miércoles, 6 de marzo de 2019

INICIATIVA PRIVADA





Los que estos días paseen por la jerezana plaza de San Lucas les llamará la atención el enorme andamiaje que se ha levantado frente a la fachada del templo que da nombre a la plaza, es la primera actuación que ha acometido la Hermandad de las Tres Caídas, con sede en dicho templo, para su necesaria reparación. En la Alameda de Cristina los dominicos han retirado ya los andamios que han servido para recuperar el esplendor de su fachada conventual. No hace mucho que la empresa Fundador restauró la histórica torre de Riquelme.  El nuevo Hotel María Luisa ha rehabilitado al completo la antigua mansión del ganadero Juan Pedro Domecq que anteriormente fuese sede del Casino Jerezano. La apertura al público del palacio Virrey Laserna  y la recuperación de algunas casas del casco histórico para usos turísticos son ejemplos de cuánto se puede hacer por el patrimonio de manos de la iniciativa privada.

La iniciativa privada, ya sea de asociaciones y fundaciones o de los titulares de bienes privados, juega un papel decisivo en la gestión de los bienes culturales. Ha de destacarse la aportación de los titulares de bienes privados, que ponen a disposición de toda la sociedad los bienes que han adquirido por herencia o para su disfrute personal y que vienen a gestionar en la perspectiva del disfrute público, enriqueciendo así el acervo y la sensibilidad colectiva. Son postulados que forman parte del empuje que siempre ha desplegado asociaciones como Europa Nostra en la protección y difusión del patrimonio cultural europeo. Europa Nostra muestra la conciencia adquirida por las asociaciones nacionales que la componen en la valoración de este patrimonio y denota el alto nivel de participación de una colectividad formada por personas con iniciativa y amor por el patrimonio cultural y por colectivos que trabajan en su defensa. Este empuje nos muestra, en suma, el esfuerzo de una sociedad cuyos individuos, colectivos y gobiernos trabajan en la misma dirección, fenómeno quizá antes impensable en algunos países y cada vez más asentado y creciente.

Si miramos a España, podemos ver que grandes bancos, como la Caixa”, ha invertido mucho dinero en proyectos de restauración, como los 18 millones de euros para recuperar el románico catalán. Aunque también el patrimonio no es sólo arquitectónico, de hecho la Fundación Iberdrola donó 15.000 euros para restaurar códices del monasterio de Yuso en La Rioja. Estos ejemplos son el paradigma de la situación que vivimos en la actualidad, en la que el patrimonio necesita de la iniciativa privada para subsistir.

En la defensa del patrimonio hay que destacar a nivel local, la labor que vienen desarrollando la Asociación de Vecinos del Centro Histórico de Jerez que esta pasada semana ha convocado la tercera manifestación para protestar por el estado ruinoso y de abandono de los barrios de intramuros de Jerez. Una situación lamentable que viene clamando la intervención tanto desde la administración pública como desde la iniciativa privada para su necesaria recuperación y repoblación.

La participación de la iniciativa privada es hoy un complemento necesario e inmejorable de la obligada intervención de los poderes públicos, cuya convergencia neutraliza los intereses poco favorables a los bienes culturales. Por ello es imprescindible reconocer este creciente compromiso social estableciendo los cauces jurídicos y de gestión apropiados para que esa colaboración aumente y sea más eficaz en la necesaria conservación de un patrimonio que es de todos.
           (Artículo que publiqué en INFORMACIÓN JEREZ el pasado domingo 24 de febrero de 2019 y al día siguiente en VIVA JEREZ).




La Alameda Cristina en tiempos pasados, a la derecha la fachada del convento de Santo Domingo antes de sufrir el deterioro propio del paso del tiempo. Gracias a la iniciativa privada de la propia comunidad dominica el esplendor de la fachada ha vuelto a recuperarse. 

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