La
actual Plaza del Progreso ocupa un espacio de intramuros, perteneciente a la
antigua judería de Jerez limítrofe con la calle Algarve, zona ocupada por
caballeros portugueses que ayudaron a Alfonso X el Sabio en la conquista de la
ciudad. A comienzos del siglo XV, se crea en este lugar el Hospital de la
Misericordia, institución que quedó integrada en 1594 en el Hospital de La
Candelaria. El edificio que había ocupado dicho hospital pasó a ser Convento de
las Hermanas de la Concepción, hasta 1868, cuando a raíz de la revolución de La
Gloriosa, el convento es abandonado y posteriormente derribado. Al solar
resultante, acondicionado como plaza, se le puso el nombre de “Progreso” y en
1890 la plaza es embellecida y ajardinada siendo Alcalde Eduardo Freyre y
Góngora.
La
plaza del Progreso ha sido, durante años, un lugar muy tranquilo, no muy frecuentado
y casi escondido en el centro comercial de Jerez. A mitad de los 90, tras un
intenso proceso de peatonalización, se añadió un parque infantil urbano. Parque
infantil que ha dado mucha vida a la plaza y un ambiente de algarabía que ha
supuesto no solo un revulsivo para el lugar sino también para los comercios
allí ubicados. Una vida que para sí quisieran muchas otras plazas de la ciudad.
Pero como todo, lo importante no es llegar sino mantenerse y en estos días la
asociación de comerciantes del centro Acoje se ha hecho eco de las quejas que
existen por parte de algunos vecinos y comerciantes de la plaza del Progreso,
que consideran que este espacio está sufriendo últimamente un deterioro
progresivo, en especial en lo que se refiere al parque infantil actualmente
vallado. A raíz de lo cual el Ayuntamiento ha informado que Infraestructura
está ultimando las distintas intervenciones que se van a realizar en el recinto
para que este espacio pueda volver a estar disponible en los próximos días.
A nadie escapa que los parques infantiles fomentan
la actividad y promueven el entretenimiento y el desarrollo de las capacidades
de los niños. Es una zona lúdica que debe ser atractiva y segura. Según un estudio realizado por la
Fundación Consumer Eroski analizando 520 aparatos de juego de 130 zonas
públicas de juego infantil en trece capitales españolas, el 19% de los aparatos
instalados presentaban defectos graves que ponían en peligro la seguridad de
los usuarios, y en uno de cada tres parques visitados algún aparato tenía
defectos graves.
El
vandalismo, sin duda, es causa de buena parte de este deterioro, pero no debe
ocultar que algunos columpios han quedado obsoletos y que el mal estado de
otros muchos es más que evidente. Sin olvidar que para que los niños disfruten
del juego en un parque infantil y lo hagan con el menor riesgo posible, no sólo
cuentan la calidad y el estado de conservación de los aparatos de juego y la
zona donde se hallan ubicados; también es fundamental la educación que esos niños
reciben de sus padres, que conozcan los riesgos existentes y como hay que
tratar lo que es para disfrute de todos.
La
plaza del Progreso jerezana, desde que cambió su quietud, quizás heredada de
sus años monásticos y hospitalarios, por el bullicio de la chiquellería que
pasa sus tardes entre toboganes y columpios, hace honor a su nombre. La vida y
el progreso de una ciudad se miden mucho por la intensidad de la algarabía
infantil que puebla sus plazas y jardines y en esto nuestra plaza del Progreso
es todo un ejemplo.
(Artículo publicado en Jerez Información el pasado domingo 27 de octubre de 2012 y al día siguiente en VIVA JEREZ)
La plaza del Progreso jerezana cuando presidía su centro el busto del Padre Luis Coloma. |
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