La alcaldesa de Jerez, en referencia a la complicada situación que vive el gobierno de la ciudad, ha afirmado que lo que en ningún caso toleraría sería el ataque a la dignidad de la Alcaldía como institución. La Alcaldía es la autoridad civil de la ciudad y su representante en el orden administrativo municipal. Si la Alcaldía es la representación de una ciudad, su dignidad es incuestionable porque se pone en entredicho la propia dignidad de Ia ciudad. Casos como los de Marbella u otras ciudades, donde la honorabilidad de la Alcaldía se ha visto afectada por corrupción, debería haberse evitado, obligando a dimitir a quien ocupe la Alcaldía, mucho antes de que tan noble institución quede manchada.
La Alcaldía de Jerez es una institución de siglos, cargada de historia y de personajes ilustres que han dejado parte de su vida por el engrandecimiento y la mejora de esta ciudad. Desde Alonso Fernández de Villavicencio, que fue regidor y alcalde en tiempos del Rey Alfonso XI, quien libró a Jerez en la Batalla del Salado; pasando por el ilustre Rafael Rivero, padre del pueblo, como fuera bautizado por los innumerables beneficios que la población jerezana había obtenido desde que fuese nombrado alcalde, o Pedro López Ruiz, alcalde de grata memoria por su excelente gestión municipal, o Francisco Revueltas y Montel, alcalde de Jerez en I 874, a cuyas gestiones y desvelos se le debió la fundación de la Biblioteca Municipal y el Mercado de Abastos, sin olvidar a los alcaldes Julio González Hontoria, Tomás García-Figueras o Álvaro Domecq y Díez, por solo citar a los más populares ya fallecidos. Todos han elevado, con su gestión, la dignidad de la Alcaldía de Jerez. La Alcaldía de Jerez, por tanto, si por algo se puede definir es por el gran abolengo que le ha otorgado tan rica historia y la enorme dignidad de la que ha hecho gala, gracias a la labor de un elenco de preclaros alcaldes, regidores de la ciudad que, desde la Reconquista, han ocupado el alto honor de ser presidentes de un Cabildo de esta Muy Noble y Muy Leal Ciudad de .Jerez de la Frontera.
Por ello llama la atención que ahora, en tiempos de democracia, cuando a los alcaldes los eligen los ciudadanos, cuando quienes deben gobernar en las ciudades son aquellos que los ciudadanos han votado para que realicen esta función, se atente contra la dignidad de la Alcaldía y no sólo desde el propio Ayuntamiento sino también desde las estructuras de partido, cuando los jerezanos a quien han votado mayoritariamente para que rija la ciudad no es a ningún secretario provincial ni regional.
La voluntad mayoritaria de Jerez es, hasta ahora, que gobierne en esta ciudad quien está gobernando y nadie más, por encima incluso de personalismos o disciplinas de partido. Jerez para todo es especial y aqui con toda la sabiduría del mundo, en las elecciones municipales, se eligen personas y no partidos. EI ejemplo está en los años que hemos tenido un mismo alcalde cambiando varias veces de siglas políticas.
Ese sentimiento generalizado es el que no permite que la dignidad de la Alcaldía sufra intromisiones que la dejen en entredicho, y menos de políticos que no han sido votados por nadie para que ejerzan de alcaldes de Jerez. Quien tiene que decidir cómo se gestiona la Alcaldía será la propia persona que la ostenta y el pueblo lo hará, en su momento, con la fuerza y la legitimidad que le da las urnas. Sólo ahí se valorará si la Alcaldía ha recibido el trato y la dignidad que se merece. Mientras tanto, parafraseando a Lincoln, "ningún hombre es lo bastante bueno para gobernar a otro sin su consentimiento". La dignificación de la Alcaldía es una labor de todos, por encima de cualquier otro interés, aunque sólo sea por lo que representa y por la memoria de cuantos sirvieron a ella con auténtico desvelo. Porque las personas pasan pero las instituciones permanecen, y la Alcaldía de Jerez es toda una institución digna de no ser empobrecida por aquello del ojo por ojo porque entonces, como diría Gandhi, acabaremos ciegos.
(Artículo publicado en Información Jerez el 16 de septiembre de 2006. De nuevo nos enfrentamos a unas elecciones municipales pudiendo comprobar que la situación ha variado poco)
Aunque los años pasan la imagen externa de nuestro Ayuntamiento ha variado poco, como tampoco la dignidad de la Alcaldía debe verse alterada por los avatares politicos |
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