sábado, 23 de octubre de 2010

LA CORREDERA



    Fuentes municipales anunciaron esta semana que, tras las fiestas navideñas, comenzará a restringirse el tráfico en calle Corredera. Según adelantó ya el Gobierno municipal durante la presentación del Plan de Movilidad hace ya varios meses, la intención es cerrar al tráfico rodado todo el casco histórico jerezano, comenzando, el año próximo con las restricciones en el eje Corredera-Cerrón mediante un sistema de lectura de matrículas. Una medida que vendrá a contribuir a la peatonalización general del centro de la ciudad.
   
     Las actuaciones más destacadas, fuera del Jerez intramuros, comenzaron con la calle Larga, a la que le siguió la plaza del Arenal y ahora le toca, aunque a medias, a Corredera, a la que seguirá Honda, Medina y Arcos con todo ello se pretende mejorar unas vías netamente comerciales y sumamente transitadas.
   
    La calle Corredera es , por si sola, una de las más  hermosas y señoriales de todo el casco urbano, un señorío que le viene desde que aquellos antiguos caballeros jerezanos corrían sus caballos en los juegos de manejos, alcancías, cañas y escaramuzas que se celebraban en esta calle y  en la plaza del Arenal. Es una calle llena de negocios pero , también de grandes mansiones con interesantes fachadas, como la número 35, conocida de siempre como la de González de Villar, del último tercio del siglo XVIII, la número 27, neoclásica, antiguo convento franciscano y hoy entrada a un centro comercial, la número 29, esquina a Evora, de estilo neobarroco o la número 38 de principios del XIX con sus medallones insertos en los frontones. Calle de ilustres jerezanos como Carmen Nuñez de Villavicencio que naciera, precisamente en el 38, o del Doctor Revueltas y Montel que ejerciera su profesión en el edificio de los franciscanos, o la cuna del ilustre africanista Tomás García-Figueras o lugar de trabajo del historiador Bartolomé Gutierrez. Palacetes que llenan de clase esta ancha, luminosa y alegre calle, cuajada de naranjos. Una calle ciertamente para pasear, para recrearse con ese sol que la ilumina asiduamente, calle entre las plazas de Arenal y Angustias, como vía de comunicación y recreo entre jardines, fuentes, palomas, naranjos y palmeras.
   
     La restricción de vehículos vendrá a dar sosiego a la calle, a dar respiro ante tanta combustión  que contamina ambientes y ennegrece portadas, vendrá a potenciar el sentido lúdico de esta calle que , a pesar de llamarse corredera no esta hecha para correr sino para deleitarse con su alegría, esa alegría de sus veladores y bares como los tres reyes, el Corredera o el propio alegría que tomó para sí lo que la calle le ofrecía. Calle a la que se asoma hasta un trozo de San Francisco, parte del muro de la histórica capilla del Voto que se deja ver junto a comercios y balcones. Calle de antiguos mesones y primitivos tranvías urbanos, aquellos que ya en el siglo XIX circulaban desde la plaza del Arenal a la estación de ferrocarril. Calle para enmarcar rígidas filas de nazarenos en marzo, coches enjaezados en Mayo y cabalgatas multicolor en la noche mágica del cinco de enero. Calle para pintar y para fotografiar, calle para enseñar, para recrearse y para presumir, calle prototipo de la belleza de esta ciudad y de cuanto ella condensa. 
   
    La Corredera, que es la señora de las calles de Jerez, está pidiendo a gritos aire puro para los poros de las piedras de sus nobles fachadas y para el verde de sus naranjos para que cuando llegue la explosión de la primavera y, por Semana Santa, pueda volver a vestirse de gala, como tantas veces cantara el recordado grupo Marisma proclamando aquello de "se viste la Corredera con mantillas y azahares que le dio la primavera, cuando el aire lleva un cuchillo por Jerez de la Frontera." 
  

      (Artículo publicado en Jerez Información el 22 de noviembre de 2008)



Imagen antigua de la Corredera desde la esquina de la calle San Pablo


Imagen antigua de la calle Corredera desde la plaza del Arenal
 
    


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