sábado, 25 de septiembre de 2010

EL PROFESOR FERNÁNDEZ LIRA

   

   Se había criado en la calle Gaitán, en el número 17 Duplicado, junto a mi madre que vivió en el otro 17 de la misma calle; cuando comenzó a plasmar en los lienzos sus primera obras mi padre se las enmarcaba; cuando yo ingresé en el colegio de La Salle de la Alameda Cristina ya estaba él allí, con su porte de lord inglés y su complicidad con los hermanos; cuando nos trasladamos al Buen Pastor en la calle Antona de Dios fue mi profesor de historia del Arte, mi profesor de dibujo artístico y lineal y mi profesor de pretecnología; cuando tras dejar La Salle, continué mis estudios en la Escuela de Artes Aplicada y Oficios Artísticos de nuevo continuó siendo mi profesor en la asignatura de decoración y cuando opté por la especialidad de arquitectura de interiores y arte publicitario él fue el que me graduó en artes decorativas.
   
     José Ramón Fernández Lira fue, por tanto, mi profesor de siempre, de niño en la entonces EGB, de joven en el BUP y en mi graduación en la Escuela de Artes, a parte de la condición de profesor y alumno, nos unió la mutua pasión por el arte, las cofradías y Jerez, nos hizo compartir muchos momentos de entrañable charla en la que seguí aprendiendo de su rica cultura y de sus magistrales sentencias. Hay que tener en cuenta que José Ramón siempre fue en nuestra ciudad el eterno asesor en cuestiones artísticas, que cuando en esta ciudad otros expertos eran casi inalcanzable José Ramón siempre estaba allí para cualquier consulta, para cualquier colaboración, para cualquier cosa que él, con su peculiar forma de ser, siempre intentaba aclarar, partiendo de la base, como él mismo decía, que el libro de gustos no está blanco, sino escrito tantas veces como gustos hay.
    
    Luis Cruz lo definió muy bien en la edición de la revista Jerez en Semana Santa dedicado a su persona "José Ramón que no es cofrade al uso, que no es artista corriente, que no es profesor normal, que no es fotógrafo de Semana Santa, pero que es cofrade, fotógrafo, profesor y artista, todo a la vez, y como decimos por esta tierra como la copa de un pino".. Y el genial Antonio Gallardo lo define en su prólogo de la "Semblanza de la imaginería jerezana" como el hombre de los instantes, de los conceptos, porque a José Ramón no se le leía en sus libros y artículos  se le escuchaba "Porque su grafía es el trampolín de su palabra, las lanza al aire sin más piel que sus propios sonidos,y , por eso, sus palabras, son tan niñas, tan sabias, tan sencillas, hirientes, a veces"..
     
    José Ramón vivió como era, libre, sin prisas pero sin pausas, con su acentuada personalidad, con su "liradas" como el mismo decía, dialogando de acera a acera, con pinceladas rápidas y el trazo seguro que le enseñara su maestro Muñoz Cebrián, siempre contando cosas y esperando que le cuenten otras, bohemio con sus tirantes, sus sandalias y su gorra de artista, con lápiz y goma o con cámara al hombro,o elegante y señorial por su condición de veterano profesor e ilustre académico.
    
    Ahí queda su inmenso legado, el de su fondo documental y el de cuantos alumnos recibimos sus enseñanzas, sus obras, su entrega al instituto lasaliano,cuyas "Memorias del Lira" quedan escritas para siempre en el libro de los 125 años de la Salle en Jerez, su labor en las cofradías y su amor apasionado por la ciudad que le vio nacer y de la que conocía hasta el más mínimo detalle, captado siempre por su inseparable cámara. Su muerte repentina ha dejado frío a cuantos le conocimos y gozamos de su amistad, ha dejado muchos encargos y trabajos por concluir, con su marcha nos ha dejado un auténtico "poblema" porque, como el decía, los problemas tienen solución pero los "poblemas" no. Se ha quitado de en medio. como cuando íbamos a Madrid a nuestra cita anual con Arco, para irse a su aire como le gustaba vivir, dejando un vacío en el mundo del arte y en el corazón de cuantos le apreciamos que ya no tiene solución,. Un auténtico "poblema" don José Ramón. 
    (Artículo publicado en Jerez Información el 24 de julio de 2010. El pasado jueves 23 de septiembre la Junta de Gobierno Local aprobó rotular una calle de Jerez con el nombre de José Ramón Fernández Lira)

Patio del Colegio La Salle de la Alameda Cristina, formaba parte del elegante edificio que fuera histórico Hospital de la Candelaria, lamentablemente desaparecido. En este recordado centro educativo comenzó el profesor Fernández Lira en el año 1958 su fructífera labor docente siempre en torno al mundo de las Artes. 

      

No hay comentarios:

Publicar un comentario