Fue el pasado jueves cuando Jerez dio su pistoletazo de salida a las fiestas navideñas. Fue ese día cuando se encendió el alumbrado extraordinario, que tanto invita a ir al centro de la ciudad para las compras de estas fechas.
Con el encendido del alumbrado navideño la ciudad se transforma, cobra vida y alegría, es como una primavera dentro del invierno, llenando de musicalidad y de color el ambiente. Con la luz de la Navidad vuelven los villancicos, las tradicionales coplas de Nochebuena. Comienza el tiempo de zambombas, esas mismas que quieren declarar Bien de Interés Cultural. Un reconocimiento para la genuina zambomba jerezana que no para la "zambombá" que es otra cosa bien distinta. Bien de Interés Cultural, para la reunión de familiares, amigos y vecinos en torno a la candela, no apoyados en una barra de bar; para los aguardientes y los pestiños, no para los cubatas y los bocadillos; para cantar en torno al Niño-Dios, no en ambientes discotequeros; para compartir, no para ganar dinero, para "gloria del recién nacido, gloria" y no para "las muñecas de Famosa".
Jerez comenzó, a partir del pasado jueves, la cuenta atrás hacia el día de la Navidad, eje de todas estas fiestas. Y llegarán las comidas de empresa, para festejar la Navidad, es decir el nacimiento del Salvador, un signo de unidad con la Iglesia, las loterías de Hermandades y sus Campañas de Navidad, una forma de contribuir con la Iglesia, la fiesta de los Reyes Magos, un modo de unirse a la Iglesia reconociendo a quien es Rey de Reyes.
Llegaran unas fiestas en la que, gracias a Dios, los progre-lumbreras con poder, los de la amnesia histórica, quienes aún no se enteran que en democracia se deben respetar la opinión de una mayoría, aún no han conseguido que, por inconstitucional, se retiren los belenes de las escuelas y de todos los lugares públicos, teniendo en cuenta que el Crucifijo es el mismo hombre, que nació en Belén. Quienes, consecuentemente con sus propios principios de desterrar de lo público aquello que tenga una base religiosa, deberían. igualmente, renunciar a participar en todo lo relacionado con la Navidad, es decir, comidas de empresa, pagas extraordinarias, días de fiestas, zambombas, recibir regalos, etc. etc..
Fue el 10 de diciembre, cuando el cielo de Jerez se iluminó. Fue el día en que Jerez empezó oficialmente a celebrar, como solo esta ciudad sabe hacerlo, y como desde hace más de veinte siglos, que se dice pronto, lo viene haciendo más de medio mundo, la venida del Salvador, el Dios de los cristianos, el de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana, el de tantas iglesias del mundo y de tantos creyentes de la humanidad, el Rey de la historia, el que con el símbolo de la cruz levantó todo un imperio en torno a la fraternidad y el amor entre los seres humanos.
Ese es el fundamento auténtico la Navidad, por mucho que se quiera desvirtuar, por mucho que se quiera paganizar, por mucha aconfesionalidad de boquita para afuera. La historia es la que es, le pese a quien le pese, gobierne quien gobierne y existan las leyes humanas que existan.
El pasado 10 de diciembre, fiesta de la Virgen de Loreto, se encendieron las luces de la Navidad, la misma luz que se viene encendiendo desde que esta sencilla mujer, con toda la sociedad de su tiempo en contra, dijo si a un embarazo que no se esperaba, un si que transformó la historia y la humanidad; trayendo esa luz aún tan necesaria para quienes siguen anclados en las oscuridades del pasado.
(Artículo publicado en Informació Jerez el 12 de diciembre de 2009. Este año el alumbrado navideño en Jerez se ha inaugurado también en jueves)
Muchos jerezanos recordarán aquel gran abeto iluminado que se montaba por Navidad, hace unos cuarenta años, en la rotonda de los Casinos |
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