LA BATALLA DEL GUADALETE

      

       La Batalla del Guadalete es el nombre con el que se conoce una batalla que, según la historiografía tradicionalmente admitida, basada en crónicas árabes de los siglos X y XI, tuvo lugar en España entre el 19 y 26 de julio de 711 cerca del río Guadalete, en las proximidades de Jerez, y cuyas consecuencias fueron decisivas para el futuro de la Península Ibérica. En ella el rey godo Rodrigo fue derrotado y probablemente perdió la vida a manos de fuerzas musulmanas comandadas por Táriq Ibn Ziyad. La derrota fue tan completa que supuso el final del estado visigodo en Hispania.

   

       Algunos estudiosos contemporáneos negaron la ubicación tradicional de la batalla y sostuvieron que tuvo lugar entre Medina Sidonia y la laguna de La Janda, lo que hizo que en tiempos más recientes se haya conocido también como Batalla de la laguna de La Janda o del río Barbate. Sin embargo, Sánchez Albornoz, que reconstruyó los hechos a partir de los archivos cristianos y las crónicas árabes, aportó nuevos datos y testimonios que respaldaban que Wadiilakka era efectivamente nuestro río Guadalete, precisamente donde los antiguos habían situado el encuentro bélico.

   

       Esto es lo que cuentas las enciclopedias, pero hay otra Batalla del Guadalete que se ha estado librando estos días, la batalla de los vecinos de Las Pachecas, El Portalillo, la Ina, La Greduela y otras barriadas rurales cercanas al río. Una batalla que también parece perdida porque no se le hace frente con la debida fuerza por parte de quien corresponde.

   

      A lo imprevisible de la naturaleza se le puede combatir tomando precauciones para frenar sus daños y eso está en manos de las distintas administraciones. Si la zona es propicia a las inundaciones solo cabe o poner los medios necesarios para controlar cualquier desbordamiento del cauce o no permitir más construcciones y buscar soluciones para trasladar esas viviendas a un lugar más seguro. Las inundaciones de estos días atrás han causado graves daños materiales y, afortunadamante, poco daños humanos, pero esto puede que no siempre sea así y, mientras no se actúe de forma contundente, se corre el riesgo de que en el futuro estas lluvias torrenciales puedan tener peores consecuencias.

    

     Urge una actuación definitiva sobre el Guadalete antes que tengamos que lamentarnos. Ríos más caudalosos han encontrado solución ante las riadas, pero para eso es necesario que las administraciones tomen conciencia de que el histórico rio necesita de un estudio serio y de unas inversiones que le permitan mantener su cauce con normalidad, sin riesgo de desbordamiento.

 

     El desembalse de los pantanos no puede convertirse en un arma de doble filo para la seguridad ciudadana, hay que actuar y hay que hacerlo antes de que de nuevo Jerez y su río se vuelvan a convertir en noticia nacional por causa de las fuertes lluvias.

   

     El nombre de Guadalete parece derivar de Lete (el rio del olvido en la mitología griega), quizás sea una premonición pero lo que si es verdad que hay que luchar contra ello. Las cuestiones políticas, económicas, geográficas o de población, no deben  justificar aquellos versos populares de las viejas crónicas de la Batalla del Guadalete :  "Llegaron los sarracenos y nos molieron a palos, es que se ayuda a los malos cuando son más que los buenos".

 

     (Artículo publicado en Información Jerez el 9 de enero de 2010. Con las llegadas de las lluvias vuelve el riesgo de inundaciones en el entorno del Guadalete)

 

 



Dannificados por las inundaciones de El Portal del año 1930