miércoles, 19 de marzo de 2014

GUARNIDOS


 
Existe un conjunto de calles en Jerez, situadas en el barrio de San Miguel, entre el viejo convento de San Agustín, la calle Puerto y la Ronda de Muleros. Calles que guardan aún el sabor y el entramado antiguo del Jerez bodeguero y castizo. Calles  Agustinos, detrás del viejo convento;  Juan Sánchez, en memoria del ilustre castellano D. Juan Sánchez de la Torre, quien, en el siglo XIX, dejó 120.000 duros para la fundación del colegio de Humanidades de San Juan Bautista;  calle Lindos, esquina del Reventón de Quintos con la plaza de Silos, enclavada en el terreno de la antigua Mancebía, la callejuela de Murguía, junto a las bodegas de Maestro Sierra; calle  Quintos que data del siglo XV; Rodrigo de León, mercader y dueño de las casas allí ubicadas; la Plaza de Silos, conocida también en lo antiguo por Plazuela de Pastrana y cuyo nombre actual se debe a 45 silos de la casa Panera de Pósito, instalada allí en 1710 y que aún conserva su portada, o la de Cruz de la Palma y la de Guarnidos que  forman un pequeño barrio en el arrabal de San Miguel.

 La calle Guarnidos ha sido durante años el corazón de esta zona cercana a la parroquia del arcángel. Una calle llena de vida y de comercios que, como todo el centro urbano, se ha visto abocada al cierre de muchos de ellos y a la pérdida de esa actividad que le daban sus vecinos y sus tiendas de barrio.

Hace unos días tuve la ocasión de pasar  por allí y si bien, la plaza de Silos, con su amplia explanada, donde en tiempo estuvo la comisaría de policía, ha sido asfaltada y reordenada para aparcamientos, la calle Guarnidos posee varios edificios en estado lamentable. Entre ellos me llamó la atención una casa, el número 12, con una interesante fachada, probablemente del siglo XVII, en estado ruinoso con un cartel anunciando la construcción de apartamentos.  Sobre dicha casa, Esperanza de los Ríos, en su cruzada para que Jerez no sea un ejemplo de patrimonio destruido, ya ha lanzado la voz de alarma. Una casa de tipología mudéjar con un cartel en el que no se  habla de rehabilitación de la vivienda ni de nada parecido que pudiera dar confianza en la conservación de lo que perviva en ella, solo se menciona  la “construcción”,  pura y dura de apartamentos.

La calle Guarnidos, que debe su nombre a la familia de dicho apellido que allí vivía, contiene algunos edificios interesantes bien conservados, como el número 9 que le hace frente, con sencilla fachada pero espléndido patio del XVI con arcos de medio punto y columnas de mármol, recientemente restaurado.

Guarnidos viene de guarnir, y guarnir de guarnecer. Guarnecer tiene varios significados, entre ellos el poner adornos, colgaduras u otras cosas que sirven de complemento o el   cubrir una pared o fachada con una capa fina de yeso, cemento u otro material, o pintarla,  para mejorar su acabado. Ambos significados le vendrían bien a esta casa con el fin de garantizar su conservación y evitar que siga su deterioro. La crisis de la construcción ha paralizado muchas de estas actuaciones y en algunos casos ha servido para evitar males mayores.

Continuando con las obras de adecentamiento que se han emprendido en la zona aún estamos a tiempo de salvar esta casa y mejorar el aspecto de toda esa parte de la calle Guarnidos tan deteriorada, antes de que tengamos que cambiarle a la calle el nombre de Guarnidos por el de “Guarníos”.  
           (Artículo publicado en Información Jerez el pasado domingo  16 de marzo y al día siguiente en VIVA JEREZ)

Fotografía del ayer de la calle Agustinos desde la esquina de Rodrigo de León.

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