Uno de los dilemas que han surgido a raíz de la
festividad de San Dionisio, el pasado miércoles, es si su patronazgo sobre
Jerez corresponde al Dionisio Areopagita o al Obispo de París.
San
Dionisio fue nombrado Patrón por el Rey
Alfonso X "El Sabio" tras reconquistar la ciudad del dominio
de los musulmanes el 9 de octubre (día
de su onomástica) de 1264. En esa fecha los castellanos entraron en Jerez.
Ordenando Alfonso X que la ciudad se pudiese bajo su patronato en acción de
gracias por este hecho, así como la construcción de una parroquia en su honor.
Seguramente que el rey sabio no se preocuparía a que
Dionisio estaba dedicado aquel 9 de octubre de hace 749 años. Dionisio era el
patrón de Jerez y punto. Es, muchos años después, cuando los propios
historiadores locales se plantearon a quien había que rendirle culto y a que
Dionisio estaba dedicada esa iglesia que el mismo conquistador había mandado
levantar. La festividad del día correspondía a San Dionisio Areopagita, Obispo
de Atenas y según la creencia de entonces, también Obispo de París, el que en las Vidas de San Dionisio, escritas
en la época carolingia, se nos dice que tras ser decapitado, anduvo durante seis kilómetros con la cabeza en sus
manos. Estaba claro, por tanto, que la iconografía de un santo con la
cabeza cortada y predicando era un recurso didáctico que invita
a la piedad popular y a la devoción de los fieles. Esta ha sido desde siempre
la representación del santo patrón de Jerez, con su cabeza en las manos.
Hasta aquí todo perfecto, el problema
surge cuando, transcurrido el tiempo se descubre que el Areopagita (Atenas) y
el de París son santos distintos. Una confusión que proviene del siglo XII cuando el abad
Suger falsificó unos documentos por razones políticas y para dar prestigio al
santo de París, identificándolo con el de Atenas, el miembro del Areópago que
había asistido a los sermones y nombrado obispo por el mismo San Pablo, por lo
que su importancia como figura preclara del cristianismo era incuestionable.
Una
identificación que la encontramos en el Martirologio y en el Breviario Romano pero
que, posteriormente, en el Vetus Romanum Martyrologium, los dos Dionisios ya se
distinguen claramente uno del otro; el
3 de octubre, es el día de San Dionisio Areopagita y el 9 de octubre, el del Obispo de París.
Así que si
respetamos la voluntad del rey sabio de poner a la ciudad bajo el patronazgo
del santo del día de la reconquista, este es, sin duda, San Dionisio de París,
osea, el de la cabeza en las manos tal como se representa tradicionalmente en
los templos jerezanos. Pero José Luis Repetto, párroco de San Dionisio y exdeán de la
Catedral, afirma que el Patronazgo recae sobre San Dionisio Areopagita, porque
así lo tiene confirmado la Santa Sede
desde 1860-1870 y queda refrendado, cuando se crea la Diócesis de Jerez, por la
Congregación de Ritos, con una dispensa para que pueda, celebrarse el 9 de
octubre, día de la reconquista y no el día 3.
¿Qué diría de todo esto nuestro rey conquistador si
levantara la cabeza, nunca mejor dicho?. Seguramente optaría por el Areopagita
puesto que él ya sufrió algo parecido cuando se le cortó la cabeza a su padre
San Fernando y se puso la suya a la estatua que hoy vemos en el alcázar. Y es
que desde la guerra con los turcos, e incluso antes, siempre hay quien ha
llegado cortando cabezas.
(Artículo publicado en Información Jerez el pasado domingo 13 de octubre de 2013 y al día siguiente en VIVA JEREZ).
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