La Alcaldesa de Jerez ha firmado un convenio de colaboración con los gobiernos central y autonómico para la rehabilitación de cuatro barrios históricos de la ciudad, Santiago, San Mateo, San Miguel y San Pedro. Esta inyección económico supondrá una ayuda importante para la recuperión de estos emblemáticos barrios.
Apostar por los barrios históricos de la ciudad es una forma de mantener la propia identidad de cada población. Muchas localidades importantes se identifican por sus cacos históricos,. claros ejemplos son el Albaicín en Granada o los barrios de Santa Cruz y Triana en Sevilla, son barrios que han servido para depurar ideas y costumbres, salvaguardando lo más genuino y característico, configurándose en si mismo como un reclamo universal.
Los barrios históricos de Jerez, no han gozado de esa protección, ni histórico ni estética, que le hubiese permitido gozar hoy de buena salud. No se ha mimado las peculiaridades de cada uno ni se ha potenciado sus valores acumulados durante siglos.
Santiago es un referente mundial, cuna de emblemáticos cantaores y artistas y de un rico patrimonio tanto artístico como popular, con calles llenas de embrujo, como Nueva y Cantarería, otras hermosas y llenas de historia como la de la Sangre, Ancha o Merced. Es un barrio que podríamos llamar ,como el de Triana, de "una aristocracia popular".
San Miguel es más extenso y por eso más rico en su monumentalidad pero igual de artista y aristocrático, es un conjunto de calles con un denominador común, su característico sabor andaluz, tan cercano al centro de la ciudad pero a su vez tan diferenciado de las grandes urbes.
San Mateo es completamente distinto, sus calles no se alinean sino que mantiene su trazado morisco, sus casas encaladas, de poca altura, lo sinuoso de su trazado, sus viejos palacios, sus empedrados, sus callejones llenos de leyendas, le hace ser un barrio singular que , en cualquier otra ciudad estaría sumamente explotado.
Y por último San Pedro, el barrio escondido en el centro de Jerez, coqueto y elegante, mitad popular mitad señorial, todo girando en torno a su templo parroquial y a su calle de los Bizcocheros, una collación que se resiste a los nuevos tiempos, al ruido, a la densidad del tráfico y a perder su señas de identidad.
Ahora que estos barrios van a recibir un importante revulsivo quizás sea el momento de potenciarlos y mimarlos, de evitar cualquier edificación contraria a las singularidades del entorno, de delimitar claramente las fronteras del barrio con paneles indicativos u otros elementos señalizadores, de modificar todo aquello que ha venido a desvirtuar la propia imagen del mismo, de adecuar los elementos decorativos al estilo de cada uno, de financiar cuantas iniciativas particulares venga a contribuir a un mayor conocimiento y a una mejor identificación del barrio con sus propias raíces, en definitiva de hacerlos atractivos para los propios jerezanos y para el turismo en general.
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En la época de la globalización los barrios históricos tienen el gran reto de conservar lo más genuino de cada ciudad. Jerez tiene ahora la oportunidad de sacar del pozo del olvido a sus barrios históricos, tiene el gran reto de su repoblación sin tener que abandonar la rica idiosincrasia de cada uno, un patrimonio que hay que cuidar porque engrandece a la ciudad y todo ello sin olvidar que lo importante no es llegar sino mantenerse.
(Artículo publicado en Jerez Información el 19 de diciembre de 2009)
Barrio de San Miguel |
Barrio de San Pedro |
Barrio de Santiago Barrio de San Mateo |
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