martes, 6 de diciembre de 2011

MERECIDO HOMENAJE


Cuentan los anales históricos que en el año de 1268, a los cuatro de ser reconquistada la ciudad de Jerez por el rey D. Alfonso X el Sabio, según la tradición, hizo la fundación del Monasterio de la Merced, el ínclito Obispo y mártir de la Orden, San Pedro Pascual de Valencia, y dice el historiador Rallón que “había el rey señalado sitio: para el convento de San Francisco, al oriente de la ciudad; de la parte norte, para el convento de Santo Domingo; y esta fundación de la Merced la hizo al occidente, fuera de ella, a la misma distancia de la muralla, que se habían fundado los dos primeros, y vino a caer entre dos puertas, que hoy llamamos de Santiago la una, y la otra de Rota”. Cuentan las crónicas que el tiempo que el santo fundador estuvo en Jerez fue abriendo las zanjas para el edificio material y espiritual de lo que con el paso de los años sería una virtuosa orden redentora de cautivos y custodia de la más arraigada devoción mariana de Jerez, la de la Virgen de la Merced.

Desde entonces los mercedarios han sellado con su obra y su permanente servicio a la ciudad una página de oro de la misma, recordemos sus enseñanzas, su constante disponibilidad, aquella barriada de la Coronación “por un Jerez mejor y más humano”, el mantenimiento y embellecimiento de la Basílica. Ilustres jerezanos han aportado prestigio a la Orden, como el Padre Rendón Sarmiento, nacido en el siglo XV, gran predicador y celoso misionero; o el Padre Juan de Salazar que murió mártir en Paraguay o el jerezano Padre Francisco de Medina y Arteaga, designado general de la Orden o el Padre Fernando de Illescas, que siendo Vicario General consiguió del Papa Urbano VIII la reforma de la Orden; o el Padre Francisco de Vera, Obispo de Perpiñán y Salamanca; el padre Antonio de Vigo , arzobispo de Lima o el Padre Fray Fernando de Sierra que fuese Vicario General de Méjico. También la Orden ha aportado muchos valores a la ciudad y entre ellos el recordado Padre Manuel Fernández que a su celo y su trabajo incansable se consiguió no solo el anhelado hito de la Coronación Canónica de la Virgen de la Merced, sino también la elevación del santuario jerezano al rango de basílica y el reconocimiento del Patronazgo Canónico.

Herederos de tanta historia y gloria son hoy los actuales frailes que custodian el convento, el templo y las devociones mercedarias de la ciudad. Más de siete siglos de la presencia de los hijos de San Pedro Pascual unidos al devenir histórico de Jerez. Por eso el homenaje del pasado viernes al Padre Felipe y a los miembros de la Orden Mercedaria no vino más que a hacer patente la gratitud de un pueblo a quienes son herederos de altura de una Orden que forma parte, con todos los honores, de la rica historia local. Frailes  de hoy que, además de tan importante legado, han cumplido con creces los deseos de su fundador adaptándose, sin abandonar sus cimientos, a una sociedad jerezana muy distinta ya a la de sus orígenes. La masiva respuesta al homenaje del viernes fue la prueba evidente de todo ello. 
(Artículo publicado en Información Jerez el pasado domingo 4 de diciembre y al día siguiente en VIVA JEREZ) 

Claustros del convento de la Merced antes de la restauración. Fotografía de mediados del pasado siglo XX.
       

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