Hay quien no se termina de enterar de la existencia de los Reyes Magos de oriente, quien no le aplica la ley de extranjería a ese Papá Noel que está muy bien para decorar pero que vive muy lejos para que le lleguen las cartas y quien está demasiado pesado en hacernos creer que San Nicolás no es ese santo con mitra y niños bañándose en un barreño. Los Reyes Magos han estado estos días en Jerez y han llegado como siempre por los arenales, aunque el Arenal de Jerez no está, aún, para mucho recibimiento, y cargaditos de juguetes para los niños entretener, que eso si que son entretenimientos para niños y no las supuestas bolitas de nieve que han inundado estas navidades casi todo el centro de la ciudad y más de un domicilio con los correspondientes improperios. Los Reyes llegaron y ya se han ido casi en silencio, los han coronado como si cuando llegaran lo hicieran como Reyes en funciones, antes se hospedaban en el Alcázar y ahora no sabemos dónde descansan. A todo Rey van las carrozas a recogerlo a su palacio y éstos han salido de un antiguo almacén de vigas y, después de su recorrido en tronos, han vuelto a su hospedería al parecer en autobús, como un invitado de una boda de postín.
Los Reyes Magos ya se han marchado. Aquí quedan los embajadores con la satisfacción enorme de haber cumplido su misión. Nunca hay que olvidar la labor tan importante de estos embajadores desde el día de su nombramiento hasta el 5 de enero, porque en ese día quedan anulados por la presencia efectiva de sus Majestades los Reyes Magos de Oriente en nuestra ciudad. El 5 de enero los embajadores han cumplido lo mandado y tienen que dejar pasar a los reyes de verdad, sin maquillaje, sin privilegio para ningún niño y sin nada que le haga perder su autenticidad. Los Reyes de Oriente han estado en Jerez con la misma magia e ilusión que hace más de veinte siglos en Belén y el que así no lo crea peor para él.
Desde el siglo XVII, en Jerez, José de Arce, con indudable maestría, nos re-cuerda en su relieve de la Epifanía del retablo mayor de San Miguel la veracidad y la vigencia de aquella adoración real. Un siglo antes afamados pintores plasmaron la misma escena en el retablo mayor de San Marcos. Y ya, en el XVIII, en nuestra Catedral quedó esculpido, para la eternidad, el relieve con la escena de los Reyes Magos entre el Rey de Reyes sobre la portada izquierda de su fachada monumental. Tres siglos distintos para decir lo mismo: la presencia de los Reyes Magos existieron siempre, que lo dicen no sólo las gubias de grandes maestros, afamados pintores o acreditados escultores, sino también la mirada de cada niño jerezano, la ilusión de cada mañana de 6 de enero o esa imagen pequeña de un recién nacido, en los medios de Cristina, que espera ansioso que la Madre de Consolación le dé un poco de leche de sus pechos divinos antes de que la fachada de Santo Domingo se llene de la luz de la inocencia.
Desde tiempo inmemorial vienen estos Reyes visitando Jerez por Navidad para hacer realidad muchos sueños, desbordando esperanzas en una noche de complicidad, en la que nadie dice nada para que no se sepa, en una noche en que lo que menos importa es el dinero, en una noche en que todo es posible para que no haya decepción, en una noche única e incomparable por cuanto se da sin esperar nada a cambio. La noche de Reyes es la gran noche de Jerez, porque es la gran noche de la generosidad y de la fraternidad por encima de creencias, ideales o edades.
El señor Arcas y su equipo deberían solicitar su homenaje a estos monarcas, una calle, un monumento o lo que sea, porque si sumáramos todos los 5 de enero, desde que se celebra esta fiesta en Jerez, multiplicado por los regalos recibidos y las peticiones atendidas por estos Reyes... ¿Quién ha hecho más por los jerezanos?
(Artículo publicado en Información Jerez el 7 de enero de 2006. Acertadamente en este año se ha recuperado el recinto del Alcázar como aposentos reales y ya no parte la cabalgata real desde un almacén de vigas sino desde la portada del parque González Hontoria)
Relieve de la Epifanía del retablo mayor de San Miguel La Adoración de los Magos, relieve de la fachada de la catedral jerezana. |
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