Acaba 2005 y empieza un nuevo año, es el momento de hacer balance y de depositar esperanzas para el nuevo año.
Nuestra ciudad, en todos los ámbitos, espera mucho para el 2006. A ver si por fin se solucionan los grandes problemas empleo.
A ver si en el aspecto artístico y monumental se reabre, de una vez, nuestro histórico templo de San Dionisio para recobrar la inigualable estampa de la Cofradía del Dolor entre los naranjos de la placita de Escribanos. A ver si San Miguel elimina esas redes de su convalecencia. A ver si la zona de San Lucas deja de ser un lugar de marginación. A ver si Santiago sale de su clausura para volver a ser el centro de oración y emblema de un barrio. A ver si, por fin, de concluye, la restauración de nuestro Alcázar. A ver si se acaban las alarmas de cierre de nuestros templos por deterioro. A ver si el patrimonio local no necesita más medidas de urgencias, señal de que se le habrá prestado la debida atención.
A ver si nuestras grandes fiestas religiosas se consolidan en sus esencias y en sus formas seculares. A ver si nuestra Semana Santa es más manifestación de fe y menos espectáculo y divertimento. A ver si la Carrera Oficial se estructura de forma definitiva. A ver si las elecciones aI nuevo Consejo de la Unión de Hermandades, que deberá convocarse antes de julio, depara para los cofrades un nuevo signo y ejemplo de unidad y fortaleza ante los nuevos tiempos. A ver si las solemnidades del Corpus y de la Merced terminan de afianzarse en participación y esplendor. A ver si la Navidad jerezana se hace más castiza y entrañable, más familiar y fraterna y menos consumista.
A ver si nuestra afamada Feria sigue en su línea universal de señorío y categoría y elimina para siempre aquello que la desvirtúa como grato lugar festivo y de encuentro para convertirla en un espacio masificado, ajeno a lo que es nuestra Feria, y propenso al conflicto y a los enfrentamientos. A ver si para el próximo año en todos los rincones de nuestra incomparable Feria no exista nada que la desmerezca.
A ver si la ciudad recobra su normalidad y descansamos de tantas obras, se recupera nuestra plaza del Arenal, en todo su esplendor y con sus elementos característicos y la circulación ciudadana deja de ser una pesadilla. A ver si la ronda oeste es una realidad y llegarnos al verano sin atascos. A ver si todos los proyectos municipales para el 2006 se culminan para beneficio de los ciudadanos.
A ver si nuestros políticos se ponen de una vez de acuerdo, oigan menos a las estructuras de partidos y más a la demanda popular. Jerez se gobierne más por quienes los jerezanos han elegido para regir la ciudad y menos por mandatarios provinciales, regionales o nacionales. A ver si las instituciones se vuelcan con nuestra ciudad independientemente de su color al igual que cobran sin importarle el color de quien paga. A ver si los jerezanos nos dejamos de intereses particulares, de quien nos interesa para mantener empleos, tratos de favor o influencias y maduramos la idea de hacer del Ayuntamiento de Jerez una garantía de futuro fuerte, con unidad de criterios para construir la gran ciudad que todos aspiramos.
A ver si vemos el Xerez en Primera, los problemas del campo solucionado, las subvenciones y las deudas municipales pagadas. Los niños jerezanos sin problemas escolares ,las barriadas atendidas, la Iglesia respetada y apoyada en todo aquello que beneficia a los demás, nuestros vinos suficientemente valorados, el comercio jerezano ganando enteros, abolida la crispación y la apatía. En definitiva que el próximo año sea mejor en especial para quienes más lo necesitan y que todos lo veamos.
(Artículo publicado el sábado 31 de diciembre de 2005. Llama la atención como muchos de estos deseos aún siguen pendientes de cumplirse)