viernes, 2 de diciembre de 2011

LA PILONA DE FATE


Nunca ha estado tan de actualidad la calle Fate jerezana como en estos últimos días, y todo ello por una pilona que sube y baja de protagonismo según interese a unos y a otros. La calle Fate, suena estos días más que nunca por una polémica que se une a cuantas surgen cuando se acercan elecciones. Es curioso que una calle que data su existencia desde 1511, se haya mantenido casi desconocida, a pesar de ser una de las entradas más utilizadas del afamado barrio de San Miguel, y sea una simple pilona la que la lleve a las portadas de los periódicos.

Debe su nombre a un tal Alfonso Vélez Fate, piadoso benefactor del desaparecido hospital de Huérfanas, y une San Agustín con San Miguel, justo enfrente de uno de los bares más castizos de la ciudad, La Parra Vieja y de esa tienda Única salvadora de desavíos y capirotes de última hora.

La calle Fate es un típico acceso a ese barrio de arte y señorío, emblema de Jerez, a ese antiguo arrabal que ya contaba con ermita en 1285, dedicada al ángel guerrero y que en 1488 recoge el primero de los bautismos en la nueva parroquia. La calle Fate ha permitido durante cinco siglos adentrarse en un barrio de gran importancia para la ciudad, un barrio que hizo posible levantar un maravilloso templo parroquial, envidia del Jerez intramuros, hasta tal punto que a finales del siglo XVIII corrió el dicho "más importante es ser cura párroco de San Miguel de Jerez que obispo en muchas de las cincuenta diócesis españolas".

La calle Fate tiene hoy una pilona, fruto de ese plan de movilidad, que más que movilidad, lo que está es inmovilizando el tráfico por el centro de la ciudad. Una pilona que aparece como guardia de punto surgido de las entrañas de la tierra, con su casco blanco y todo su poderío del que se siente dueño y señor de la calle.

La pilona de la calle Fate obliga a los vehículos, no sanmigueleños, a dar la vuelta y volver por donde se ha venido o a meterse en ese Jerez bajo suelo, que ahora se está descubriendo como una ciudad de los bajos fondos, no de intramuros sino de bajo muros, y que de seguir así conseguirá fundar el Jerez de abajo, un Jerez por el que se podrá circular a través de túneles que enlacen los distintos aparcamientos subterráneos existentes y los que quedan por construir. Una ciudad de ultratumba que hasta podría tener su propia Carrera Oficial, permitiendo colocar un gran número de palcos, con la garantía de no verse amenazados, cofradías y abonados, por las inclemencias meteorológicas. Una sugerencia que puede incluirse en la nueva enciclopedia “Mi opinión sobre el cambio de la Carrera Oficial sin tener ni idea de Semana Santa.”

La pilona de Fate es una consecuencia de esos tiempos que cambian de forma vertiginosa, de esa movilidad que hoy se hace imprescindible, de la misma movilidad que para el Ave y crea una catástrofe, de esa movilidad que si desconectara todos los móviles existentes provocaría un cataclismo mundial, porque cuántos no podrían vivir sin "¿qué pasa?, ¿qué estás haciendo?", de esa movilidad que lleva multitud de coches a las puertas del colegio porque está chispeando, de esa movilidad que hace, a las propias familias, ir cada uno en su coche al mismo sitio con el argumento de poder marcharse cuando a cada uno le dé la gana, sin tener que esperar a los demás; la misma movilidad que hoy provoca tantas ciudades insostenibles.

La pilona es fruto de una sociedad que se mueve cada vez más sentada, en coche o frente a un ordenador y a un teléfono, y cada vez menos con la gentileza del simple paseo a pie o el contacto humano.

Pilona, viene de pilón, no de pilar, eso lo sabe muy bien nuestra alcaldesa, y significa, aparte de "pesa que se mueve libremente", los chilenos la utilizan para definir a las personas con una sola oreja, quizás este sea el problema de la pilona de Fate que para analizar su utilidad se necesitan, no una, sino las dos orejas.
(Artículo publicado en Información Jerez el 24 de febrero de 2007. La pilona de Fate dejó de funcionar al poco tiempo, en estos días el Ayuntamiento ha vuelto a plantear fórmulas para el control del tráfico en el barrio de San Miguel.)
Vista aérea de Jerez desde la torre de San Miguel, con la calle del mismo nombre en primer término.  En el centro de la foto la plaza del Arenal cuando aún conservaba los antiguos edificios. A la izquierda la linea que delimita las azoteas de la calle Fate.


 Otra perspectiva aérea desde la torre de San Miguel pero más a la izquierda. Al fondo la entonces colegiata, en primer término las calles San Agustín y Guarnidos, a la derecha el inicio de la calle Fate.

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