Cuando a mediados del pasado siglo el turismo se había convertido en el gran potencial económico de España, Jerez seguía siendo un destino turístico olvidado, ni hoteles ni museos despertaban el interés general, solo el Museo Arqueológico en un precario espacio expositivo junto a la biblioteca municipal y el singular Museo de Relojes de la Atalaya podían despertar algo de interés y poco más. Con el paso de los años la oferta museística de la ciudad se ha ido incrementando notablemente, Jerez cuenta en la actualidad con un museo de enganches en las antiguas bodegas de Pemartín, el del Misterio de Jerez en la Atalaya, el de etiquetas de Garvey, el de la Miel en el Rancho Cortesano, el Taurino, el del Traje Corto en la calle Bizcocheros, el del Arte Ecuestre en el Recreo de las Cadenas, el Museo del Jerez situado en la Bodega Williams-Humbert; a los que habría que añadir los remodelados Museo del Tiempo, antiguo de relojes, y el Arqueológico en la plaza del Mercado a la espera de una pronta reapertura tras su ampliación.
Desde ayer Jerez cuenta con un nuevo museo, ubicado en la catedral, un espacio expositivo donde poder admirar el tesoro artístico del primer templo de la ciudad. Una muestra del rico patrimonio que custodia la Iglesia local y que muy bien podría ser el embrión de un futuro Museo de Arte Sacro donde exponer las diversas piezas de incalculable valor que guardan parroquias y conventos.
En breve se anuncia, también, la apertura al público, tras su inauguración hace ya unos meses, del ansiado Museo del Belén, ese que en la calle Circo mostrará a jerezanos y visitantes las maravillas que condensa el arte belenista de la ciudad, un gozo para los sentidos que hasta ahora solo se podía disfrutar en tiempos de Navidad pero que ya, con esta nueva oferta museística, será posible en todas las épocas del año.
Igualmente ocurre con el pretendido Museo de las Cofradías, otro anhelado proyecto que el nuevo presidente de la Unión de Hermandades tiene en mente retomar con el fin de poder mostrar el enorme patrimonio artístico que atesoran las Cofradías y que, a su vez, ayude a hacer frente a los altos costos que supone su mantenimiento. Un museo que muy bien podría complementarse con la visita a las zonas expositivas de las distintas Casas de Hermandad, contando con unos convenios que favorecieran a todos.
A la espera de su puesta en marcha está el futuro Museo de Pinturas sobre la base de la actual pinacoteca de Joaquín Rivero, ubicada actualmente en las Bodegas Tradición y que se proyecta ampliar en un recuperado Palacio de Riquelme y El Museo Lola Flores en la Cruz Vieja, de indudable atractivo para nativos y visitantes por la enorme popularidad de esta jerezana inmortal.
Los museos conservan y exponen los objetos que mejor ilustran las actividades del hombre y son culturalmente importantes para el desarrollo de los conocimientos humanos. Abramos esos museos que tanto reflejan, no solo un rico patrimonio sino también la historia y el alma de nuestra tierra porque, como diría Kemp, aquí se expone un arte que se vive cuando en otros rincones del mundo, eso mismo, solo se cuelga en las paredes.
(Artículo publicado en Información Jerez el domingo 30 de octubre de 2011 y en Viva Jerez el lunes 31)
No hay comentarios:
Publicar un comentario