Cuando hace más de cincuenta años los fundadores de la Hermandad de Loreto acuerdan poner a la Santa Cruz como titular de la misma, quizás, inconscientemente, estaban recogiendo el sentir de un barrio que, desde varios siglos atrás, había sentido una especial veneración por la Cruz del Salvador.
Jerez tiene varias calles dedicadas a la Santísima Cruz, recordemos por ejemplo la Cruz Vieja, la Cruz de la Palma, la Vera-Cruz, la calle Cruces, pero solo una con el escueto y significativo nombre de Cruz. Esta calle de entrada por Santa Rosa y sin salida, se encuentra enclavada dentro del barrio de San Pedro, concretamente en un extremo, en la zona conocida como "Las Atarazanas" y tras su evocador nombre se esconde todo un sentimiento de unos vecinos en torno a la devoción a la Cruz.
El renombrado historiador Agustín Muñoz explica en su libro sobre las calles y plazas de Jerez que, desde 1581, es decir, desde hace más de cuatro siglos, figura esta calle con esta denominación, más específicamente con el de Cruz de las Atarazanas o Cruz detrás de las Atarazanas. Nos dice, también, que la Cruz que originó el nombre de esta vía estaba en la plaza de San Andrés, antigua de las Atarazanas, y en 1788 a petición de D. Roberto Gordon,- que entonces estaba construyendo su mansión, un espléndido palacete que aún preside esta antigua plaza- se trasladó, dicha Cruz, a la esquina con la calle Clavel, junto a este nuevo edificio.
En la petición que hace el Itmo. Sr. D. Roberto Gordon, para que el Consejo de la ciudad le autorice la translación de la Cruz, se la describe como de mampostería y suponemos de considerable tamaño, puesto que se aduce su traslado dado que "como estorbo y puede servir para ocultarse de noche los mal intencionados". A su vez, esta Exaltación de la Cruz tenía gran veneración y culto entre los feligreses, puesto que en el mismo escrito se petición se añade " y para que no decaiga en aquellos vecinos el culto y la devoción que han tenido a la Santísima Cruz ofrece el suplicante colocar la misma y la del Apóstol San Andrés en la esquina de dicha plazuela y calle del Clavel, muy próximo de donde se haya, alumbrándola todas las noches con el mayor culto".
La Cruz de las Atarazanas y la imagen de San Andrés desaparecieron con el tiempo pero sirva este documento como testimonio de una devoción ancestral del barrio de San Pedro a la Santa Cruz, unas cruces que durante años permanecieron en distintas hornacinas callejeras de la collación, como la que hasta hace poco se ubicaba en la esquina de la calle Santa Rosa con Zaragoza, hoy lamentablemente desaparecida, o la que aún perdura en la casa de la calle Antona de Dios 7, única que queda como testigo de cuantas llenaron esquinas y fachadas del barrio de San Pedro.
Palacete de la familia Gordon en la plaza de San Andrés en cuya esquina estuvo ubicada la Cruz de las Atarazanas
( Artículo que publiqué en el boletín "La Santa Casa" nº 27 Órgano oficial de la Hermandad de Loreto)
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