viernes, 25 de noviembre de 2011

CELEBRACIONES ANTICIPADAS


“¡Alegría, alegría y placer que ha parido la Virgen María en el portal de Belén!" manifestación de gozo que en breve empezaremos a oir con la salvedad que cuando pare la Virgen María no es ahora sino dentro de un mes y pico, pero parece que estamos empeñados, por un consumismo desorbitado y por la manía de celebrar las cosas antes de que acontezca, en ir siempre por delante de los hechos.

El 25 de diciembre se conmemora el acontecimiento más importante de la historia, mucho más que cuantas Leonores vengan al mundo, con la diferencia que el alumbramiento de la futura reina de España, (de nuevo adelantándonos a los acontecimientos la llamamos reina), se ha empezado a celebrar desde el día que nació mientras que aquí, por estas tierras, o estamos obligados, por ciertos intereses, a festejar las celebraciones anticipadamente o es que, verdaderamente, no sabemos esperar.

Aquí llenamos las playas en primavera, cuando el frío aún azota los cuerpos y las dejamos vacías en septiembre cuando en pleno veranillo de las membrillos los calores son insoportables. Comenzamos a cantar saetas y a tocar marchas procesionales cuando no hay imágenes en la calle a quien dirigir la oración y la musicalidad y luego llega un Sábado Santo, tan reivindicado, que en Sevilla, por ejemplo, se salva por el turismo y en Jerez, cuando había procesiones, las calles estaban casi vacías. El fin de semana anterior a la Feria las casetas y el real están concurridísimos y el domingo de Feria, por antonomasia, da pena ir por el poco ambiente y por lo que te sirven en las casetas. Se llena el Rocío el fin de semana cuando todavía la Señora no ha salido y cuando la Virgen entra en la ermita el público ha decaído notablemente. Y el colmo es la Navidad, un mes antes celebrando una conmemoración que aún no se ha producido.

La Navidad, comienza con la venida del Redentor y termina con la Epifanía, al igual que la Semana Santa empieza el Domingo de Ramos y se clausura con la Resurrección, la Feria se inaugura con el encendido del alumbrado y se pone fin, antes con los fuegos artificiales y ahora, en la noche del domingo. La romería del Rocío se inicia con la salida de las hermandades y se acaba cuando la Virgen se recoge y vuelven las carretas. Todo acontecimiento y celebración tiene un principio y un fin. El origen y fundamento de la Navidad es el nacimiento de Cristo y nada más, todo lo demás, que no tenga que ver con esto, es aprovecharse de un acontecimiento cristiano para ganar dinero o divertirse.

En unos días nos llenaremos de villancicos, se alumbraran las calles, nos machacarán con propagandas, anuncios, loterías, comidas de Navidad y "zambombas", y luego cuando llegue el día del gran acontecimiento; el 25 de diciembre, parece que todo ha pasado, ni se pueden celebrar "zambombas", ni cantar villancicos, ni festejar tan feliz nacimiento, porque el centro, ahora, es un “fin de año" que no ha llegado, y ello sin mencionar unos apañados regalos que, también, ahora, vienen antes, en nochebuena.

La Navidad de Jerez es tan rica en matices, que ni puede ni debe dejarse llevar por costumbres e intereses que nada tiene que ver con las formas de vivir los jerezanos estas fiestas. Los belenes, y el día de la ilusión de los Reyes Magos permanecen fieles al periodo navideño, mantengamos, también, nuestras incomparables zambombas con su carga de tradición y de peculiaridades, sin negocios de por medio, sin otros cantes que los de siempre, sin altavoces, sin cubatas y sin fechas ajenas al periodo navideño. Una cosa es el anuncio de la venida del Niño-Dios, y otra el querer anticipar la fiesta, ni la Navidad se inicia con los primeros polvorones, ni con el comienzo de diciembre, ni después de la Inmaculada, la Navidad es cuando es, cuando en una “Noche de Paz" el "Gloria al recién nacido, Gloria" se hace realidad, ahí es cuando empieza la gran celebración. Ese es el centro y el inicio de todo el sentido de nuestra Navidad.
(Artículo publicado en Información Jerez el 19 de noviembre de 2005)
Imagen del ayer de un puesto de zambombas



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