El pasado domingo fue el día del DOMUND, la Jornada Mundial de las Misiones. Un día que nos recuerda cuando, de niño, salíamos con las huchas amarillas a pedir por las calles, para después ir entregando pegatinas que lucíamos orgullosos. El día del DOMUND era esperado porque nos hacía consciente de la necesidad de ayudar a los demás, especialmente a aquellos misioneros que, dejándolo todo, daban su vida por aquellos más olvidados del mundo civilizado, lo que llamamos el Tercer Mundo
Jerez ha tenido misioneros que han pasado a la historia por su entregada labor, misioneros como Fray Martín de Cañas, Juan de Salazar o Márquez de Aranda que murieron mártires en las misiones de la evangelización de América, Rendón Sarmiento, Bartolomé de Sierra o Francisco Camacho misioneros que murieron en el olor de santidad, Cristóbal de Santa María y tantos otros que su labor misionera le llevó hasta dar la vida. En estos días hemos visto como un grupo de parejas jerezanas han abandonado casa, trabajo y cuanto le rodea para irse con sus hijos a la siempre noble tarea de la misión cristiana, algo verdaderamente admirable en una sociedad donde priva el bienestar, la comodidad y los intereses particulares por encima de la colaboración en hacer un mundo mejor, la misión de ir por el mundo enseñando y haciendo el bien.
En 1926 Pío XI estableció que el penúltimo domingo de octubre se celebrara en toda la Iglesia el “Domingo Mundial de las Misiones”, para mover a los católicos a amar y apoyar la causa misionera.
Desde 1943, esta “fiesta de la catolicidad y de la solidaridad universal” se conoce en España como DOMUND (de DOmingo MUNDial). Este nombre ha ayudado a identificar y difundir aún más esta jornada entre nosotros, y su mensaje - una llamada de atención sobre la común responsabilidad de todos los cristianos en la evangelización del mundo— ha calado en la profunda sensibilidad y tradición misionera de nuestro país.
La Jornada Mundial de las Misiones es el momento culminante de una corriente de animación y cooperación misionera que debe desplegarse todo el año, especialmente, a lo largo de todo el “Octubre Misionero”, el mes de las misiones por excelencia.
El día del Domund es la gran fiesta de la solidaridad entre los hombres y mujeres de todo el mundo. Monseñor Francois Lapierre, en su "Misión y los desafíos del mundo actual" habla de la importancia de los misioneros como los portadores del dialogo para un mundo mejor
Se cuenta que un monje de una de las grandes tradiciones religiosas orientales del mundo tenia interés por el cristianismo. Fue a visitar a un misionero para tener información, pero el misionero no tenia tiempo de atenderlo y se deshizo del monje dándole una copia del evangelio de San Juan, diciéndole que lo leyera y que regresara.
Se cuenta que un monje de una de las grandes tradiciones religiosas orientales del mundo tenia interés por el cristianismo. Fue a visitar a un misionero para tener información, pero el misionero no tenia tiempo de atenderlo y se deshizo del monje dándole una copia del evangelio de San Juan, diciéndole que lo leyera y que regresara.
Algunos meses mas tarde el misionero vio de repente al monje en la calle. Se recordó de quien era y le pregunto si había leído el evangelio. El monje de dijo que no, porque en la primera línea de la lectura, “en el comienzo era el Verbo” lo había desconcertado, y no había podido continuar. “Porque ustedes los cristianos no piensan que en el comienzo era el silencio?” Pregunto el monje. “Ustedes deben de tener un Dios que es bullicioso!”.
Esta cultura del dialogo es particularmente importante en un mundo donde muchos creen dar soluciones a los problemas del mundo a través de la violencia y la guerra. La cultura del dialogo es una cultura de Paz. Todo dialogo verdadero es una aventura, una misión, y de eso saben bastante tantos misioneros del mundo que han consagrado su vida a los que más necesitan de nosotros. El domingo fue el día del DOMUND, una jornada para valorar y apoyar a cuantos misioneros están entregados a la causa de los demás.
(Artículo publicado en Información Jerez ayer martes 26 de octubre de 2010)
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