La Semana Santa de 2014 ha puesto su punto y seguido, puesto
que ahora empieza ya a fraguarse lo que será la de 2015, una Semana Santa que
esperemos goce, como mínimo, de los mismos esplendores que la acabamos de dejar
atrás.
Cuenta las crónicas que es en el siglo XVI donde podemos ubicar el
origen de nuestra Semana Mayor. En aquellos años las asociaciones hacían
la Estación de Penitencia con los cofrades divididos en hermanos de luz y de
sangre. La procesión la encabezaba el estandarte de la Hermandad y la cerraba
un clérigo portando una cruz. Durante el
XVII se van fijando las principales características de nuestros cortejos y de
los pasos. Y en el siglo XVIII las hermandades ya rozan la magnificencia
actual.
El siglo
XIX supuso un retroceso que comenzó a finales del siglo anterior - en 1771 Carlos
III suprimió todas las cofradías-. Después llegaron los franceses, las desamortizaciones,
La I República...y el siglo XX.
Pese al "parón" que supuso la Guerra Civil, éste ha sido el gran
siglo para la Semana Santa de Jerez.
Al comenzar el siglo XX sólo procesionaban nueve
cofradías. Al comienzo de los años
treinta ya son once. Y sólo en lo que va de los años cuarenta a los cincuenta
se fundan dieciséis hermandades en Jerez. Ahora pasan por la Carrera Oficial treinta y
seis cofradías, y no debemos olvidar aquellas que salen el Sábado de Pasión y la del
Resucitado.
Una larga historia, siempre a mejor e imparable. Una historia
que sigue escribiendo páginas de oro, que sigue evolucionando y brotando en el
sentir de un pueblo que siente todo esto como suyo.
Han acabado los desfiles procesionales, la Carrera Oficial
del 2014, se marchitarán las flores, se guardarán enseres y pasos, pero todo
continua como si lo de semana fuese algo anecdótico, como si, en verdad,
hubiésemos despertado de un sueño, que tiene mucho de realidad.
Ahora es cuando la Semana Santa de 2014, empieza a hacerse
realidad en nuestras conciencias, porque en estos pasados siete días, todo ha
sido tan grande que es casi imposible de asimilarlo, de digerirlo, de poderlo
palpar sin que se nos vaya de las manos, de poder degustarlo con el reposo y
mesura que requieren las cosas importantes.
La Semana Santa de 2014 es ya un punto y seguido, pero
quedará para siempre en la memoria colectiva como una de las brillantes de
todos los tiempos, por eso, como todo lo que deja huella, no será fácil de
olvidar y quedará como un referente para el futuro.
Jerez, como tantas otras ciudades, tiene el regalo del cielo
de su Semana Santa, testimonio de fe para unos y un espectáculo para otros,
pero un espectáculo, como se afirmaba en cierta ocasión, en el que
excepcionalmente, los actores son los que pagan y el público el que asiste
gratuitamente a la representación. Esa es la grandeza de este pueblo que se
hace cofrade casi desde que se nace, que vive su Semana Santa como algo pegado
a su historia, a su cultura y, sobre todo a sus creencias.
Punto y seguido para una Semana Santa que va unida a la
esencia de la ciudad. Unas cofradías entregadas siempre a la ciudad que la vio
nacer y unos cofrades, artífices de todo
este milagro y cuyo único interés va unido a la fe y la devoción por sus
titulares, que han hecho posible, un año más y van siglos, la celebración de
una impresionante Semana Mayor que ya es historia.
(Artículo publicado en Información Jerez el pasado domingo 20 de abril de 2014 y ayer en VIVA JEREZ)
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