DEDICADO A LOS COFRADES DE LA VIRGEN DE LA SOLEDAD, REINA DE LA PORVERA
El plan de movilidad de Jerez hace honor a su nombre. Para acceder al centro de la ciudad, y si tienes que ir con el coche primero hay que confeccionarse un plan de tráfico y después echarle gasolina, porque las vueltas y los movimientos del vehículo intentando llegar a un lugar concreto es inevitable.
La nueva medida afecta a la céntrica calle Porvera, la que en tiempos fuera camino que circundaba la muralla medieval, una de las primeras calles del Jerez extramuros, la de Por-vera de la muralla, en vez de por el lado de la muralla, la calle del viejo convento Mínimo después escuela de Arte y de Empresariales, de la primera casa lasaliana y marianista, la de las grandes mansiones de Pemartín, frente a Cristina; de Abrantes, esquina con Escuelas, con su portada dieciochesca y sus muebles con portafotos reales; de Angulo y Dávila posteriormente del matrimonio García-Pelayo-Guerrero , hoy pidiendo urgente restauración; de los Mateos o la que fuera del Marqués de Casa Arizón, que en tiempos dio nombre a la calle.
La calle de las dos Encarnas, la Viuda de González de la Peña y de la Viuda de Ruiz-Mateos, aquella dama rondeña de enternecedora estampa. La calle donde naciera el ilustre marino Javier de Salas y Rodríguez-Morzo y donde viviera el renombrado Arquitecto Hernández-Rubio. La calle de las sombras parisinas, de la Casa Petra, reliquia de los viejos tabancos cátedra de la Universidad de la calle; de los periódicos de Castro, del museo de las antiguas máquinas de escribir, de los montaditos buenos, de los olores a tortillas, de las figuritas de Belén, de las persianas de esterillas, de la farmacia que me recuerda a aquella mujer graciosa y ocurrente esposa de Manuel Alonso Cortiguera, que tan buenos momentos nos hacía pasar a toda mi familia en las veraneos del Puerto. La calle de escaparates con grandes onzas de chocolate bajo la torre albarrana, de las impresionantes inundaciones con melones flotando y de las celebraciones en la Cepa de Oro.. La calle de las carretas que miran a las marismas de Doñana bajo un palio morado de jacarandas y la calle de la Soledad, la Soledad de la Porvera, la que en su recogida, con su candelería encendida da nobleza a sus fachadas, al verde de sus árboles y hasta a la luna que se asoma entre las ramas, la de la Virgen que con su sola presencia no necesita más historia para dar empaque a la calle que va junto a la muralla.
Pues en este marco de lujo vienen nuestros munícipes y colocan, en todo el centro de la antigua calzada donde antaño llegaban las sombras de las almenas del Jerez amurallado , una barrera en tonos azules para delimitar las dos direcciones, una barrera mas propia de una pista de coches de choque, que de la nobleza de esta via que un día perdió la vista de sus viejas murallas. Porque ya no se podrá aparcar, porque la Porvera es ahora de ida y vuelta, porque la movilidad obliga a moverse, a no parase en este paseo que ha fabricado el paso del tiempo, ha surgido la polémica, porque hay aún quien piensa que las calles con historia no son para recrearse en ellas sino para llegar antes y más cómodamente a otros sitios. Para pararse el menos tiempo posible y no estorbar, para descargar y cargar, para comprar y quitarse de enmedio, para llegar hasta la misma puerta sin tener que recorrer ni un solo tramo de ella, para seguir viviendo en esta sociedad de la falta de tiempo, de las prisas y de las comodidades.
Los restos de las murallas que se asoman tímidamente, entre colores de otras épocas, los morados de las jacarandas que aguardan sin prisas florecer cada primavera, los sillares de las nobles fachadas que aguantan lluvias y tempestades, los sonidos de la algarabía infantil de las escuelas de ayer y de hoy, los tradicionales carros iniciando, año tras año, un nuevo camino hacia el Rocío y los portentos de las manos de la Soledad agarradas a su sempiterno clavo de los martirios no necesitan carril bus, ni aparcamientos, ni prisas, ni polémica alguna. Recreemonos en su calma y aprendamos de ellos que son, porque asi lo ha forjado el paso del tiempo, los auténticos dueños de la Porvera.
(Artículo publicado en Información Jerez el 10 de enero de 2009. Aquellas medidas para agilizar el tráfico de la Porvera fracasaron y dos años después esta emblemática calle jerezana sigue siendo un caos circulatorio donde predominan los coches aparcados en doble fila. Precisamente hoy se ha dado a conocer que el aparcar en doble fila es la infracción más frecuente en España)
Imagen de otros tiempos de la calle Porvera cuando aún no estaba inundada de vehículos |
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