Agosto
es el mes por antonomasia de las vacaciones, la situación actual no permite a
todo el mundo disfrutar de días de descanso, unos por su economía y otros porque
sus vacaciones son siempre al no tener trabajo. Pero hay también quienes no
disfrutan de vacaciones por su desmedida vocación de servicio a los demás y
entre ese grupo humano se nos hace presente en nuestras calles unas mujeres
vestidas con toscos hábitos, retando a unas temperaturas a veces insoportables
y para quienes el disfrute no es unos días de viajes, de playa o montaña sino
que como verdaderamente disfrutan es ayudando a los demás. Me estoy refiriendo
a las Hermanas de la Cruz, congregación fundada por Madre Angelita, Ángela Guerrero González, Santa Ángela de la Cruz, Madre
de los pobres.
El
día 2 de agosto de 1875 el padre Torres celebraba la Eucaristía en la iglesia
del convento jerónimo de Santa Paula de Sevilla, a la que asistían, con Ángela,
que era terciaria franciscana, otras tres mujeres, Juana, Josefa y otra Juana,
dispuestas a desentrañar el misterio de la cruz en la oración y en el servicio
a los pobres. Acabada la misa, se trasladaron a vivir a un cuarto alquilado en
la calle de San Luis, n. 13, en el que había una mesa, unas sillas y unas
esteras de junco que servían de colchón y de almohada, un crucifijo y un cuadro
de la Virgen de los Dolores. Estaban naciendo las Hermanas de la Cruz. Su
estilo sería el de mujeres sencillas, verdaderamente populares, apartadas de la
grandiosidad, impregnando de tal forma el aire de dulzura, que la gente
agradecía aquel nuevo modo de querer a Dios y a los pobres. «Hacerse pobre con
los pobres». No quería hacer la caridad «desde arriba» sino ayudar a los pobres
«desde dentro». Escribía y lo vivía: «La primera pobre, yo...». Desde el 1 de
junio de 1947 están las Hermanas de la Cruz en Jerez.
En
esta sociedad actual en la que tanto se habla de lo que deberían hacer los
demás con su dinero, de que tanto se critica a la Iglesia por el patrimonio
acumulado durante siglos pero se sigue ocultando todo ese otro rico patrimonio
humano y de servicio a la comunidad también acumulado durante siglos, las
figuras itinerantes de las Hermanas de la Cruz bajo un sol de justicia con sus
gruesos hábitos son el contrapunto a unos tiempos donde el bienestar y el
confort se impone al sacrificio aunque este sea para cubrir algo de la
necesidad del prójimo.
Frente al consumismo y el indiferentismo
no hay mejor testimonio que el ejemplo de estas mujeres que, a contracorriente,
nos siguen recordando que mientras otros descansan y logran combatir los
calores, ellas siguen con su lucha diaria pidiendo limosna para los que menos
tienen. En estos días que tanto se ha oído hablar de los capitales de Bárcena,
los dineros negros, las comisiones ilegales y en el que el dinero parece ser
que para algunos es más bien un fin que un medio, sirva el modelo de Madre
Angelita que murió con las manos llenas pero no de
cuentas en Suiza sino de amor, vacías de entregar a los demás su vida hecha
dulzura, milagro cotidiano de luz.
En el día de la muerte
de Madre Angelita el Ayuntamiento republicano de Sevilla celebró sesión
extraordinaria para dar carácter oficial a los elogios de Sor Ángela. Hoy las
Hermanas de la Cruz siguen fielmente el espíritu de su fundadora, haciéndose
pobres entre los pobres, ayudándoles desde dentro como ángeles custodios sin
vacaciones.
(Artículo publicado en Información Jerez el pasado domingo 4 de agosto de 2013)Madre Angelita rodea por religiosas de la congregación por ella fundada. Capilla de las Hermanas de la Cruz en Jerez de la Frontera. |
Debe ser muy difícil renunciar a las comodidades para dedicarse por entero a los demás.
ResponderEliminarCómo se les podría ayudar desde fuera de Jerez? Las recuerdo desde mi niñez pidiendo para los demás. Es la mayor muestra posible de amor. Que gran ejemplo frente al materialismo que nos invade.
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