Se acaban de cumplir los doscientos cincuenta años del
nacimiento del sacerdote jerezano Juan Ramos Sánchez que se distinguió, durante
toda su vida, por su gran ilustración, su aportación al desarrollo de la
agricultura, a la instrucción pública y a las obras benéficas. Desde 1875, por acuerdo municipal,
cuenta con una calle con su nombre en el barrio de Vallesequillo
Don
Juan Ramos Sánchez, un dominico exclaustrado que había ejercido, en su primer
destino, como profesor del colegio de Santo Tomás de Sevilla, llegó a Jerez en
1823 como cura auxiliar de San Pedro. Algunos historiadores aseguran que este
puesto no lo llegó a desempeñar. El caso fue que tras atender espiritual y
magistralmente un hospital de urgencia con 500 heridos y enfermos franceses, se
le anunció, como recompensa, el ser nombrado para un cargo vacante en la
iglesia auxiliar de San Pedro. Ya había pensado en la constitución en dicha
iglesia de una junta de beneficencia, cuando le sorprendió el nombramiento de
otro sacerdote para este puesto. El aceptó resignado lo que había sido
dispuesto y continuó con sus anteriores ocupaciones, pero redoblando su
actuación en las obras apostólicas y
sociales.
Es
de señalar que en 1759 la Parroquia de San Miguel tenía 1.753 casas que eran
atendidas pastoralmente por los 43 presbíteros y un 1 subdiácono que
pertenecían al clero de San Miguel. A finales del siglo XIX la clerecía de San
Miguel estaba formada por más de una veintena de sacerdotes, entre ellos los
rectores de las iglesias de San Pedro y la del Santo Cristo de la Yedra. La
importancia de San Miguel hace que en el siglo XIX el ocupar el cargo de cura
encargado de la iglesia auxiliar de San Pedro sea bastante demandado entre el
clero de entonces y, a veces, este puesto se ofrecía como recompensa a una
fructífera labor pastoral. Este es el caso ocurrido con este sacerdote ilustre
que ha pasado a la historia de Jerez por sus virtudes y por las obras de
interés social en las que intervino. Otros historiadores, sin embargo, nos
hablan de él como cura encargado de la auxiliar de San Pedro.
Fue decisiva la contribución que el Padre
Ramos realizó en 1824 al restablecimiento en Jerez de la Sociedad Económica de
Amigos del País así como al importante papel desempeñado como secretario de la
primera Junta Municipal de Beneficencia que hubo en nuestra ciudad, reuniendo
en un solo hospital, el de Santa Isabel, los pequeños hospitales diseminados
por la ciudad. También fue nombrado secretario de la Junta Provincial de
Agricultura por su encomiable labor en la finca de Vallesequillo, propiedad de
la familia Gordon y de cuyos hijos el Padre Ramos fue su preceptor,
especialmente en lo referente al cultivo de plantas forrajera, muy apta para el
ganado caballar, lo que le valió para que en 1853 le fuese concedida la
distinción de caballero de la Orden de Carlos III.
El
Padre Ramos falleció el 15 de julio 1857, dejando atrás toda una ejemplar vida
de entrega a la ciudad que le acogió hasta su muerte. Sirvan estas líneas para
el recuerdo de este sacerdote jerezano al cumplirse dos siglos y medio de su
nacimiento y como gratitud por su entrega a cuantos pobres acudieron a él encontrando
siempre su ayuda incluso, según se cuenta, hasta privarse de lo más
indispensable para paliar necesidades.
(Artículo que publiqué en INFORMACIÓN JEREZ el pasado domingo 9 de julio de 2017 y al día siguiente en VIVA JEREZ).
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Interior de la iglesia de San Pedro antes de su demolición y posterior reconstrucción. |
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