lunes, 15 de agosto de 2011

CRÓNICA ASUNCIONISTA

         
         EN LA SOLEMNIDAD DE LA ASUNCIÓN DE MARÍA
          
          En estos tiempos que corren hablar en prensa sobre temas religiosos resulta hasta raro y más aún cuando los calores aprietan y solo se piensa en disfrutar de las merecidas vacaciones. Pero hoy es quince de agosto, el de día de la Virgen de Agosto, el día en que la iglesia católica celebra la Asunción de la Virgen en cuerpo y alma a los cielos.
         
          Desconocemos a ciencia cierta la época precisa en que se comenzó a celebrar en la Iglesia la festividad de la Asunción, si bien documentos irrecusables atestiguan que ya en el siglo VI, se celebraba con solemnidad. Por lo que hace a España, parece arrancar esta fiesta de los últimos tiempos de la monarquía visigoda, del reinado de Wamba, según demuestran graves autores, si bien la creencia de este misterio, estaba ya arraigada entre el pueblo antes de esas fechas. Es más: en la liturgia española no solo aparece la afirmación categórica de la Asunción corporal de María, sino que además se encuentran expuestos con solidez y devoción, los principales argumentos, en que se apoya el misterio. En cualquiera de las misas asuncionistas de España aparecen argumentos admirablementes expresados.
         
          La celeridad que en todo el orbe cristiano alcanzó esta fiesta en remotïsimos tiempos y la enorme rapidez de su difusión no permite dudar que el misterio de la Asunción de la Virgen sea una tradición que nos legaron los propios Apóstoles y por lo tanto, susceptible a la definición dogmática, como lo fue el la Inmaculada Concepción, del cual la Asunción es consecuencia natural.
         
            El 15 de agosto de 1950, se daba la noticia de la convocatoria de consistorio extraordinario por parte del papa Pío XII con el fin de proclamar el dogma de Asunción de la Virgen María. De inmediato, en Jerez, surgió la idea de levantar un monumento a la Asunción promovida por la Congregación de la Inmaculada y San Luis Gonzaga, los recordados Luises, y el alma de la propuesta el padre Antonio de Viu. Se crea una Comisión Pro-Monumento, que propone al arquitecto municipal Fernando de la Cuadra e Irizar para que realice los bocetos y sugiera al escultor que lo lleve a cabo. El 7 de diciembre de aquel año el Ayuntamiento jerezano aprueba la propuesta y el arquitecto municipal elige al escultor Vasallo. El 21 de febrero de 1952 el Ayuntamiento cambió el nombre de plaza sustituyendo el de Francisco Revueltas Montel por el actual de la Asunción. El monumento sería inaugurado el 24 de febrero de 1952. El primer monumento en el mundo dedicado a la Asunción de María.
           
          Las crónicas de la época con esa redacción tan característica, que forma parte ya de ese Jerez intramuros de los viejos cronistas del ayer decía: "Jerez entero había llegado a suspirar con ansia febril por ese día, y ¡helo aquí!. Mañana típica de febrero cielo entoldado, vientos del sur y del oeste que luchan y forcejean corriendo y descorriendo los transparentes de las nubes y sacudiendo rabiosamente las colgaduras y gallardetes que engalanan la vieja plaza de Escribanos ¡ya de la Asunción!¡Piedras milenarias del antiguo Municipio!¡Pórtico abocinado de la filial de San Dionisio! Miráis con asombro perturbada la pacífica soledad de vuestro emplazamiento y veis vuestras bocacalles, como los antiguos vomitorios de la ciudad de Roma en los grandes acontecimientos bélicos, volcar oleadas y oleadas de seres humanos; algarabías de banderas, estandartes y cruces procesionales, escucháis trepidantes motores de aviones y estruendosos repiqueteos de campanas y campanillas, vivas, rezos, oraciones..... es ¡El gran día de Jerez!... la voz del Prelado proclama, por los altavoces las palabras del Ritual....el Sr. Alcalde vela la voz por la emoción... y transmite magnéticamente ese mismo fervor a cuantos le escuchan...y se encarama hasta la columna misma del monumento a la Asunción.. ¡Día grande para Jerez1"
            
            Con esta forma periodística de un periodismo que se fue, de ese periodismo que despreciaba el tiempo y el espacio para llenarse de lírica, cuando , además, ahora que el periodismo local no pase por muy buenos momentos, sirva esta crónica asuncionista, en este quince de agosto, como homenaje a cuantos, como este cronista del ayer exaltador del asuncionismo en Jerez y como Manolo Liaño, tristemente fallecido en este semana, fueron, son y seguirán siendo singulares contadores de las verdades de esta tierra.
          
              (Artículo publicado en Información Jerez el 15 de agosto de 2009) 

Año 1965. Plaza de la Asunción cuando aún podían transitar vehículos por ella


El mismo ángulo de la plaza, unos años antes, sin el monumento a la Asunción





    

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