Villaluenga
del Rosario es un municipio pequeño situado en el corazón del Parque
Natural de la de la Sierra de Grazalema. Cuidado y pulcro pueblecito de
estrechas y empinadas calles que se prolongan hasta casi tocar las
rocas, con cuya vegetación se mezclan, de casas recoletas,
con ondulados tejados, angostos postigos, pequeñas ventanas y
floridos balcones. Construido junto a un enorme macizo pétreo que lo protege, a
casi 900 metros de altitud. Por doquier hay un silencio amable, sin
estridencias. Se diría que la vida allí discurre más lenta.
De
allí era Pedro Pérez-Clotet, un poeta y
Doctor en Derecho. Escritor perteneciente a la Generación del 27, nacido en Villaluenga del
Rosario el 13 de diciembre de 1902 y fallecido en Ronda en el año 1966,
que en 1925 llega a Madrid para hacer
el doctorado y allí asiste a las tertulias literarias organizadas por Juan
Ramón Jiménez, decidiendo entonces consagrarse a la literatura. En 1929 ya había aparecido su primer libro de
poemas, Signo del Alba.
Crea la revista poética Isla, primera de las numerosas revistas poéticas
gaditanas, que contó con setenta y seis poetas que escribieron en la primera
época. Al estallar la Guerra Civil Pérez-Clotet, se trasladó a Jerez de la
Frontera coincidiendo con el momento en el que nacía la revista Cauces, cuyos animadores pasaron a integrar la nueva nómina de Isla, permaneciendo en nuestra ciudad hasta 1940, dedicándose
plenamente a su actividad como escritor.
Allí
también, en Villaluenga, una pequeña parte de la historia devocional y
cofradiera de Jerez se hace presente en la antigua Virgen de la Mayor Aflicción
de la Hermandad jerezana de la Coronación de Espinas, que con tanto celo
cuidada el también jerezano Oscar Torres. Devoción de los habitantes del pueblo
compartida con el llamado Cristo de la Yedra que nos trae recuerdos de La Plazuela jerezana.
Pues
bien, Villaluenga
acoge estos días una nueva edición, y ya van ocho, de la Feria Artesanal del
Queso Andalucía. Una cita ineludible que con el paso de los años ha ganado en
popularidad. Se espera que al medio millar de habitantes que tiene este
singular municipio de la sierra se sumen más de 20.000 personas, que por cinco
euros tendrán opción a ocho degustaciones de queso y una copa de vino. Y es que
no hay nada mejor, como hemos podido leer, que un buen maridaje de vino para
saborear un producto que se puede disfrutar tanto como un entremés como un
delicioso postre.
Jerez y Villaluenga del Rosario unidos por sus productos más afamados. Así se encargaron de demostrarlo en esta pasada semana, en el Consejo Regulador, los profesionales de la Quesería Villaluenga del Rosario en una cata muy especial de amontillado, fino, oloroso y manzanilla, queso fresco, semicurado y curado al romero y exclusivamente de cabra Payoya, en la que el presidente de esta institución, Beltrán Domecq, dio las claves para sacar el máximo rendimiento a esta pareja de lujo.
Un lujo,
sin lugar a dudas, en un espacio singular y único del que dijo el poeta Jorge
Guillén que fue inventado exprofeso para la poesía y que el mismo Pérez Clotet,
el Azorín andaluz de Villaluenga, calificó como pueblo de papel, de infantil
Belén, y que estos días ha sabido hermanarse con Jerez para deleite de todos
los lugareños y visitantes, uniendo la belleza de un enclave único con el gozo
en el paladar.
(Artículo que publiqué en INFORMACIÓN JEREZ el pasado domingo 26 de marzo de 2017 y al día siguiente en VIVA JEREZ)
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