martes, 9 de agosto de 2011

EL JEREZ DE GONZÁLEZ GORDON


Completando la trilogía sobre el Jerez de otros tiempos, descrito por personajes ilustres, nos acercamos, en esta ocasión, a la recordada figura del Marqués de Bonanza, Manuel María González Gordon, “Obispo estampillado”, como cariñosamente lo define en la presentación de su emblemático libro “Jerez-Xerez-Sherish”, el entonces Alcalde de Jerez,. Duque de Primo de Rivera, por su ejemplar forma de ser y por su jerarquía innata dentro de la Diócesis del Vino. La mencionada obra es ya un clásico dentro de los estudios sobre el vino de Jerez y un libro indispensable para todo aquel que quiera conocer en profundidad nuestra historia, nuestros vinos, nuestras viñas, nuestras tonelerías y nuestras artes. Son interesantes los datos que aporta de la historia de Jerez, recogiendo opiniones autorizadas sobre el origen y la historia de  la ciudad.
           Desde César Pemán, con sus estudios sobre la relación con la cultura de Tartessos, los descubrimientos de Manuel Esteve, pasando por la denominación goda expuesta en los discursos del insigne Manuel de Bertemati, las aportaciones del Padre Martín de Roa en su obra “Sobre el nombre, sitio y antigüedad de la ciudad de Xerez” , la inevitable referencia a Joaquín Portillo y sus “Noches Jerezanas”, los valiosos apuntes sobre la reconquista de Menéndez Pidal en su Crónica General, hasta los datos del cronista Spínola sobre la historia inédita de Jerez y la concesión del escudo de armas de la ciudad, son todo un recorrido por la historia local desde la perspectiva de los mejores investigadores.

Sin embargo, las referencias más curiosas al Jerez antiguo quedan reflejadas en los escritos, recogidos en este libro de González Gordon, de El Idrisi (Siglo XII): “De Carmona a Xerez, villa dependiente de Sidonia, 3 jornadas. De Sevilla a Xerez, se cuentan dos grandes jornadas. Xerez es una plaza fuerte, de mediana extensión, ceñida por muralla; sus alrededores son de un agradable aspecto porque está rodeada de viñedos, olivares e higueras. El terreno produce trigo y los artículos de subsistencia están a un precio razonable”. Siendo sumamente interesante la traducción que se hace en este libro de los escritos de Jorge W. Suter. El Sr. Suter vivió en Jerez desde 1837 a 1887 donde fue vice-cónsul británico, y estuvo en esta ciudad durante la epidemia de cólera que azotó la población en 1834.  Dice así el citado escritor: “El pueblo es grande y destartalado, aunque tiene algunas calles buenas y varias plazas o desahogos. Coches de alquiler no existen y solamente hay tres particulares muy anticuados y de gran tamaño y tirados por mulas con arreos de cáñamo. Ninguna calle tiene alcantarillado, pavimento ni alumbrado, y durante el tiempo lluvioso no es cosa fácil ir de una casa otra. De noche es preciso, por falta de alumbrado, que un criado se adelante con una antorcha en una mano y un garrote en otra para protegerse de posibles atracos”.
             Como se puede comprobar por estos escritos, que nos trasladan a tiempos pasados, en algunas cosas, afortunadamente, hemos cambiado bastante, en otras, desgraciadamente, no tanto.

            (Artículo publicado en Información Jerez el 1 de septiembre de 2007)

"..Xerez es una plaza fuerte, de mediana extensión, ceñida por muralla..".Grabado de Jerez del S. XIX


Postal antigua de la bodega González Byass, emblema de la familia González en Jerez.



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