No
se sabe con certeza si la Pasión según San Mateo de Juan Sebastián Bach fue compuesta en 1727 o 1729. Aunque se relaciona
directamente con la música fúnebre para el príncipe Leopold de Anhalt-Cöthen de 1729, se
desconoce si la cantata
fúnebre sirvió como modelo para la pasión o si la pasión fue el modelo de la
cantata (o si existen otros orígenes anteriores). De cualquier forma, la Pasión
según San Mateo fue interpretada el 15 de abril de 1729 (Viernes Santo)
en la iglesia de Santo Tomás en Leipzig
bajo la dirección del compositor, en una representación para la cual Bach no
pudo disponer de los recursos idóneos (en un memorándum al Consejo de la ciudad
de Leipzig, se quejó de que únicamente 17 de los 54 miembros del coro hubieran
estado a la altura).[]
Tras
la muerte de Bach, la obra cayó en el olvido (como, en general, toda la obra
del compositor) y no fue hasta 1829 cuando el compositor y director Félix
Mendelssohn volvió a interpretarla con la Sing-Akademie de Berlín en
una versión abreviada. La reinterpretación de esta obra dio inicio a un fuerte
interés por el estudio y el análisis de las obras de Bach, particularmente las
de gran escala, que ha persistido hasta nuestros días.
Hoy
La Pasión según San Mateo, es la obra
más extensa del compositor. Es una obra central de la música
artística. Hubert Parry la ha definido como el más rico y
noble ejemplo de la historia de la música sacra.
Casi
al mismo tiempo que se estrena La Pasión
según San Mateo de Juan Sebastián Bach, Jerez también estrena su peculiar Pasión según San Mateo representada en
las nuevas imágenes del Señor de las Penas y la Virgen del Desconsuelo que
ahora cumplen sus tres siglos, más o menos como esta prodigiosa composición del
genial músico barroco, el último gran maestro del arte del contrapunto y[]
fuente de inspiración para los grandes músicos que le sucedieron.
Nuestra
particular Pasión según San Mateo va
más allá de la obra de Bach e incluso de esos sentimientos que se aglutinan
cada Martes Santo teniendo como eje la parroquia alfonsí del evangelista. La Pasión según San Mateo es otra y si no
que se lo pregunten a los vecinos que allí viven. Estos días San Mateo ha
vuelto a ser noticia, por un lado los efectos del botellón surgido a raíz de
una fiesta organizada por un establecimiento hostelero de la zona y por otro el
derrumbe de parte de una fachada de la plaza de San Mateo.
El
barrio de San Mateo se cae poco a poco. El palacio de Riquelme y el de San Blas
son los casos más sangrantes, pero nada más que hay que darse una vuelta por las
calles Liebre, Cabezas, San Blas, Cordobeses, etc., para caer en la cuenta del
estado de desidia en el que se encuentra todo el barrio entre solares
abandonados y fachadas que se vienen abajo. La pasión que sufre San Mateo es la
obra más extensa de la descomposición del patrimonio histórico jerezano, el más
claro ejemplo del padecimiento de una collación que se desmorona por día que
pasa.
Como
la obra de Bach, también este barrio ha caído en el olvido. Esperemos que, de
una vez por todas, nos llegue un nuevo Félix
Mendelssohn y lo vuelva a la vida, que vengan los recursos y vuelva
el interés por el estudio y la recuperación de este barrio haciendo resurgir la
auténtica pasión por San Mateo.
(Artículo publicado en Información Jerez el pasado domingo 23 de marzo de 2014 y al día siguiente en VIVA JEREZ).
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