domingo, 24 de octubre de 2010

EL PALACIO DE LA COMISARÍA




     Mucho se viene hablando en Jerez sobre el traslado de la comisaría de la policía nacional a un edificio más moderno que facilite a los ciudadanos los distintos trámites que allí se realizan. Las actuales instalaciones, ubicadas en el antiguo palacio de los Condes de Puerto Hermoso, en nada se adecuan a la accesibilidad y a la normativa actual sobre los requisitos arquitectónicos que deben primar en los estamentos públicos.

    Según las últimas noticias existe el deseo por parte de nuestro Ayuntamiento de buscar una mejor ubicación para la comisaría de la policía nacional y dar a este noble edificio una función más acorde con su historia y con el estratégico lugar turístico en que se haya enclavado, en pleno caso histórico de la ciudad.
Este egregio palacio, de dudoso gusto para el lugar que fue construido ,entre suntuosas fachadas barrocas coronadas por la imponente silueta de la catedral, fue mandado edificar al arquitecto italiano Elías Gallegos, en 1873, por D. Pedro Domecq Loustan, aquel que llegó a Jerez desde su Francia natal en 1848 para hacerse cargo de las bodegas de su tío.

    Esta suntuosa mansión fue habitada posteriormente por su hija, Carmén Domecq Núñez de Villavicencio, casada con Fernando Soto y Aguilar, Marqueses de Arienzo y Condes de Puerto Hermoso, y por toda su prole. Entre sus muros queda una historia de presencias de monarcas españoles en sus estancias, de donaciones al patrimonio eclesial, de largos viajes con fines cartujos, de bordados de la casa real portuguesa para el palio del Desconsuelo, con Pepe Bernal de intermediario; de anfitrionazgos históricos en memorable coronación carmelitana, de patronato sobre las escuelas cristianas, y un sin fin de actuaciones destacadas en la sociedad jerezana de su tiempo. Una intensa vida familiar con la gruta de la Virgen de Lourdes por fondo, su sobrio patio de columnas, sus decoraciones de blasones, sus chimeneas, sus ricos artesonados, sus amplias galerías, grandes portones, luminosas escaleras, hermosas vidrieras, sus cadenas que recuerdan que allí descansaron unos reyes de España, su colección de bargueños, sus valiosas lámparas, sus aristocráticos reposteros y su recoleta capilla, donde el neogótico imperante nos traslada, más bien, a la liturgia medieval que al barroquismo andaluz.

    En los años ochenta del recién acabado siglo los divanes y bargueños se cambiaron por ventanillas, pasaportes y mobiliario de oficina, pero aún quedan vestigios de sus antiguos esplendores, muchos de esos motivos decorativos aún perdura entre la actividad de los funcionarios de la policía. Todavía es recuperable este palacio para una función más acorde con los fines para el que aquel Domecq llegado de Francia, que tanto engrandeció su empresa vinatera, que creó el primer brandy de Jerez, que tantas desgracias socorrió,- hasta dos mil personas en un día- que colaboró en la traída de aguas a Jerez, en el suministro eléctrico para la ciudad, que les regaló a los niños y a los ancianos pobres jerezanos las escuelas de los hermanos de La Salle y las hermanitas de Juana Jugán, y que tanto bueno despachara desde este , su primer domicilio, el mismo que levantara sobre el antiguo arroyo donde los curtidores de pieles realizaban sus labores, y el mismo que ahora el Ayuntamiento pretende dar un nuevo servicio para bien de los usuarios y para la rica historia que acumula.

    El palacio de Puerto Hermoso, con su característica sobriedad, su arco de entrada con potente almohadillado y su gran cornisa de piedra, puede volver a ser esa “casa grande” por la que era conocida. Aunque solo sea para honrar la memoria de quien lo construyó, aquel Domeq que no quiso en su casa calabozos y si socorrer miserias y servir a su ciudad, la misma loable labor que vienen haciendo la Asociación benéfica Santo Ángel, y que es una muestra más de cuanta entrega a la sociedad ha emanado del palacio de la comisaría.


    (Artículo publicado en Información Jerez el 19 de noviembre de 2007. El pasado 9 de octubre, festividad de San Dionisio, la Asociación benéfica Santo Angel recibió el reconocimiento de toda la ciudad con el premio Ciudad de Jerez a la solidaridad)



El Palacio de Puerto Hermoso cuando aún era habitado por la familia Domecq


Bargueños como el que vemos en esta antigua foto se prodigaron por el palacio de los Condes de Puerto Hermoso





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