DEDICADO A LOS AMIGOS DE "JEREZ, PATRIMONIO DESTRUIDO" EN CUYA ÚLTIMA ENTRADA DE SU BLOG SE HACE REFERENCIA A LA ALTERACIÓN QUE ESTÁ SUFRIENDO ESTE EDIFICIO.
El asunto de la ermita de Guia ha traído a la actualidad la preocupación por el patrimonio jerezano, aunque como siempre suele ocurrir en esta ciudad cuando se pretende hacer justicia con algo nuestro llegamos tarde, recordemos cuantos homenajes póstumos llenan la historia de la ciudad. Ahora no hay que culpar a la empresa constructora sino a quien permitió o a quienes aprobaron tamaño atropello en aquel entorno histórico artístico de nuestra ciudad.
A raiz de la polémica surgida sobre este tema ha salido, también, a colación una actuación que se viene realizando en la histórica casa del Cristo en la calle del Pollo número 6. Un edificio del siglo XVII que se encontraba completamente abandonado y que en tiempos fue Hospital de Mujeres Incurables.
Este Hospital fue fundado, en el siglo XVIII, concretamente en 1734, por el sacerdote D. Ramón Álvarez de Palma, ayudado por una terciaria franciscana, un inquieto y prestigioso párroco de San Miguel que, entre otras fundaciones se le debe la creación del primitivo templo de San Pedro como iglesia auxiliar de la parroquia del Arcángel, adquiriendo posteriormente una prebenda en la Catedral de Sevilla y ocupando el cargo de secretario del Cardenal Solís. Según nos cuenta el historiador Agustín Muñoz el Cristo que estaba en el zaguán se quitó en 1890, pero a principios del siglo XX aún se conservaba en la escalera de la casa un cuadro de los tiempos de la fundación hospitalaria. En 1753 el Hospital se traslada a la calle Vicario, donde antiguamente existía una pequeña capilla dedicada al Cristo de los Desagravios y que ,con motivo de este traslado, se inicia la construcción de un espléndido edificio neoclásico con capilla que aún se mantiene en activo pero con otros fines. En este nuevo edificio estuvo el Hospital de Mujeres Incurables o contagiosas hasta 1840.
El que hoy pase por la calle del Pollo puede contemplar muy deteriorada, entre los restos que han quedado en pie tras el parcial derribo de esta casa, una cruz enmarcada por una moldura antigua, que esperamos se conserve como testigo de la importancia que tuvo este edificio en la antigüedad. Afortunadamente se han respetado las partes más nobles del edificio, la portada barroca con sus pilastras almohadilladas y su escudo blasonado, el sencillo patio de entrada y el elegante patio interior con arcos de medio punto sobre columnas.
Una nueva promoción de viviendas se van a levantar en esta casa del Cristo, donde un día un venerable sacerdote instalara un hospital para aquellas mujeres desechadas por la medicina, por la sociedad e incluso por los hospitales, donde tantas historias arrastrarían cada una de estas enfermas, donde se ubicara un Cristo, a su entrada, que tanta fama le diera no solo a la casa sino también a toda la calle, donde durante años sirviera para viviendas populares de unos vecinos de San Miguel, santo y seña de la ciudad, y que, como tantas cosas, con el tiempo quedó abandonada a su suerte. Esperemos que su reconstrucción no desmerezca en nada a sus orígenes, a la idiosincrasia del barrio donde se enclava, a la monumentalidad de Jerez y al respeto que merece todo referente histórico de una ciudad.
En el tema de la ermita de Guia parece ser que se ha llegado tarde, que solo un acuerdo con la empresa constructora que permita la permuta de terrenos puede hacer posible que aquel paisaje mantenga la fisonomía de hace siglos. Lo verdaderamente importante ahora es que esa preocupación por el patrimonio no se pierda, que las nuevas actuaciones que se realicen, tales como el palacio de Riquelme o la capilla de la Jura de San Juan de los Caballeros, por menionar solo a las más urgentes por su deterioro y abandono, no vuelvan a ocasionar polémicas, porque será señal inequivoca de que las autoridades pertinentes, desde el primer momento han sabido recoger el sentimiento mayoritario de la población.
Es necesario, por tanto, tal como mencionó el presidente de la Academia de San Dionisio el pasado martes, que se cuente con las instituciones de la ciudad y con la voz de los ciudadanos antes de autorizar nada que afecte a la historia monumental y artística de Jerez. Solo así se evitará lo ocurrido en el entorno de la Ermita de Guia y lo que esperemos no ocurra con la histórica casa del Cristo.
(Artículo publicado en Información Jerez el 16 de febrero de 2008. Tres años después las obras están muy avanzadas y desconocemos el paradero de aquella cruz)
La casa del Cristo en la calle Pollo antes de las obras que se están realizando en toda la finca y que han venido a alterar su fachada y todo el edificio. |
La llamada "Casa del Pollo" perteneció a la familia de los Dávila, como bien proclama el escudo de armas que vemos sobre su portada.
ResponderEliminarUn saludo.