El entorno de la jerezana plaza de San Marcos ha sido recientemente remodelado. En torno a la iglesia del Evangelista se han colocados árboles, nuevo pavimento y una iluminación apropiada. Esta típica plaza jerezana conserva todo el sabor de antaño, parece que el tiempo no ha pasado por ella, mantiene junto al majestuoso templo parroquial y el antiguo convento de religiosas mínimas, elegantes edificios que armonizan perfectamente con el conjunto. Tanto es así que este bello rincón jerezano sirvió como marco para la película la "Lola se va a los puertos" versión interpretada por Rocio Jurado, Pepe Sancho y Paco Rabal.
Esta es las ventaja y posibilidades que ofrece el saber respetar el tipismo y el entorno de lugares que construcciones posteriores no han desvirtuado su armonía y belleza.
Mientras en otras ciudades como Sevilla, Cáceres o Granada han sabido conservar sus enclaves emblemáticos con el sabor de antaño y sin nada que rompa el estilo arquitectónico de cada uno, en Jerez se han construido y se mantienen en pie edificios que rompen con la estampa y el sabor de cuanto le rodea. Ejemplos podríamos poner muchos pero a nadie escapa que calles con encuadres tan hermosos como la calle Horno, junto a San Marcos, con su espadaña barroca de fondo y sus blancos paramentos quiebra su encanto con el moderno edificio que hace esquina con la plaza del Cubo. Ejemplo de lo que no se debe hacer lo tenemos en el moderno grupo de viviendas construido en un lugar tan representativo del trazado musulmán jerezano como la calle Abades. Paradigma de edificios en descuerdo total con su entorno los tenemos en torno a a la Catedral, en la cuesta del Aire o en el Arroyo. Otro ejemplo de reconstrucciones fuera de lugar lo vemos en el marco de un barrio medieval con trazado árabe como San Mateo, la hermosa postal de la calle Cabezas se rompe con la tapia trasera del colegio allí ubicado. En la plaza del Mercado junto a la calle San Blas se levantó, un edificio poco armónico con el resto. En la calle Santa María de Gracia, justamente detrás de la iglesia de San Lucas, otro moderno edificio desentona con su histórica ubicación. Y no hablemos de nuestra plaza del Arenal, del compás de Santa Rita, de la Ermita de Guia, de lo que se quiere hacer en la plaza Belén, etc..
Afortunadamente parece que la concienciación por el entorno es cada vez mayor y la conservación de fachadas es una prioridad. A veces se ha enmascarado el error, reformando o decorando las modernas fachadas para entornarlas con su entorno, pero el daño ya está hecho y tendremos que seguir lamentarnos durante años de estos auténticos pegotes. Porque el casco histórico de Jerez y el entorno que forma cada monumento, cada calle, cada plaza, cada encuadre que se alza ante nuestros ojos, sin nada que lo enturbie, es también un bien cultural que hay que cuidar por quienes corresponde. Ojalá llegue el día en el que todos estos parches pasen a la historia y que la inigualable belleza de muchos de los rincones jerezanos no solo no sufran más alteraciones sino que sean mimados para que puedan seguir siendo inspiración de los mejores pintores. Solo se trata de aplicar en los entornos aquellas viejas teorías de restauración tan defendidas por Viollet.le Duc en su "Diccionario razonado de la arquitectura francesa desde el siglo XI al XIV", defendiendo una unidad estilística, eliminando todo aquello que no guarda ninguna relación y construyendo todo lo que pueda potenciar la armonía y belleza estética.
(Artículo publicado en Jerez Información el 6 de febrero de 2010)
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