proyecto recoge labores de consolidaciones estructurales que permitan el mantenimiento de los elementos originales con los que cuenta el edificio. Consolidación de todos los muros perimetrales de fachada, rehabilitación de la arcada interior  y recuperación de pavimentos originales existentes.

Una buena noticia, sin duda, que vendrá a recuperar una de las obras más representativas del Renacimiento jerezano. Ya era hora que el Hércules de la conciencia por el patrimonio levantara sus mazas y que este palacio, sobre el que tantas voces se han alzado pidiendo su restauración, vuelva a recobrar esa gloria que para él quiso aquel Riquel que nos lo dejó para orgullo de su familia y de nuestro elenco patrimonial.
 
(Artículo publicado en Información Jerez el pasado domingo 20 de julio de 2014 y al día siguiente en VIVA JEREZ)
 
Antiguo grabado del palacio de Riquelme.
                                   
Interior del palacio de Riquelme antes y después de su total abandono.


 

 

 

martes, 15 de julio de 2014

CASTRO URDIALES



Castro Urdiales es una ciudad y municipio costero situado en el extremo oriental de Cantabria. Su actividad principal es marítima. En 1163, Alfonso VIII de Castilla le concede el título de villa a través del Fuero de Logroño y es de notar la importancia en ese momento de los servicios prestados a la corona, ya que es la primera de la costa cantábrica en recibirlo. En tiempos de Fernando III el Santo, naves de Castro Urdiales participan en la conquista de Sevilla. En 1262, en tiempos de Alfonso X el Sabio, participa de forma importante, junto con las Cuatro Villas, en la repoblación de Cádiz, recientemente reconquistada.

En mayo de 2013 la alcaldesa nuestra ciudad, María José García-Pelayo, acompañada de miembros del Gobierno Municipal, recibió a un grupo de vecinos de Castro Urdiales. En aquella ocasión la alcaldesa les anunció que Jerez y Castro Urdiales se hermanarían aceptando así la propuesta que le hizo el alcalde castreño, Iván González Barquín. El motivo por el que pidieron iniciar el expediente de hermanamiento es porque un buen número de vecinos de la población castreña, se desplazan a Jerez anualmente, para disfrutar de la Feria del Caballo, atraídos por el arte, el flamenco y la fiesta. Todos ellos sienten a Jerez como su segunda ciudad hasta tal punto de querer hacer de Castro Urdiales la puerta de Jerez en el Cantábrico, y de nuestra ciudad la puerta de Castro Urdiales en Andalucía.

En la pasada Feria del Caballo se firmó el protocolo de hermanamiento de ambas localidades. Este hermanamiento ha supuesto el establecer un marco de cariño y colaboración mutua para la promoción de ambas ciudades. Finalmente el hermanamiento se selló el pasado viernes 4 de julio con la visita institucional de una representación jerezana a Castro Urdiales con motivo de la celebración de la fiesta de ‘El Coso Blanco’, un desfile de carrozas con adornos de papel que se celebra el primer viernes del mes de julio, declarada de Interés Turístico Nacional. Carrozas que nos evocan aquel otro desfile que, hace un siglo, se celebraba en el parque González Hontoria con motivo de las llamadas “Batallas de las flores”. Este, de la ciudad cántabra, también se celebra en un parque, el llamado parque de Amestoy, pero aquí el numeroso público que se agolpa no es para tirar flores sino para seguir "in situ"  una batalla de bolas de confeti y serpentinas.

El hermanamiento de ciudades es un acto por el cual pueblos o ciudades de distintas zonas geográficas y políticas se emparejan para fomentar el contacto humano y los enlaces culturales. La idea del hermanamiento surgió en Europa poco después de la Segunda Guerra Mundial, con el objetivo de aportar a la población europea lazos de unión mayores y de promover proyectos en beneficio mutuo.

La repercusión de este hermanamiento lo dejó dicho el concejal jerezano Antonio Real en su reciente visita a Castro Urdiales: “Nos vamos a dar la mano para aprovechar todo lo que tenemos en común, y por supuesto, todo lo que nos diferencia, para darnos promoción mutua y para favorecer ese intercambio turístico tan interesante entre tierras cántabras y gaditanas".
Castro Urbiales nos ayudó en la repoblación de estas tierras y a cambio Jerez supo conquistar el corazón de muchos castreños que han hecho de esta ciudad su destino anual cada primavera. Ahora que hay quien sigue empeñado en la separación territorial y en el independentismo que este hermanamiento entre Jerez y Castro Urdiales sirva de ejemplo para afianzar los lazos de unión entre los pueblos.
(Artículo publicado en Información Jerez el pasado domingo 13 de julio de 2014 y ayer en VIVA JEREZ).

Jerez, carroza engalanada a principios del pasado siglo XX para la Batalla de las Flores.  


Fiesta del Coso Blanco en Castro Urdiales, entonces denominada como Batalla de las Flores.
 En esta foto de 1924 vemos una de las carrozas engalanadas.









 

  


martes, 8 de julio de 2014

LA CRUZ ROJA





Miles de personas voluntarias y numerosas personalidades del ámbito social, cultural y político, incluida la Casa Real, se dieron cita en Madrid, el pasado viernes 4 de julio, con motivo del 150 Aniversario de Cruz Roja Española. Durante el desarrollo del acto se realizó un reconocimiento a todos aquellos que colaboran con la institución, sobre todo a miles de voluntarios y voluntarias.

La conmemoración del primer siglo y medio de vida de Cruz Roja es un reconocimiento general a la labor del voluntariado en todos los ámbitos geográficos en los que trabaja la organización. De acuerdo con el objetivo de la institución que es la atención a los colectivos más vulnerables.

En nuestra ciudad la Cruz Roja local la fundaron un grupo de damas de la sociedad jerezana, presidido por Bernarda Des' Allimes de Díez, en el mes de junio del año 1898, según certifica el historiador y periodista Miguel de Bustamante y Pina, en su Guía Oficial de Jerez, para 1899.  En la misma se nos dice que "se constituyó esta asociación, análoga a la que le da nombre, con objeto de proporcionar socorros a los soldados heridos y enfermos, hijos de esta ciudad, y a las familias de los mismos que se encuentren necesitadas".
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Juan de la Plata en sus estudios sobre esta institución hace mención a que durante el primer año de su fundación, y gracias al desinteresado ofrecimiento de algunos reputados profesores de medicina, del farmacéutico Adolfo de Luque y de los donativos de varias personas caritativas, la Cruz Roja pudo llegar a realizar innumerables beneficios, atendiendo con mano generosa a cubrir las diversas necesidades de los numerosos soldados repatriados, que llegaban a esta ciudad. Labor en la que también colaboraba el Ayuntamiento. La Cruz Roja en Jerez recibe un gran impulso, al hacerse cargo de la presidencia de la misma Pedro Nolasco González Soto, marqués de Torresoto de Briviesca, esposo de la vicepresidente fundadora, María Nicolasa Gordon. La primera sede de la Asamblea Local de la Cruz Roja se encontraba en los arcos de la plaza del Arenal, en cuyo cuartel lleva a cabo una intensa actividad, pasando posteriormente a la calle Ávila. Fueron años donde la asamblea de la Cruz Roja jerezana fue dejando huella en la propia historia local, recordemos su afamada banda de cornetas y tambores y sobre todo el magnífico hospital-clínica, creado en los años sesenta gracias a unos terrenos cedidos por Manuel María González Gordon y a la colaboración económica de la presidenta honoraria Soledad Escribano de Bohórquez y de su hija la dama-enfermera Solín Bohórquez Escribano, unas modernas y amplias instalaciones que fueron atendidas por prestigiosos doctores, que contó con la ayuda de las Hijas de la Caridad y que sirvieron para que, durante décadas, tantos jerezanos fueran atendidos a la hora de su nacimiento.

           
           Hoy al cumplirse el 150 aniversario de esta loable asociación humanitaria no hay por menos que felicitar a cuantos jerezanos y no jerezanos han colaborado de una forma o de otra con esta institución, haciendo posible que hoy Cruz Roja española siga siendo un referente a la hora de salvar vidas. En esta efeméride hago mía la frase: "Ser de la Cruz Roja es no saber de descansos, es una comida sin terminar, un trabajo a medio hacer, una cita sin cumplir, o una fiesta sin festejar; es amanecer entre llamas, humo y ropas empapadas; es tiritar de frío junto a la tibieza de los motores; es dejar a un ser amado para ayudar a uno jamás conocido".

               (Artículo publicado en Información Jerez el pasado domingo 6 de julio de 2014 y ayer en VIVA JEREZ)

Años 20. Grupo de  voluntarias de la Cruz Roja de Jerez.

Grupo de exploradores de la Cruz Roja de Jerez.











miércoles, 2 de julio de 2014

LA FUENTE DE LA ALCUBILLA




A mediados del XIX Jerez era ya una de las grandes ciudades del país. En plena expansión y con más de 60.000 habitantes, no había resuelto todavía el problema del abastecimiento de agua potable. Desde los pozos y manantiales ubicados en las cercanías del casco urbano, el agua llegaba a las escasas fuentes públicas de Jerez, dependientes del Ayuntamiento o de particulares, que la distribuían y vendían por la ciudad a través de los aguadores. Estos menguados recursos proporcionaban poco más de cuatro litros por habitante y día procedentes, entre otros puntos de captación de la fuente de Los Albarizones, la de La Alcubilla, el Pozo del Olivar, los manantiales de Albadalejo y la Teja, el Pozo Dulce…  De todo ello nos habla el más que interesante blog http://www.entornoajerez.com, de los hermanos García Lázaro.

Las fuentes públicas, además de su utilidad, han embellecido y han dado vida desde siempre a pueblos y ciudades. Roma, por ejemplo tiene 50 fuentes monumentales y cientos de fuentes más pequeñas, sumando en total más de 2.000 fuentes, más que cualquier otra ciudad en el mundo. Por más de dos mil años estas fuentes han suministrado agua potable y han servido como decoración de las plazas de Roma.

.           Las fuentes monumentales que han suministrado agua potable a los jerezanos han ido desapareciendo con el tiempo y las pocas que nos quedan dejaron de desempeñar su función hace ya bastante tiempo. En estos días se está restaurando la fuente de la Alcubilla, el archivero Muñoz nos dice que su nombre original era de las Alcubillas o Depósitos que fueron labrados en el siglo XVI a costa de la ciudad, para abastecer de agua al vecindario; el agua procedía de los Albarizones de Cartuja, cuya fuente aún subsiste y ha abastecido del líquido elemento hasta hace poco. Dichos depósitos se renovaron en el siglo XVII en la forma que hoy se conservan. En este sitio se edificó por la ciudad, en el lugar donde estuvo el convento agustino de Nuestra Señora de Guía, la Ermita de Nuestra Señora de la Alcubilla, que era Patrono el Consejo o Ayuntamiento.
            
          Arruinada en 1674, se levantó, también, por la ciudad, la Ermita de San Isidro, de hermosa fábrica de cantería, que cerrada al culto en el primer tercio del pasado siglo XIX, fue enajenada por el Estado a un particular, vecino de Jerez, con los dichos depósitos en 19 de octubre de 1861. Posteriormente pasó por distintas manos hasta que hace unos años fue felizmente recuperada para el culto por la Hermandad del Perdón.
           
            Dichas alcubillas quedaron sin uso en el año de 1869, en que llegaron a Jerez las aguas de Tempul, empezando a utilizarse por el vecindario el 23 de julio de dicho año. Desde su creación hasta 1836 dio de balde el agua el Consejo; pero empezaron a arrendarse en 1837, dando un producto, por término medio, de 22 reales diarios, es decir unos 8.000 reales anuales con que aliviar las cargas de presupuesto.
            
              El agua sigue siendo una fuente de ingreso para las arcas municipales pero ya los métodos de explotación son otros aunque no hay que olvidar que esta fuente de la Alcubilla forma parte de la rica historia de nuestra ciudad y que fue ella la que surtió durante muchos años de tan necesario elemento para la vida. Por eso ahora que se está restaurando no estaría mal que también se restaura sus chorros como perenne recuerdo de ese importante servicio que esta olvidada fuente prestó a la ciudad.

                (Artículo publicado en Información Jerez el pasado domingo 29 de junio de 2014 y al día siguiente en VIVA JEREZ).

Bucólico paraje a las afueras del recinto amurallado de Jerez que acogió la construcción del conjunto de la fuente de la Alcubilla y la ermita de igual nombre, conocida popularmente como la Ermita de Guía.